Ante esta Francia no vale, o al menos no valió ayer, pues el fútbol tiene pocas certezas, sólo con esperar una oportunidad o ser un equipo bien armado y construido para escapar lo máximo posible del azar. No es sólo el físico del futuro de muchos de sus integrantes, tampoco la excepcional calidad individual de muchas de sus piezas o la distinción técnica, matiz sobre lo anterior, de algunas de ellas. En el compendio, al que sumó mucho equilibrio, que le está valiendo para imponerse sin sufrir demasiado, la selección de Didier Deschamps cuajó ante Uruguay su partido más completo de esta Copa del Mundo, después de ofrecer soluciones colectivas que en los días previos habían sido cuestionadas. El conjunto galo mostró una calma en todos los momentos del juego, posicionales y de transición, que invalidó el plan celeste, confirmando que está en Rusia para levantar el título. Una noticia a celebrar de cara a la formidable semifinal que le enfrentará a la Bélgica de Roberto Martínez.
Porque en la previa, y visto que en fase de grupos su plan con balón no brilló y que su demoledor contraataque fabricado por Mbappé ante Argentina es el arma más devastadora del Mundial, el contexto que le impondría Uruguay reduciría su margen de maniobra y su cintura como colectivo. No hubo lugar al equívoco y los de Tabárez plantaron dos líneas de cuatro esforzadas pero no pétreas. Y debe anotarse en el haber galo el modo y la fluidez con la que se asentaron arriba y buscaron ganar metros para no sufrir apenas en la retaguardia. No se contaron ocasiones sumamente claras pero el control del partido corrió de su cargo y la actitud con la pelota fue del todo menos pasiva o trabada. Francia, y esto quedó aún mejor demostrado en el revisionado, jugó realmente bien. Cada línea comprendió lo que necesitaba ofrecer para transmitir tranquilidad en el espacio más reducido. De atrás hacia delante y viceversa.
El ataque posicional galo fue de gran nivel; Pavard y Lucas dan muchísimo oxígeno
Debió pensar la selección sudamericana que el partido se asentaría mucho más tarde y que como consecuencia de la desesperación, el plan francés correría riesgos que comprometerían su estructura, así que armó sus líneas defensivas y salió a templar la escena con la necesidad de que el ritmo no fuera muy alto para no despertar a las bestias galas, así que su defensa en campo propio fue coral pero no muy agresiva. Y Francia salió a todo lo contrario. Las primeras cuatro intervenciones de Mbappé, por ejemplificar, se saldaron con una marca superada, agrediendo poderosamente con cada recepción. Una vez regateaba, la soltaba a un compañero que venia a ofrecerse para crear las primeras superioridades con las que hacer retroceder a los charrúas. Con un hombre uruguayo superado, Francia acompañaba la ventaja: sus cinco hombres más retrasados subían uno o dos escalones. Umtiti y Varante, arriba, N’golo Kanté, mención aparte con el paso de los minutos, arriba y, fundamentales, Pavard y Lucas, impresionantes los dos a nivel táctico, posicional y de profundidad, arriba también.
Cabe destacarse el papel de Benjamin Pavard, quien hizo un tremendo agujero en la defensa uruguaya. Con Mbappé como foco de atención, la calidad del del Stuttgart para aparecer y ensanchar la defensa rival fue uno de los secretos del ataque posicional francés. Laxalt, un jugador esforzadísimo y enérgico, no daba abasto. Para colmo, Giroud, en su enfrentamiento con Godín, fue goteando movimientos excelentes cayendo hacia ese costado. Uruguay no lograba desconectar apenas cada pase, debía defender a posteriori, sin poder construir ventajas defensivas o psicológicas derivadas de los duelos individuales. Pero sobre todo, y por insistir, el juego exterior francés, en los dos costados, uno por sobrecarga y el otro por aparición, hicieron mucho daño a la estructura uruguaya pero aún más importante, a su capacidad para salir a la contra.
Uruguay no pudo establecer ninguna fortaleza, ni arriba ni abajo
Una vez se adelantó Francia con el gol de Varane, al filo del descanso, dos jugadores se elevaron para cerrar la victoria. Para entender su importancia, debe entrar en la ecuación el papel de Uruguay en campo contrario. Con Cáceres en derecha, el lado de Tolisso, la conexión más esperada estaría en las botas de Torreira y Bentancur. Y allí acudió el inconmensurable N’golo Kanté, hacedor de un trabajo táctico de primer orden, que obligó al jugador de la Juve a tener que abrirse demasiadas veces para recibir. Y Uruguay, que no goza de calidad en los costados para trenzar paredes, necesita del pase vertical para ganar metros, un pase que efectivamente domina Torreira y que activó Tabárez desde que habilitó el rombo en mediocampo. El mediocentro del Chelsea estuvo perfecto como guardián de la zona central y dio el relevo a un Antoine Griezmann idílico en ese momento del partido.
El ‘7’ del Atlético de Madrid fue modificando el contexto del mismo hasta dar forma a su habitual responsabilidad por juntar a los suyos alrededor del balón y restar continuidad al ataque del rival. No porque Francia se sintiera atosigada sino porque siente que sumar defensa con balón permite a su equipo escapar de cualquier susto que pudiera o pueda meter a su oponente en la contienda. Una prueba de madurez como la mostrada por sus compañeros, una generación que parece destinada a morder metal en base a una mezcla a la que solo le falta el paso de sentirse ganadora. Todo lo demás, en ausencia de algún registro que está solucionando por la via exterior, lo tiene. Por ello está invirtiendo todas las energías por ponerse a la altura de los Zidane, Vieira, Blanc, Henry, Trezeguet o claro, Didier Deschamps, el nexo de unión de dos generaciones sumamente excepcionales.
Ras 7 julio, 2018
Francia lleva 4 años avisando de que tiene una generación de jugadores que tienen la oportunidad de hacer un ciclo histórico en el fútbol de selecciones. hace 4 años eran muy jóvenes y todavía no estaban preparados para poder asaltar a la que por entonces era la mejor selección del mundo, Alemania. En la pasada Eurocopa, la baja de Varane se notó mucho y el rival que tenía enfrente era el único al que no se le podía imponer físicamente en Europa, Portugal. Ahora el equipo es casi perfecto: Lloris si está bien es un gran portero, Varane es el mejor central del mundo y para mi ya uno de los mejores de la historia con sus 4 UCL y sus condiciones físicas únicas, Umtiti no es tan bueno como su compañero, pero es un gran central, los laterales si que han sido un gran descubrimiento, son fuertes y rápidos, Pavard es más "cerebral" que Lucas, pero son rápidos y ganarles la espalda es tarea difícil. En mediocampo tienen a Kanté que es como si jugaran 3 jugadores a la vez y nunca se equivoca, Pogba que lo tiene todo para hacer lo que quiera en este deporte si se lo toma en serio y mejora mentalmente, y arriba un Top como Griezmann que no falla ni una delante del portero y El Elegido del fútbol mundial para marcar una época similar a la que han hecho Cristiano Ronaldo y Messi, como es Mbappé.
Máximo candidato a llevarse la Copa del Mundo.