Los marcó todos y de todas las formas. Aquel joven delantero polaco, con el ‘9’ a la espalda y un apellido indescifrable por aquel entonces para gran parte del continente, celebró haciendo un cuatro con sus dedos ante una afición enfervorecida. Lo hizo pocos minutos después de que el reloj del Westfalen de Dortmund superase la hora de encuentro. Tiempo suficiente para que aquel fornido futbolista, sacado hacia tres años del Lech Poznan a cambio de cuatro millones y medio de euros, le hiciese sentir al Real Madrid el terror de una noche muy oscura. Fue en la tercera y última semifinal de José Mourinho al frente del equipo blanco. Una experiencia que curtió, sumado a la rabia e impotencia de los dos tropiezos anteriores ante FC Barcelona y Bayern de Múnich, al que, un lustro después de ese fatídico 4-1, oposita a su cuarta UEFA Champions League en los últimos cinco años.
Robert Lewandowski fue demasiado aquella noche de abril para Pepe y Raphael Varane -pues Sergio Ramos actuó de lateral-. Esa superioridad, a merced de los dos centrales madridistas que, a su lado, parecieron más cerca de su etapa juvenil que de su experimentadísima carrera –ya en aquellos tiempos- en la Copa de Europa, se reflejó en tres de los cuatro tantos del delantero polaco. El último, de penalti, por el centro de la portería defendida por Diego López, fue como un tiro en el pecho para el Madrid; que a pesar de igualar el partido justo antes del descanso no pudo remontar en los últimos 90 minutos en el Santiago Bernabéu, por mucho que Ramos insistió en parar los pies al de Varsovia por todas las artes; las cuales, en realidad, escapan a la retórica del propio fútbol.
El destino ha querido volver a enfrentar los caminos de Robert Lewandowski y el Real Madrid. Ha llovido mucho desde aquella primavera de 2013, pero desde entonces el delantero y el equipo blanco se han vuelto a ver las caras en dos ocasiones: una más de amarillo; la otra, que ayer casualmente cumplió doce meses, ya con el Bayern de Múnich. Y a pesar de no perder en ninguna –en cuartos, aún con el Borussia, ganando dos a cero; y en semifinales de la 2016/17, empatando en un partido que se fue a la prórroga-, el desenlace terminó siendo el mismo para Lewandowski. El Real Madrid fue quien acabó pasando a semifinales y final, respectivamente.
El Real Madrid se mide al Bayern con la gran duda en torno a su 4-4-2
Zinedine Zidane ha mostrado un parámetro más o menos fijo para los grandes partidos durante esta temporada. Con las dos primeras siglas de la BBC cada vez más cuestionadas, el Real Madrid ha superado las dos últimas rondas de la Champions, ante PSG y Juventus, a partir de una misma formación que, en función de su distribución sobre el campo, ha tenido a Isco Alarcón como principal protagonista. El de Arroyo de la Miel fue titular en tres de estos cuatro partidos –la única vez que entró desde el banquillo fue en París, en la vuelta de octavos-, dando así forma a un 4-4-2 en rombo, con Casemiro, Kroos y Modric por detrás de él. Sin embargo, como se pudo constatar ante el cuadro italiano, este sistema encierra un defecto primordial. Y del que, como Mario Mandzukic en su día, el Bayern podría sacar mucho rédito.
Del mismo modo que el 4-3-3 ofrecía, entre otras muchas cosas, un apoyo más cercano por parte de interiores y extremos para que los laterales, léanse Marcelo y Carvajal, cargasen con menos peso a sus espaldas en fase ofensiva; el 4-4-2 en rombo prescinde de esa ayuda –más allá de lo que Isco, en colaboración con Cristiano y Benzema/Bale pueda abarcar hacia uno y otro costado- ya no solo a la hora de atacar sino, aún más relevante, en la tarea defensiva. Y el ejemplo más claro de esto lo escenificó la visita de la Juventus al Bernabéu. Massimiliano Allegri, sabedor de la debilidad que entronca este sistema, basó su estrategia en atacar el lado derecho del Real Madrid empleando, para ello, a Khedira y Douglas Costa. De esta forma, con el alemán arrastrando una marca –y unas cuantas vigilancias- tras de sí en sus constantes rupturas interiores, Pjanic y el sector diestro de la defensa encontraron, con suma facilidad ante la intermitencia defensiva de Marcelo, al extremo brasileño abierto y con ventaja.
Así las cosas, el envío de Costa al segundo palo y el doblete de Mandzukic saltando, como dicta la naturaleza, más alto de lo que alcanza a llegar Carvajal, caricaturizó la fragilidad defensiva del Real Madrid por los costados con este sistema. Una endeblez que además, reseñable de cara a este doble enfrentamiento ante el Bayern, desnudó la laxitud de Varane para comandar, sin Sergio Ramos –sancionado- sobre el césped, la zaga del 12 veces campeón de Europa. Un cúmulo de matices que Zinedine Zidane deberá tener controlado antes de esta misma noche, si no quiere que el regreso del Real Madrid a Alemania vuelva a adoptar tintes dramáticos. Pues de lo contrario, con el propio Lewandowski, Müller o James cargando el área/frontal, en busca del remate que Robbery y/o Kimmich sirvan por fuera, no le quedará más remedio que cerrar los ojos y esperar a que en el intercambio de golpes acabe con un gol más que su rival.
El regreso de Ramos podrá ayudar a mitigar este problema, pero no por completo
El regreso de Sergio Ramos se antoja importante en este sentido, pero no decisivo. El Bayern de Múnich, por aquello de jugar el duelo de ida en casa, tratará de poner contra las cuerdas al Real Madrid de la mejor –y, quizás la única- forma que consigue hacerlo con todos sus rivales. Sin Coman, pero con Robbery en estado de gracia, lo normal es que Heynckes envite con todas sus armas en este primer partido. Y estas, a tenor de lo visto desde su regreso y a partir de los problemas que viene arrastro el equipo blanco, apuntan a que el Bayern buscará cercar en pocos metros al Madrid proponiendo, tras sus continuos envíos al área, una correosa presión tras pérdida. Una fórmula para la que Zidane tiene respuestas, pero también ciertas dudas.
Estas cuestiones, a priori, pasarán por los emparejamientos que se sucedan dentro del área de Navas. La vuelta de Sergio Ramos tras su sanción es, en parte, un alivio para lo que sufrió el Real Madrid ante la Juventus. Pero ha de analizarse que, por mucho que el capitán sume en las labores defensivas, los dos primeros goles del equipo bianconero llegaron, como ya hemos dicho, tras un centro lateral desde la izquierda. Algo que, dicho de otra forma, supondrá un nuevo reto para la defensa del Real Madrid, que además de sufrir especialmente –sobre todo en el caso de Varane- ante delanteros con el cuerpo de Lewandowski deberá prestar especial atención a las sigilosas incursiones de Müller; quien, del mismo modo que intentará el ‘9’, lo normal es que busque conectar obsesivamente su remate con el perfil derecho del Madrid.
El propio plan resta mucha frescura a Robben y Ribery; quienes están muy exigidos
Robben por derecha y Ribery por izquierda, si esta es la disposición que elige Heynckes para la ocasión, será la doble amenaza que el Madrid deberá vigilar antes de que estos, virtuosos en ello, acaben mandando el balón al corazón del área; lo que causaría un problema aún mayor. Por una cuestión simplemente geométrica, el 4-4-2 en rombo de Zinedine Zidane no ocupa las bandas como sí lo hace la misma formación en línea, con Lucas Vázquez –derecha- y Asensio –izquierda- como volantes. Razón más que de peso para que el técnico francés, si considera que el desafío puede poner en jaque la presencia del Real Madrid en Kiev, opte por esta segunda opción en su viaje al Allianz. Aunque esta, como la primera, también reserva sus matices: pues sin Isco, privaría al conjunto de quien, además de Ramos, Modric y Kroos –y Benzema, si juega-, está llamado subsanar y escapar de la (presumible) presión bávara; pues ahí el Bayern sufre.
Porque si el Real Madrid consigue, fruto de la labor primigenia de los centrales y de Casemiro, salir indemne de los clásicos tramos de desenfreno donde el Bayern, jugando en casa, muerde de verdad, tendrá mucho terreno ganado en el cruce. Ya que este Bayern, ante cualquier otro contexto, no impone tanto como cuando sitia a su rival para cargar el punto de penalti. Por eso, la ausencia de Vidal, clave en este tipo de acciones, resulta tan perniciosa para el Bayern. Una baja que, por cierto, podría terminar sacando del once a Ribery, ya que en su duelo individual es quien menos rédito, en principio, podría sacar ante Carvajal. Por todo ello, lo único seguro a estas alturas es que Lewandowski volverá a verse las caras con Sergio Ramos. O eso querrá el central andaluz; pues, si no es así, y Lewandowski consigue alejarse del ‘4’, esto querrá decir que el polaco pretenderá implantar su dominio sobre Varane, sobre Carvajal y, en definitiva, sobre el costado derecho blanco. A fin de cuentas, Robert detenta todo lo que más daño puede hacer a los defensas del Madrid. Y, fundamental en estas lides, el recuerdo de que ya ha sido decisivo contra quien más difícil es sacar nota cuando se trata de la Copa de Europa.
rjalarcon 25 abril, 2018
La banda mas peligrosa del bayern es la derecha, con robben, kimmich y las incursiones de muller recostado algunas veces hacia ese lado, dando centros muy peligrosos con su derecha, veremos centros con mucho peligro tanto de muller como de kimmich y recorte hacia adentro por parte de robben, la debilidad de este bayern con el del 2013 es que no posee a un schweinsteiger, ese equilibrio y puente entre la defensa-delantera, ademas de cubrir las constante subidas de los laterales, por eso el bayern de heynckes prácticamente no quedaba expuesto a las contras y se mostraba mas solido a pesar de tener a un boateng mas errático para tomar decisiones y dante, ni james o thiago pueden cumplir esta labor pero pueden dar otras cosas gracias a sus dotes técnicos, de jugar el colombiano y alaba también , la banda izquierda también seria de mucho cuidado con los centros de estos 2 , en cuanto a lewandowski digamos que tiene una deuda en estas citas jugando con el bayern, también hay que decir que solo a podido llegar sano a una de estas eliminatorias importantes, aquella contra el atletico, contra el barca llego justito y con un bayern sin extremos, contra el madrid la pasada no jugo la ida y la vuelta no estaba bien, así que esta es la propia a ver si termina cumpliendo o quedara en deuda, también creo es la ultima gran eliminatoria de robbery, lo cuales gracias a el manejo de jupp llegan sano y con buen nivel , no igual que aquel 2013 cosa lógica pero mejor en lo físico que varias con pep por ejemplo.