La aparición de André Silva en la élite tuvo mucho de peculiar, puesto que el gran público comenzó a conocerle por su participación en la selección portuguesa casi antes de haberse asentado como pieza importante en el Oporto. Es cierto que poco antes de que Fernando Santos le hiciera debutar con la selección absoluta, anotó dos tantos en la final de la Copa de Portugal frente al Sporting de Braga, pero la realidad es que el hecho de que con 21 años comenzase a ser titular con Portugal tuvo mucho que ver con lo que iba a ofrecer a nivel estructural al reciente campeón de Europa, más que por el nivel mostrado de forma individual.
Concretamente, por la demanda de Cristiano Ronaldo y por el hecho de que el equipo había logrado el gran éxito de su historia asentado en un 4-4-2. Santos configuró su convocatoria para la Eurocopa de Francia para que el jugador de la Juventus fuese su primer punta en un 4-3-3, pero Portugal logró ocupar mejor sus espacios con una doble delantera en la que finalmente Nani o incluso Ricardo Quaresma acompañaban a Cristiano. Una alternativa vista en los amistosos previos que finalmente se asentó como ‘plan A’, y a la que se le buscó una evolución concreta después de junio de 2016, donde André Silva tenía una función muy importante.
André Silva se adaptó de maravilla como pareja de Cristiano Ronaldo
La enorme categoría de Cristiano Ronaldo le permitía cumplir cualquier función, pero había algo que hacía a Portugal menos dañina, y era obligarle a salir a apoyos laterales muy largos para ayudar a salir al equipo. Es cierto que eso podía dar espacio para una ruptura de Nani en el carril central, pero si se trataba de cargar el área, el equipo perdía mordiente con el exmadridista alejado de zona de remate. André Silva llegó al sistema portugués precisamente para paliar esa carencia: Fernando Santos puso al lado de su crack a un futbolista que le iba a permitir salir a los apoyos sólo si lo consideraba necesario, pero nunca verse obligado para ayudar al equipo a transitar al ataque.
André Silva domina el apoyo de espaldas a portería y lo hace además en un amplio espacio de terreno, con un matiz muy importante: sabe moverse tanto si su equipo tiene el bloque junto en campo rival, como si ha de ayudar a hacerlo salir de atrás para contragolpear o salir de una presión agresiva del rival. El punta portugués tiene envergadura para aguantar los choques y lo más importante, una técnica realmente fluida para devolver la pelota. Su abanico de juego ofrece más cosas, pero precisamente esto, cuestión clave para asaltar la titularidad de Portugal tan joven, es uno de los principales motivos de su llegada al Sevilla Fútbol Club.
Pablo Machín aterrizó en el Pizjuán con el convencimiento de trasladar, en la medida de lo posible, un plan de juego que le convirtió en una de las grandes revelaciones del pasado curso en la liga española a los mandos del Girona. Su 5-2-3 contaba con una premisa casi innegociable: su delantero centro, en aquella etapa el uruguayo Stuani, debía saber gestionar el juego de espaldas, tanto saliendo en largo como en apoyos en los ataques posicionales, y además debía tener talento para rematar centros laterales, ya que los carrileros, de una u otra forma, quedaban en disposición para acabar metiendo la pelota al área.
El juego de espaldas de André Silva y su talento para rematar centros laterales son dos recursos que Pablo Machín sabrá potenciar
Teniendo en cuenta estos dos básicos detalles, André Silva es un acierto a nivel de adaptación al modelo. El portugués, como ya se ha expuesto, permitirá un pase hacia delante y que además, sea enviado en vertical o en diagonal, puede ser recibido por el portugués gracias a la amplitud de sus movimientos. Después dará la opción a sus compañeros de correr a su espalda o recibir de cara para proseguir la acción de ataque. Los elegidos para acompañarle en la última línea se verán muy beneficiados en este sentido. Este es un aspecto básico para que la idea de Machín tenga recorrido, aunque además, como es lógico, se le pedirá gol, y aunque el nuevo punta sevillista ha mostrado problemas para finalizar a lo largo de su carrera, el tipo de ocasión que pretende generar Machín debería de darle un contexto favorable.
Silva, hasta el momento, ha dejado sensación de poca determinación en situaciones de uno contra uno o finalizaciones desde la frontal a pesar de hacerse espacio para el golpeo gracias a su técnica, pero siempre se ha mostrado bastante seguro para atacar centros y conectar remates en ese escenario. Su juego aéreo, de hecho, es muy potente, y este Sevilla va a centrar sin lugar a la duda. Jesús Navas, Escudero o Aleix Vidal van a acabar ‘obligando’ al pase hacia fuera cuando doblen, y el pie de los carrileros para el envío es de gran calidad, especialmente en los dos primeros casos. El Oporto le abrió la puerta y el Milan le llevó a Italia más por lo bien puesto que estaba el escaparate que por necesidad a nivel de estructura. Sevilla, como ocurrió con la selección portuguesa, es otra historia: tiene un sentido.
AdrianBlanco_ 14 agosto, 2018
A mí me gustó mucho el ratito que tuvo el otro día en la Supercopa, especialmente por eso que comenta David: para recibir de espaldas lejos del área de Ter Stegen. Es una pieza de muchísimo sentido de acuerdo al plan de Machín. Y tiene algo que le va a venir muy bien a este Sevilla, que ante el Zalgiris ya demostró (o volvió a demostrar, mejor dicho) sus problemas de cara a puerta: André Silva mete muchos goles "feos", de esos en los que se cruzan muchas piernas dentro del área. Un clásico de todo '9', vaya, que puede ser oro para un equipo con tantas dificultades para resolver en los últimos metros. El fichaje está muy bien tirado.