La conexión dibujada entre Sergio Ramos y Dani Carvajal en el encuentro que España disputó frente a Croacia fue probablemente el germen de la primera ventaja que los de Luis Enrique encontraron frente a Gales en Cardiff. Ante el subcampeón del mundo, el camero castigó gracias a su cambio de orientación, así que Giggs, más allá de que el lateral no estuviera por lesión, decidió centrar su defensa en la figura de Ramos.
Vokes, el delantero centro galés, se emparejaba con el capitán, dejando a Raúl Albiol todo el espacio para iniciar la jugada. Gales dibujó un 5-4-1, por un lado, sin la intención de presionar demasiado arriba, y por otro, con su punta eliminado en defensa al estar siempre escorado sobre el perfil de Ramos. A partir de ahí, el juego de España fluyó con mucha facilidad.
España aprovechó el planteamiento de Gales para encontrar siempre libre a Rodri
El problema para Gales fue que Ramsey y Wilson, que ya se habían olvidado de Albiol, tenían que encargarse de Azpilicueta, Gayá y Rodri. El escenario que se dibujó fue que el central del Napoli podía jugar en corto con Azpilicueta o cruzar sobre Gayá si Rodri estaba marcado, y cuando Ramsey y Wilson salían a banda para cerrar esa recepción, Rodri después recibía siempre de cara y libre. A partir de ahí, el mediocentro el Atlético de Madrid cuajó una actuación sobresaliente.
La aparición de Rodri en la élite del fútbol español son unos calcetines limpios en el bolsillo después de haber metido el pie en un charco. Luis Enrique ha agradecido el regalo, de momento para ser la alternativa a Sergio Busquets en su 4-3-3. El rojiblanco, que ya de por sí se posiciona con un tacto tremendo para recibir en situaciones más comprometidas, disfrutó como un niño con la indecisión en las marcas del equipo galés.
España profundizó cómoda a pesar de que se presuponía un ataque posicional más elaborado viendo el once galés
Rodri, además de pasar bien la pelota, sabe esperar cuándo hacerlo. Su cabeza es un reloj y ese talento innato para comprender la velocidad, intención y recorrido de los movimientos de sus compañeros es probablemente su gran valor como futbolista. España intercambió desmarques sin balón más largos con otros más cortos, y consiguió profundizar con facilidad en la zaga galesa. Merece mención Álvaro Morata, que con su hiperactividad meneó la defensa rival, y permitió a Rodri bien buscarle a él directamente, o bien jugar con pases más diagonales tanto hacia los interiores –Ceballos jugó en derecha y Saúl en izquierda-, como a los extremos, Suso y Alcácer, quedando la posición del nueve siempre liberada para ser ocupada posteriormente.
Es cierto que no pudimos ver con continuidad algunos patrones de ataque quizás diseñados desde el once. Dio la sensación de que Luis Enrique, emparejando a Suso y Ceballos en el mismo perfil, buscaba asentar allí el ataque posicional, con Azpilicueta rompiendo al espacio y Saúl, Morata y Alcácer cargando el lado opuesto, pero esa descoordinación galesa en la presión provocó que España encontrase espacios ya en el primer pase, y que la jugada ofensiva no tuviera que masticarse tanto.
Alcácer se mostró como una pieza muy útil para Luis Enrique
De la última línea, además de esa implicación de Morata en su movilidad sin balón -un papel intercambiando movimientos de apoyo con otros más profundos que también encaja de maravilla con Rodrigo Moreno o Aspas, sumando estos un punto de finura entre líneas- cabe destacar la presencia tanto de Suso como sobre todo de Alcácer. El primero recibiendo bastantes veces al pie en posición de extremo derecho -un arma muy interesante tanto si la jugada está lanzada como si el rival exige más agilidad en el espacio reducido-, y el segundo dejando varias acciones que potencian la ofensiva.
No cabe duda de que el jugador del Borussia Dortmund está con un punto de confianza extra que llena de color su actual momento, pero más allá de eso se vio que tácticamente es un futbolista que encaja en la Selección. Viniendo al apoyo y jugando rápido desde el sector izquierdo, yendo rápido a zona de remate en una transición de ataque más veloz, o cargando el área con mucho tacto si la jugada llevaba más tiempo posada en campo rival, el valenciano ofrece tres acciones que constantemente dan energía y riqueza a los ataques de España.
David de la Peña 12 octubre, 2018
Es cierto que Gales no terminó de pillar el punto a los primeros pases de España y que eso benefició mucho a Rodri, pero madre mía, lo que juega el muchacho. Es que es un mensaje corporal que hipnotiza. Muy bien España, de momento la etapa Luis Enrique transmite bastante frescura.