La explosión definitiva de Malcom en el fútbol francés estuvo relacionada con una jugada concreta y repetitiva. Tanto Jocelyn Gouvernnec como Gustavo Poyet le fijaron en banda derecha, donde su potente tren inferior le permitía conducir hacia dentro y después buscar el remate a puerta o una pelota profunda sobre el sector izquierdo, donde las rupturas en la otra banda de Kamano o incluso de De Préville -un delantero centro que con Malcom en derecha arrancaba en el otro perfil para atacar el área- compensaban que el ataque buscase gestarse prácticamente siempre en el perfil diestro del Girondins de Burdeos.
El canterano de Corinthians alcanzó de forma evidente un rol de estrella dentro del contexto del equipo francés, y eso le llevó a buscar en muchas ocasiones contactos alejado de la cal, pero eran arreones eventuales y en ocasiones motivados por el hecho de que el jugador paulista era el más capacitado para generar acciones de desequilibrio que por una cuestión puramente táctica. Quizás esa “simpleza” en sus recepciones acaben siendo un buen argumento para crecer en un Barcelona en el que la intervención de Messi y la presencia de Coutinho demandarán jugadores fijos en otras zonas del campo.
Malcom ha explotado en la élite sin la necesidad de inventar demasiado
Ensanchar la recepción sobre la banda derecha parece una tarea perfecta para el jugador brasileño, que puede formar una sociedad particular con Sergi Roberto, un futbolista que puede atraer rivales cortando por dentro y que además tiene una gran capacidad de pase para que Malcom reciba con regularidad y con un envío limpio. Además, el brasileño tiene una gran virtud en su recepción de espaldas, y es que su primer toque para descargar es de buen nivel. Lo hace además con diferentes superficies, de modo que el envío puede salir hacia los jugadores interiores o incluso hacia un lateral que doble por fuera, algo que Sergi Roberto puede hacer perfectamente, y un movimiento que Semedo domina sin problema.
En lo positivo, por supuesto, hay que sumar la capacidad del futbolista para hacer jugadas decisivas, sobre todo gracias al dominio de dos conceptos. El primero es su golpeo a puerta. Malcom sabe embolsar el balón a gran velocidad y dirige con acierto sus remates, a pesar de que estos se produzcan casi siempre con el empeine interior de su bota izquierda. El segundo es su cambio de ritmo. Sus acelerones tras recibir suelen dejar rivales atrás, y quizás lo mejor de su conducción es el hecho de que es bastante intuitivo para dirigirse hacia zonas despejadas, sí bien es cierto que aún no ha encontrado un contexto de juego de posesiones muy altas, como presumiblemente tendrá que manejar en el Fútbol Club Barcelona. Esa es la primera de una pequeña lista de dudas que un jugador con potencial para decidir partidos debe despejar.
Será complicado que Malcom luzca si no adapta su juego a los cracks culés
La sinergia con Messi es la primera de ellas. Llama la atención cómo en el actual once titular culé, sólo Jordi Alba parece un jugador de verdad enfocado a romper al espacio una y otra vez para aprovechar la capacidad de pase del argentino, y Malcom no viene a resolver ese problema, si bien es cierto que el contexto Girondins de Burdeos era radicalmente distinto. El brasileño tiene potencia para romper sin pelota y ganar el espacio contra su marcador para después recibir en carrera, aunque no sea la jugada que le ha llevado a la élite del fútbol europeo. En este sentido hay que ver cómo decide Valverde utilizarle: si sobre izquierda para recibir pase de rosca de Leo, o sobre derecha, su perfil más habitual y donde resulta más productivo en los ataques posicionales. En ambas opciones y si ha de ser el elemento de profundidad, Malcom debe repetir una jugada que consiste en alejarse de la pelota, algo que también se aleja de la forma en que ha perfilado su fútbol durante las últimas temporadas.
Otra duda importante está a nivel de productividad tras recepción al pie. Las características de Malcom están ahí y él puede desbordar o dejar toques ganadores, pero Valverde deberá definir su espacio, y su jugada favorita choca con la recepción de Messi en el carril interior derecho y su posterior -y devastado- golpeo a puerta. Es básico, pero una realidad que será interesante ver cómo evoluciona en la temporada del Barcelona. Sobre izquierda -donde Malcom jugó en bastantes ocasiones con Tite en Corinthians-, no ejecuta con naturalidad la jugada de un extremo, aunque es un perfil que el actual Luis Suárez podría agradecer. Alguien a pie natural con regate corto y pie para centrar puede activar al uruguayo en algunas situaciones, aunque el amago para ganar espacio hacia fuera no es una virtud especialmente destacable en el actual Malcom. Un futbolista de muy buenas conducciones y de particular encaje en este Barcelona, que demandará una intervención notoria de Ernesto Valverde.
Ricardo 7 agosto, 2018
En el último partido de pre-temporada Malcom dejó algunos desmarques al espacio pero partiendo desde la izquierda.
Habrá que ver como evoluciona, si tiene calidad, se adaptará a buscar más el pase al hueco que fijar a la cal esperando balón en el pie, recursos que complementerá mejor y será más impredecible con Messi realizando esos pases.