La empresa será complicada. El Bayern de Múnich deberá remontar la desventaja del duelo de ida ante el vigente campeón, y hacerlo en un escenario en el que no gana desde hace 17 años. La última vez que el cuadro bávaro se impuso en el Santiago Bernabéu fue en mayo de 2001, en la antesala de su cuarta Copa de Europa. Así las cosas, esta será la 26º vez que Europa acogerá su clásico partido por excelencia; y el registro, hasta antes del uno a dos de la ida, no podía estar más igualado: 11 victorias para el Bayern, dos empates y 11 triunfos blancos; de los cuales, disputados en la Castellana, el Real Madrid contempla un balance de 9V/1E/2D; idéntico al 9/1/2 del Bayern hasta el pasado miércoles.
El Real Madrid consiguió escapar vivo del Allianz tras completar, eso sí, su peor partido en la Champions desde aquel dos-cero del Wolsburgo en Alemania. El Bayern, fiel a su idiosincrasia desde la llegada de Jupp Heynckes, se impuso en todos los guarismos que tienen que ver con el juego salvo en uno; el que todavía hoy sigue marcando la diferencia en este deporte. El cuadro teutón controló el ritmo del partido, la posesión, las ocasiones y los balones al área, pero no hubo manera. El Bayern de James y Ribéry fue incapaz de tirar contra la lona al Real Madrid de Sergio Ramos, Varane, Marcelo y Asensio. Fue, como reconocería el capitán tras el encuentro, como en aquella película de Chaplin en la que el protagonista, tras caminar sobre el alambre, bajó, se sacudió el polvo, se colocó la chaqueta y se marchó de espaldas haciendo una reverencia: “Sabíamos lo que nos íbamos a encontrar. La Champions tiene eso. Esperan que ganemos 0-3 pero iba a ser difícil; ahora falta rematarlo en casa, todavía no hemos hecho nada”.
El partido de Franck Ribéry en la ida invita al optimismo ante la ausencia de Carvajal
El partido en el que cualquier otro ogro de la competición, en condiciones normales, jugando en casa, hubiese ganado –quién sabe si goleando- y dado así un paso al frente por el pase, el Bayern no solo no venció, sino que para colmo se marchó perdiendo. Y ya no solo es el hecho de apagar las luces y ver tu nombre por debajo en el marcador, sino la cara que se te queda cuando, aun siendo infinitamente superior a tu rival, no sabes muy bien cómo ni por qué eres tú el que aquella noche vuelve a acabar pringando. Todo aquello que no se ve, pero que todos saben que siempre está ahí, será, además de los once que elija Zinedine Zidane para el partido, lo que el Bayern de Múnich deberá controlar esta noche en su visita a Concha Espina si, a diferencia de hace siete días, no quiere ser quien se vuelve a quedar fregando mientras los demás celebran. Y encima, para más inri, en una casa que no es la suya.
Ahora bien, si el Bayern de Múnich ha de completar la gesta, la ocasión, por cómo han venido desarrollándose las cosas, parece la más idónea. El Real Madrid, de cara al partido de vuelta, deberá ajustar demasiados detalles. Y el Bayern, a pesar de la lesión de Robben, sabe que aun así cuenta con numerosos argumentos en su plantilla como para darle la vuelta al resultado. El primer asalto en el Allianz dejó, en clave teutona, dos nombres muy por encima del resto: Franck Ribéry y James Rodríguez; a lo que ahora, tras conocerse la convocatoria, deberá, presumiblemente, sumarse un tercero: David Alaba. Sin el extremo neerlandés disponible, todo hace indicar que el Bayern, como en el encuentro disputado en Alemania, volverá a cargar todo su peso ofensivo por el lado izquierdo. Su perfil más fuerte ante, en este caso, el más debilitado del Real Madrid.
El primer envite de Franck Ribéry en la eliminatoria fue de lo más emocionante. El extremo francés, que corrió hasta donde le dejaron sus piernas, fue súper incisivo en todas y cada una de sus acciones durante la segunda mitad. Tal es así que Zidane, en vistas al descontrol que el galo estaba generando con cada arrancada –y tras las lesión de Carvajal-, decidió prescindir de Casemiro, su dique en mediocampo, para tapar así con Lucas Vázquez, Kovacic –que fue quien entró por el brasileño- y Varane al todopoderoso ‘7’ del Bayern de Múnich. Una actuación que, dicho sea de paso, también permitió el propio Real Madrid, dado el bajo nivel que, entre otras cosas, lucieron futbolistas habituados a no fallar en estas noches: Toni Kroos o Luka Modric. Y el Bayern, que aprovecha como pocos este tipo de detalles, se lo cobró en su propio beneficio.
Heynckes deberá potenciar la mejor versión de James: deberá acercarlo al área
Si bien muchas de las opciones del Bayern de llegar a Kiev pasan por Ribéry, no menos importante será el papel que deba adoptar James, en la que no hace tanto fue su casa. El colombiano, en un medio campo con Müller y Javi Martínez primero, y Thiago y el pivote navarro después, fue también uno de los futbolistas más destacados del Bayern en la ida. Aunque su labor, relacionada muchas veces con el primer pase del equipo en campo rival, distó mucho del fútbol por el que el cafetero, como ya demostró en el Sánchez-Pizjuán, es uno de los nombres más desequilibrantes de la competición. James, partiendo siempre desde uno de los dos lados de Javi Martínez, fue el primero en adivinar la tremenda debilidad blanca a la espalda de sus dos interiores. Y eso, a tenor de los noventa minutos, lo bordó: pues de su pie izquierdo salieron continuamente balones a la zona que, con Modric fuera de sitio, y con Müller y Lewandowski fijando a Varane y Ramos, el Real Madrid no pudo interceptar el envío sobre Ribéry.
No obstante, donde más daño podría hacer James en su vuelta al Santiago Bernabéu sería, como dicta su fútbol, en la frontal del área que defienda Keylor Navas. Sin embargo, precisamente esta es la ecuación que deberá solucionar Heynckes antes de volver a verse las caras con el 12 veces campeón de Europa: ya que acercar al colombiano al rectángulo rival requerirá, forzosamente, dos cosas al mismo tiempo: la primera, salvo sorpresa, exigirá que sea Thiago Alcántara quien se encargue de ese primer pase, a expensas de lo poco que sumó en la ida; la segunda, con Javi Martínez como elemento más posicional en medio campo, obligará a que todo el conjunto, en las fases –que previsiblemente tendrá- de mayor dominio territorial, apriete de igual forma tras cada pérdida. Ya que solo así este Bayern podrá tener más o menos motorizado el peligro (latente) de que el Real Madrid haga sonar otra vez la corneta.
Alaba, que fue baja en la ida, podría completar el lado izquierdo del Bayern con Ribéry
El regreso de Alaba es un plus en las prestaciones del vigente campeón alemán. El austriaco tiene piernas y pulmones para acosar, partiendo por detrás de Ribéry, el maltrecho perfil diestro que Zidane, ante la imperativa necesidad de bajar un escalón a Lucas Vázquez o arriesgar con Nacho, deberá reconstruir para la ocasión. En este sentido, y si realmente está para los 90 minutos, la presencia de Alaba puede ser el factor que le faltó al Bayern en la ida. Con este partiendo por el mismo lado que Ribéry, con el pavor que ya de por sí siembran los dos al mismo tiempo, el Bayern, repartiéndose bien los espacios, ganará muchos enteros en línea de fondo y el pico del área; lo que no solo forzará a Zidane a extremar la vigilancia sobre esta zona, señalada tras el duelo de ida y el 1-3 ante la Juventus, sino que a su vez, para regocijo del Bayern, le permitirá ocupar a James una zona más cercana al área.
Está por ver, entonces, qué propone Heynckes con respecto a su costado derecho. Kimmich, artífice del uno a cero, ya demostró el pasado miércoles tener los suficientes argumentos con los que ganar la siempre frágil espalda de Marcelo. Pues, a pesar de lo tremendamente fuerte que se mostró –y se mostrará- su equipo por el carril contrario, la presencia de Müller para partir desde este sector podría ser la llave para, arrastrando la vigilancia de Ramos, permitir a Kimmich llega varias veces hasta cerca del banderín izquierdo que defenderá el Real Madrid. Y ahí, como ya hiciese la Juventus en su momento, ganar un elemento de peso para cargar el área, y perseguir así la obsesión de Lewandowski, Müller y compañía: ganar el segundo palo. A fin de cuentas, si el Bayern consigue acercarse tanto y con tantos hombres, volverá a tener, como en la ida, mucho terreno ganado. Aunque le harán falta más cosas para tumbar a quien su astucia, como a Charlot, siempre le permite salir indemne de los peligros que encierra el escenario; sobre todo cuando se trata de la Champions. “La vida es maravillosa si no se tiene miedo”.
Xisco_Rincon 1 mayo, 2018
Yo realmente creo que el Bayern tiene muchos números, es que jugo mucho mejor que el Madrid, lo único que creo que puede salvar al Madrid, más allá de la suerte, claro, es que el Madrid acepte que no está en su momento y plantear una buena defensa, pensando en salir a la contra con Lucas y Asensio, incluso pensaría en Bale y Cristiano arriba… es que lo que creo que más puede hacer dudar al Bayern es un Madrid que sale rápido… con estos cuatro es posible… Poner a Isco fue un error en la ida, enlentece demasiado la salida, Isco necesita de un equipo que se la de arriba, si la tiene que subir conduce y pausa demasiado. Aun así… yo creo que el Bayern tiene una de las grandes oportunidades de su vida de ganar en el Bernabeu, el Madrid está dejando malas sensaciones… los dos últimos partidos de champions han dejado muchas dudas.