La premisa con la que el Villarreal saltó al Stade des Lumières fue muy clara: había que desconectar la calidad ofensiva del Olympique a partir del control de la pelota, el dominio del espacio y el manejo del ritmo. El conjunto de Javi Calleja ha crecido estos meses en otra dirección, una más enfocada a la presión y la transición, pero acudir a Lyon exigía un tipo de adaptación diferente al que suele ser habitual: en vez de hacerlo sin balón, realizarlo con él. Y el Villarreal acertó con su plan. Sus primeros 45′ demostraron mucho oficio colectivo porque cada uno de sus once futbolistas era plenamente consciente de su función. Rodrigo Hernández llevaba el reloj, Manu Trigueros la brújula y Cheryshev, Bacca y Samu Castillejo el mapa.
Especialmente destacado y llamativo fue lo realizado por los dos centrocampistas españoles. Rodrigo es un mediocentro recién salido del fútbol base español que, como tal, ya conoce los muchos significados que se le puede dar a controlar, tener o pasar el balón. Sabe cómo y cuándo bajar el ritmo. Sabe cómo y por qué dar un pase de seguridad que a su vez cree estructura. Y sabe cómo y para qué acelerar con un pase vertical. Esto, sumado al excelente manejo de las alturas de Manu Trigueros, que lo mismo te recibe por detrás que por delante de línea de balón, le dio al Villarreal un control muy fluido del juego que en ocasiones incluso derivó en peligro. Calleja lo tenía todo controlado. Incluido el talento de Fekir.
Mariano Díaz dejó 15 minutos para el recuerdo.
Pero entonces Mariano Díaz explotó. Y explotó a lo Lyonnaise. Es decir, recordando a aquel Olympique que a comienzos de siglo desarbolaba a sus rivales a partir de un ritmo y una calidad física asombrosas. El canterano del Real Madrid, a partir de un tren inferior potentísimo y de un plus de energía inigualable, se impuso continuamente a Álvaro González y Víctor Ruiz tanto en los duelos de área como por supuesto a campo abierto. Fue verdaderamente impresionante. E incontrolable. Recordando a Kylian Mbappé en varias acciones, por no blasfemar citando a Nazario, sus carreras descontrolaron por completo el partido. Lo abrieron de par en par. Y por ahí se coló al completo un Olympique de Lyon al que le sobra veneno en ataque. Primero NDombele, después Fekir y finalmente Depay, que supuso un update respecto a Aouar, menos agresivo y bastante perdido por el plan de Calleja, le dieron la iniciativa de la eliminatoria al conjunto de Bruno Génésio. Al equipo de Mariano.
Foto: JEAN-PHILIPPE KSIAZEK/AFP/Getty Images
José Luis 16 febrero, 2018
En realidad, es el primer partido de Mariano, desde que está en la élite, donde le he visto una actuación notable fuera del área. Ojo a la progresión de este jugador. Y hay una faceta de su juego poco destacada hasta ahora, pero en la que es un especialista: tira muy bien las faltas.
Recordar a Mbappé en esa arrancada por banda izquierda , recortar al defensa y tirar a puerta está muy bien traído @Quintana.
Sigo pensando en que si hay un tercer delantero para el Mundial (Morata y Aspas son casi fijos), saldrá de la lucha entre Diego Costa (el favorito), Rodrigo (el que mejor puede adaptarse a la Roja) y Mariano (mi favorito para una competición de este tipo). Luego, Gerard Moreno o Aduriz podrían tener alguna opción, pero menos.