La incertidumbre, en lo positivo, que despertaba el once elegido por Tite para enfrentarse a Argentina, se diluyó a medida que fueron pasando los minutos. El técnico logró construir a una Brasil muy sólida nada más aterrizar en su banquillo a partir de unos parámetros bien definidos, y de momento la intención de evolucionar la propuesta que le hizo arrasar en las eliminatorias sudamericanas para Rusia 2018 no está funcionando.
Sin Alves y Marcelo, Brasil tiene que cambiar su patrón de juego
En esta ocasión, la canarinha saltó con un once que sobre el papel debería haber fluido mucho más con balón. Con Danilo y Filipe Luis en los laterales, Casemiro como pivote, Arthur como interior derecho, Coutinho como interior izquierdo, y un ataque en el que Neymar arrancaba de banda izquierda, Gabriel Jesus lo hacía desde la derecha, y Firmino empezaba en posición de delantero centro, se esperaba que el equipo hubiera construido más y mejores jugadas de ataque.
En los últimos dos años, el juego de Brasil fluyó a partir de una gran ocupación de los espacios con la pelota. Con Marcelo y Alves intercambiando movimientos interiores y exteriores, Coutinho y Neymar, desde ambos extremos, teniendo mucho peso tanto para armar la jugada en medio campo como para finalizarla en los picos del área, y una pareja de interiores como Renato Augusto y Paulinho, que se alejaba de la pelota y arrastraba marcas para beneficio de laterales y extremos, la canarinha encontró una hoja de ruta.
Tite buscó ante Argentina -y es importante el matiz de que no estaban Marcelo y Alves- que la pareja de interiores se acercase mucho a la pelota, lo que representa un cambio importante en el sistema, y lo cierto es que los dos culés nunca mostraron la armonía deseada. Ni Brasil encontró ritmo en la circulación, ni se generaron líneas de pase que permitieran encontrar a futbolistas libres entre las líneas argentinas, lo que derivó a que en ningún momento se pudiera ver si la apuesta por Gabriel Jesus como extremo derecho yendo al área y compensando a Firmino y a Neymar puede tener recorrido.
Coutinho y Arthur no le dieron un contexto apropiado a Neymar
De hecho, el jugador del PSG, fruto del atasco que se produjo en los carriles interiores, jugó un partido muy extraño para lo que suele ser habitual con su selección, donde su intervención por casi todo el ancho del campo rival suele ser total, y ante Argentina recibió casi siempre en la línea de cal, buscando desde allí el desborde. Teniendo en cuenta las pocas ventajas que generó Brasil, puede decirse que el 10 intimidó a partir de esos contactos, pero el hecho de tener que pedir el balón siempre abierto y jugarse acciones de uno contra uno de forma constante y sin ventaja previa, fue la prueba del algodón de que la nueva propuesta de Tite no funcionó y que, en caso de ser un discurso, necesita mucho rodaje.
David de la Peña 17 octubre, 2018
Es complicado para Brasil darle recorrido ahora a esta idea de Coutinho y Arthur interiores, que a mí me parece que puede ser complementaria y tener recorrido, pero es que cambia radicalmente la idea de juego. Cada uno a su manera, pero son dos jugadores que van a ocupar constantemente los dos carriles interiores y eso al final acaba chocando con Neymar, que ni puede venir al apoyo constantemente, ni tiene referencias que se le muevan por delante para menear la defensa rival. Es posible que tenga recorrido, ojo, pero es casi casi empezar de cero.