Un cómplice para Edin Dzeko | Ecos del Balón

Un cómplice para Edin Dzeko


La Roma es el único equipo de esta Champions que ha remontado una eliminatoria tras perder el primer partido. Y, por si esto fuera poco, lo ha hecho hasta en dos ocasiones: en octavos, tras caer en Ucrania, y en cuartos, más recientemente, en el tres a cero ante Barça con el que enmudeció al planeta entero; algo que tendrá que intentar nuevamente hoy, después de la goleada sufrida en Anfield. Sin embargo, por cómo se desarrolló aquel encuentro, el presente reto parece al alcance de muy pocos equipos en el mundo. Y es que, a pesar de haber llegado hasta aquí tras completar una edición encomiable, la Roma aún no ha contestado muchas de las preguntas que le ha ido arrojando la Copa de Europa. Y esta vez se enfrentará a todas ellas.

Para empezar, la propia Roma deberá ser sincera consigo misma. Pues primero, visto lo que sucedió en Anfield, antes tendría que solucionar internamente una serie de cuestiones que explican, en gran parte, el porqué de los cinco tantos que se llevó a cuestas. Di Francesco planteó su visita a Liverpool en base a dos premisas. Por un lado, su sistema. La Roma volvió a repetir la fórmula de la vuelta ante el FC Barcelona y del posterior derbi ante la Lazio, pero el resultado no fue ni por asomo parecido al de aquellos dos encuentros. La segunda, en relación a la primera, tiene muy presente la altura que eligió el técnico de Pescara para conformar su bloque; ya que pretendió, contra todo pronóstico, enfrentarse al contragolpe más letal de la competición a partir de la posesión y no de los espacios; pero dejó una cuestión fundamental sin atajar: la presión tras pérdida. El Liverpool llegó con muchísima facilidad al área de Alisson.

Dzeko estuvo muy solo en Anfield; no tuvo ningún apoyo cercano hasta la entrada de Perotti

En base a ello, Di Francesco deberá deshojar la margarita: “No podemos limitarnos a defender bien si después atacamos mal, porque para lograr un 3-0 hacen falta las dos cosas”, sentenció ayer ante los medios. Y las palabras del técnico de la Roma, más que una simple declaración de intenciones, parece, en cambio, que le llevarán a cambiar de plan con respecto al pasado martes. A fin de cuentas, la letra –como aquel dice-, con sangre es como mejor entra. Y si a la Roma le faltaron muchas –muchísimas- cosas para competir cerca, al menos, de los ojos de Jurgen Klopp, una de esas carencias, sobre todo de cara a este duelo en el Olímpico, señala lo aislado que se encontró su delantero a pesar de su gran rendimiento. Solo los tres goles de Salah pudieron eclipsar una actuación que, de haberse producido con otro marcador, bien podría considerarse como una de las más completas de cuantas ha vivido la presente edición.

El bosnio obró para todo, pero también por todos los de su equipo; ya que, hasta la entrada de Perotti en la recta final, no tuvo con quién compartir su gran secreto: sabe cómo dañar a este Liverpool. El de Sarajevo se ofreció constantemente por delante de la línea del balón. Y lo hizo, como aquella noche ante Piqué y Umtiti, haciendo valer su particular constitución física. Se movió por todo el ancho, tendiendo siempre una recurrente solución a Strootman, De Rossi o Kolarov, pero le faltaron piernas con las que amenazar, tras recibir y darse la vuelta, la parcela más frágil de este Liverpool. Nainggolan, por su parte, llegó siempre mal y tarde, y Ünder, muy abierto por el lado derecho en todo momento, ni siquiera alcanzó a completar un solo regate. De hecho, fue sustituido al tiempo de descanso con nada más que cuatro pases completados.

Dicho de otra forma y salvando las distancias, a Dzeko, en Anfield, le faltó su Firmino. Ese cómplice que, con el bosnio haciendo de brasileño, hubiese aprovechado todo lo que el delantero, a partir de sus movimientos, ganó por sí solo. De esta forma, ante la baja de Perotti para el encuentro de vuelta, es lógico pensar que Di Francesco pueda echar mano de un atacante más dinámico, más eléctrico en cuanto a sus movimientos, como El Shaarawy. Así las cosas, con el ítalo-egipcio rompiendo hacia dentro, Kolarov subiendo por el carril izquierdo y con Schick, a todo esto, estirando por el otro lado para después cargar el área junto a Dzeko y Nainggolan, la lógica invita a pensar que la Roma, arriba, cuenta con bastantes argumentos para añadirle algo de picante al asunto. Ahora bien, como ya sucediese en Liverpool, la clave de estas embestidas que, presumiblemente, intentará el cuadro romanista estará en su actitud tras pérdida. Ya que, como ha manifestado el propio Di Francesco en la rueda de prensa previa al partido, Liverpool y FC Barcelona comparten el mismo parecido que un huevo y una castaña.

La Roma tiene un problema en cuanto a su perfil zurdo, y tiene ver con la velocidad

Las causas del siniestro en Anfield fueron otras, en pos del 5-3-2-1 que el italiano eligió para la ocasión; pero, en vistas a este segundo asalto, conviene hacer hincapié en uno de los múltiples matices que encierra la defensa de cuatro futbolistas de la Roma. Más, si cabe, cuando esta noche –si así lo considera su técnico- deba hacer frente a dos de los mayores velocistas del torneo. Por ello, y por el daño que ya provocaron, es conveniente resaltar en este análisis la particularidad que encierra esta Roma cuando se habla de velocidades. Con todas las pistas que dejó Di Francesco sobre la mesa, si finalmente la Roma decidiese retomar para la ocasión su 4-3-3 o su 4-2-3-1, esto, además de garantizarle soluciones ofensivas muy distintas a las del sistema con tres centrales y dos carrileros, conllevaría, inevitablemente, enfrentar a su lateral y central en cuestión con Salah y Mané. Partiendo de la base que el costado zurdo, compuesto por Kolarov y Fazio, el que deberá medirse a Salah, es, significativamente, mucho más lento en el repliegue que el perfil opuesto; el conformado, salvo sorpresa, por el dúo Florenzi-Manolas.

Encarar, por tanto, al serbio y al argentino con Salah a campo abierto suena contraproducente. Y especialmente peligroso si toda la Roma, como reconoció el técnico, “tan solo centrara su atención en pararle los pies al extremo egipcio”. Salah fue especialmente incisivo en el duelo de ida en el momento que la Roma, entre Juan Jesus y Kolarov, se partió en el instante y la parcela más inoportunas. Sin embargo, si quiere mantener un halo de esperanza, el equipo debe corregir –y, sobre todo, adelantarse- a ese tipo de carices. Aunque para ello, como bien sabe Di Francesco, es importante que todo el plan responda al unísono antes, a ser posible, de que el balón caiga en los pies de Salah. Ya que sin el correspondiente esfuerzo de Nainggolan, De Rossi, laterales/carrileros, interiores, centrales y hasta de su mismísimo delantero centro, Henderson, Firmino, Milner o Arnold volverán a estar muy cómodos. Y si esto vuelve a ocurrir así, y el Liverpool consigue volver a frotar su guitarra, ni esta Roma ni el Olímpico podrán soportar el rock con el que Klopp aspira a cerrar su gira en Kiev, a finales de este mismo mes.


7 comentarios

  • Carlos 2 mayo, 2018

    Debo reconocer que a mi me parece que la Foma tiene buenas opciones. Creo que su idea debería pasar por replegarse y buscar el juego directo con Dzeko, y aprovechar el juego aereo.

    A mi, muy en lo personal, Salah no me parece un futbolista que te mate en 2 contras. Me parece un futbolista que digamos, de 10, él te mete 2. Necesita que su equipo tenga muchas oleadas ofensivas constantes para el concretar. Pero ni mucho menos es un futbolista que te produzca con poco.

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  • Jorge Garrido 2 mayo, 2018

    Eso era en temporadas pasadas Carlos. Actualmente a Salah no le puedes conceder nada porque no perdona.

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  • AdrianBlanco_ 2 mayo, 2018

    A expensas de lo que suceda esta noche, yo no tendría reparo en considerar a este Liverpool como un equipo con muchísimas posibilidades de ganar la Champions, si no fuera por esas desconexiones que tiene de vez en cuando. ¿Cómo lo veis vosotros?

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  • theblues 2 mayo, 2018

    @AdrianBlanco_

    Yo, a principios de temporada, lo veía muy lejos de ese nivel. Pero ha habido dos cosas que le han acercado a ese nivel. Una es la transformación de Salah en un jugador TOP 3 mundial. Muy pocos jugadores en la última década, si es que alguno quitando a Messi y Ronaldo, han firmado una temporada global a ese nivel. Ha sido un factor diferenciador tanto en Champions como en Premier. Lo segundo, la solidez que ha ganado la defensa con la incorporación de Van Dijk. A veces es necesario solo una pieza para que el resto empiece a encajar, y el holandés ha cambiado el rendimiento defensivo del Liverpool.

    Aún así, el Liverpool es un equipo con imperfecciones bastante notables. Pero, claro, sus dos rivales en semifinales y en la final también lo son, lo cual le concede muchísimas opciones de ganar la Champions.

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  • eldayan 2 mayo, 2018

    Carlos, recordar que la Roma tiene una desventaja de tres goles. Tiene que tomar la iniciativa, no puede salir replegado.

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  • AdrianBlanco_ 2 mayo, 2018

    @eldayan @Carlos

    Creo que esa desventaja va a marcar los primeros 15-20' del partido. Ahí vamos a ver muchas cosas. Me espero una Roma súper agresiva; con una presión muy intensa.

    Hoy, como suele ocurrir en estos casos, la cabeza puede acabar pesando más que las propias piernas.

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  • AdrianBlanco_ 2 mayo, 2018

    @theblues

    Creo que estamos ante un muy buen escenario para calibrar a Arnold, y más ante la hipotética final ante el Real Madrid.

    Viene rindiendo bien, y de hecho su eliminatoria ante el Manchester City es bastante completa. Pero hoy el reto va a ser también de aúpa: Kolarov y El Shaarawy le van a exigir muchísimas cosas.

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