Omid Ebrahimi en la tarde de Harit | Ecos del Balón

Omid Ebrahimi en la tarde de Harit


La Marruecos de Mehdi Benatia, Nordin Amrabat y Hakim Ziyech falló en el día menos indicado para hacerlo. Los famosos ‘Leones del Atlas’, que volvían al Mundial veinte años después y tras completar una fase de clasificación inmaculada, encajaron ante Irán su primera derrota desde junio del año pasado. Fue en el descuento y en propia puerta, a la salida del único córner que el cuadro asiático llegó a patear durante el segundo tiempo. Porque, cosas del fútbol, y de la Copa del Mundo, Marruecos acabó perdiendo un partido en el que, si bien es cierto que dejó que desear en muchos sentidos, a los puntos sí se puede decir que fue mejor que su rival: tuvo más tiempo el balón (67-33%), remató en más ocasiones (13-8) y completó más del doble de pases (374-125). Pero como en este deporte dos más dos nunca serán cuatro; esta regla, casi tan vieja como el cuero y los campos de barro, explica por qué Irán se llevó los tres puntos en el último suspiro, sin rematar ni una sola vez en toda la segunda mitad.

Hervé Renard lo tuvo claro desde el principio. Sin Dirar, aún entre algodones, Marruecos debutó en Rusia con un once muy ofensivo en el que la presencia de Amrabat como lateral derecho, con Ziyech (de inicio) por ese lado, abrió de par en par las puertas a Harit por el costado izquierdo. Y a decir verdad, el del Schalke 04 fue, a la postre, el mejor futbolista marroquí de todo el encuentro. Con la defensa muy arriba, con Benatia y Saiss pisando la línea divisoria, Marruecos dejó veinte minutos de muchísimo ritmo. Intensidad. Y llegadas (que no ocasiones de verdadero peligro) a la portería de Beitranvard. Pero, no por casualidad, este efecto se fue diluyendo con el paso de los minutos, como un terrón de azúcar en contacto con el agua; y como suele ser habitual en esta Marruecos, a la que le cuesta mucho asentar su dominio (posicional y con el esférico) a lo largo de los encuentros. Pues así es cómo los ‘Leones’ fueron aflojando progresivamente el yugo hasta abandonar –algo aturdidos, sin saber muy bien cómo- el Estadio de San Petesburgo con un resultado que le complica mucho su futuro en esta Copa del Mundo.

Queiroz supo corregir a tiempo las internadas de Nordin Amrabat

Pero vayamos por partes. El arranque de Marruecos fue de lo más ambicioso. Con El Ahmadi como único pivote en mediocampo, y con Boussoufa y Belhanda de interiores, el conjunto de Renard decidió volcar todo su potencial ofensivo por el lado derecho. Con (casi) todo el cuadro jugando en campo contrario, Marruecos trazó sobre el tablero dos movimientos muy coherentes con el bloque bajo que adoptó la selección iraní de Queiroz. El primero, como decíamos, partió por derecha: Ziyech, que arrancó el encuentro a pie cambiado, dejó varios movimientos por dentro que, sin necesidad de intervenir directamente con el balón, lograron llevarse varias veces la marca de Amiri –volante por izquierda-; algo que, en consecuencia, aclaró todo el carril derecho a un Amrabat que, bien pegado a la cal, trató de aprovechar (con su habitual desparpajo y velocidad) para encarar a Hajsafi, lateral izquierdo iraní. Una situación que Queiroz supo ajustar pronto, marcando a Ziyech con Ansarifard y llevando a Amiri a correr tras Amrabat; formando así un constante 2×1 con el que Irán, al menos, equilibró las fuerzas. Y Marruecos perdió su colmillo.

Amine Harit, partiendo por izquierda, fue el mejor de Marruecos

Porque por derecha (la izquierda marroquí), ahora bien, todo el protagonismo fue para Harit. El ‘18’ de Marruecos, posicionado en un primer momento como extremo zurdo, intervino en multitud de ocasiones como interior, desde donde consiguió rajar, a través de su conducción y cambio de ritmo, el voluminoso repliegue asiático. Fue, durante los 82’ que estuvo sobre el campo, el más destacado de Marruecos; que fue deshaciéndose con el paso de los minutos. De hecho, no por casualidad, el bajón de los de Renard en la primera mitad coincidió, por ser más exactos, con el lapso de tiempo en el que Harit (izquierda) y Ziyech (derecha) intercambiaron sus sitios con el objetivo –se quiere entender- de acercar la zurda del futbolista del Ajax al área de Irán, donde la figura de El Kaabi (que intentó dar profundidad con algún desmarque), pasó sin ninguna pena ni gloria.

El partido de Ebrahimi, a nivel defensivo, fue de notable (muy) alto

Más allá de las individualidades de Harit, el partido destapó más debilidades que fortalezas para Marruecos. Y una de estas, como también padeció en sus amistosos previos al Mundial, tienen que ver con su presión tras pérdida. Irán, que se pasó casi todo el encuentro armada en un 4-5-1, consiguió ir arañándole metros a Marruecos a medida que su sistema defensivo, liderado por Omid Ebrahimi en mediocampo, pasó a instalarse cada vez más cerca de Belhanda, Boussoufa y compañía. De esta forma, cuando Irán recuperaba la pelota lo hacía ante una Marruecos que, mal dirigida desde su fase de salida, deberá controlar, de cara a sus dos próximos partidos ante Portugal y España, la agresividad en el robo de Benatia y Saiss; ya que sobre todo el central de la Juventus, cada vez que sale de zona, se vuelve más vulnerable que cuando está en el área. Porque si ayer fue Jahanbakhsh, Azmoun, Shojaei y Ebrahimi, el próximo miércoles, ante la Portugal de Cristiano Ronaldo, Guedes y Bruno Fernandes, Marruecos deberá ajustar muchas (muchísimas) cosas.


3 comentarios

  • AdrianBlanco_ 16 junio, 2018

    ¿Qué os parecieron los dos rivales de España? Yo he de reconocer que me senté con ganas de ver a Ziyech, y al final quien más cosas dejó para Marruecos fue Harit. Vaya arrojo. Qué personalidad para bajar y conducir. Este chico es una mina. Y los que hayan seguido al Schalke está temporada seguro que pueden corroborarlo. 😀

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  • Raul de Burgos 16 junio, 2018

    Los primeros 25 minutos de Marruecos me gustaron mucho; despues como bien apunta el artículo, se fueron deshilachando. Al final perdieron un partido que no debieron de perder, pero ya saben, futbol es futbol.

    Creo que Marruecos tiene potencial para poner en aprietos tanto a España como a Portugal.

    Si aprenden de sus errores y juegan con los nervios tanto de portugueses como españoles por su necesidad de victoria ante los 3 puntos de Irán pueden meter en muchas complicaciones a las dos favoritas del grupo.

    @ Creo que este es un mundial donde si no estás concentrado al 100% te pasa factura. Los equipos están muy preparados física y tácticamente. No es nada fácil ganar. ¿Qué opinan?

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  • marcoskriger 16 junio, 2018

    Hemos de tener en cuenta a Iran simplemente como se nombro aqui arriba con marruecos, jugara con los nervios de portugal y españa, y vienen de una experiencia mundialista en 2014 que les ayudo a crecer, el futbol en su mayoria tambien es psicologico y saber esperar el error del rival los iranies lo hacen muy bien

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