La presión en el ADN | Ecos del Balón

La presión en el ADN


Si una cosa acredita el curriculum en los banquillos de Ernesto Valverde, es su capacidad para detectar las necesidades de los equipos a los que entrena y de aplicar, para ellas, recetas concretas que las subsanen. Así, su trayectoria como técnico se ha definido como un proceso adaptativo a través del cual el cacereño ha ido adoptando múltiples formas, y dando lugar, bajo su tutela, a equipos de lo más variado en cuanto a tipología. Sus Athletics, Olympiakos, Espanyol, Valencia o Barcelona son conjuntos de autor, pero de un autor eminentemente versátil. Sin embargo, existe una constante que los atraviesa. Un hilo invisible que los une a todos. Una marca de agua que, como una promesa, el Txingurri no ha estado dispuesto a olvidar. Todos sus equipos hacen de la presión adelantada una de sus señas de identidad. A veces para impulsar desde el ritmo feroz un juego directo que potencie el carácter vertical de sus futbolistas, otras para equilibrar estructuras en las que convive un gran número de piezas ofensivas, otras para disimular déficits creativos a través de un robo que aproveche espacios en las defensas contrarias, o para configurar escenarios de dominio territorial que se traduzcan en un control incuestionable de la situación. Ahora es su Barça quien ha convertido la defensa adelantada y el acoso en campo rival en una de las principales fortalezas que explican la buena marcha del equipo. Pero aunque esta vez tiene ingredientes distintos, en el Camp Nou la receta no suena del todo extraña.

«Si quieres ir al ataque, necesitas gente con una técnica fina, como por ejemplo Laudrup, y estos rinden mucho más en un campo pequeño que en un campo grande. Campo pequeño quiere decir que cuando tú juegas al ataque, mantienes que Laudrup no tenga que bajar cuarenta o cincuenta metros para defender, y que cuando recuperas el balón tenga que subirlos otra vez. Cuando puedes meterlo ahí dentro, el rendimiento de jugadores como Laudrup o Romário es mucho más grande, y además, como tocan mucho el balón, hay mucho para ver. Si no sólo los ves corriendo, y así los ves tocando el balón»La figura de Johan Cruyff como entrenador del FC Barcelona es un punto de inflexión en numerosos sentidos, fundamentados alrededor de una idea de juego que, a partir de él, se siguiera o no, siempre estuvo latente. Aferrada al tuétano. A fuerza de las victorias que hasta su Dream Team le había faltado a un club con menos títulos de los que correspondían a su historia, el holandés afianzó una cultura futbolística particular a modo de guía para el triunfo. El conjunto azulgrana nunca antes ganó tanto como con su receta, por lo que es fácil comprender que abrazara aquel desconocido e innovador fútbol como una verdad revelada. Una suerte de poción mágica en la que guardaría los secretos de unos éxitos tanto tiempo esquivos. Bajo la simpleza de un «si tú tienes el balón, el otro no lo tiene», escondería una nueva mirada. Una lógica compleja. Un punto distinto desde el que verlo todo.

Con Johan Cruyff la recuperación en campo rival tenía que ver con la capacidad de crear ventajas para propio equipo y desventajas para el adversario, a través del juego de ataque.

Hijo futbolístico de La Naranja Mecánica, su segundo aterrizaje en el Barça se llevó a cabo el mismo verano en que otra selección holandesa dirigida por Rinus Michels se alzaría con la Eurocopa, y con la intención declarada de recoger parte de la identidad de ambos conjuntos: «Quiero que mi equipo se parezca al Ajax y a la selección holandesa«. No obstante, del mismo modo que como jugador Johan había sido el verso libre en el estricto entramado diseñado por Míster Mármol, su trabajo en los banquillos, y más especialmente aquel referido al ejercicio de la presión, se desarrolló de un modo distinto. Con una apuesta de juego absoluta y extremadamente ofensiva, en la que de los tres defensas más habituales uno no lo era y a los otros dos se les permitía proyectarse por banda con alegría, todo se construiría a través del ataque. Situando a muchos hombres alrededor del balón para estar cerca del mismo si se perdía, desorganizando al rival a través de una combinación veloz e incisiva que buscara con ahínco los pases que superaran líneas, obligando a los delanteros contrarios a defender a sus teóricos marcadores, buscando la profundidad para que cuando el adversario se hiciera con el esférico tuviera ante sí once barreras que superar, haciendo norma del tercer hombre y pretendiendo un posicionamiento perfecto que permitiera a sus jugadores una ventaja de partida en la recuperación que, de otra forma, no habrían recibido.

«Si yo tengo que defender toda esta sala, soy el más malo que hay porque se me pueden ir por todos lados, pero si sólo tengo que defender esta mesa, ya puede venir el mejor jugador del mundo que no me pasará. Entonces, ¿qué es defender bien y qué es defender mal? Es relativo. Es distancia, nada más. Con Guardiola lo que siempre hicimos fue que donde jugase él estuviera empaquetado, que nunca tuviera que defender demasiado espacio. Siempre un espacio reducido. Entonces es sólo cuestión de ver, nada más. Siempre tenía que vigilar una cosa: tener a dos compañeros cerca para que sólo tuviera que defender un espacio pequeño. Así eres el mejor defensor que hay». Una forma de entender la recuperación en campo rival casi instintiva, como una necesidad de volver a hacerse con el control de la herramienta que debía abrirle todas las puertas, y en la que todo aquello que no proporcionara el ataque era afrontado casi desde la improvisación. Como si se tratara de una parte de la vida que no se estaba obligado a visitar. El juego de ataque debía pesar lo suficiente como para que no fuera necesario mirar hacia atrás.

Un principio similar dirigió los pasos de Louis van Gaal en el Camp Nou, aunque en este sentido, y pese a la magna obra que había alumbrado en Ámsterdam, su criatura dio la impresión de quedar incompleta. De su Ajax había escrito Pep Guardiola que «asumía todos los riesgos que un equipo es capaz de asumir«, pero que los esquivaba porque «todos sus futbolistas, de diferente calidad, pero todos, sin excepción, eran conscientes de cuál era su misión sobre el terreno de juego. La disciplina de las posiciones. La posesión de la pelota como idea básica. El juego con ayudas constantes. El movimiento a dos toques…». El suyo fue un Barça, nuevamente, exageradamente ofensivo y con dos particularidades con respecto al Ajax campeón de Europa que quizá expliquen las dificultades del equipo para construir una transición defensiva competitiva que tuviera su origen en campo contrario, y algunas leyendas negras como las que escribió El Piojo López. Una de las diferencias tenía que ver con el mejor futbolista del equipo, un Rivaldo situado en el extremo izquierdo pero ávido de la mediapunta en la que se coronaban los cracks brasileños, que a diferencia del Overmars que Louis dirigió en Holanda demandaba constantes compensaciones posicionales cuando abandonaba la cal. A menudo ofrecidas desde el interior izquierdo por Cocu, el resultado acercaba al holandés a la zona del extremo pero lo alejaba de la del mediocentro. Donde antes Cruyff había abrigado a Guardiola, ahora se destapaba al catalán, quién además, y pese a que en el Barça de Van Gaal se convirtió en el líder futbolístico absoluto que con Johan fueron otros, no exhibía la capacidad física de Davids, Seedorf o Frank Rijkaard para acaparar grandes extensiones de campo.

A raíz de Frank Rijkaard, en el Barça la escuela holandesa se mezcla con aspectos del fútbol italiano. El holandés primero y Guardiola después, añadieron táctica a la noción primigenia de presión de Cruyff.

Fue con este último, aprendiz en primera persona de Cruyff y Van Gaal, pero también de Arrigo Sacchi, que la presión del Barça, aún sin perder el balón de vista, adquirió matices. La pelota ordenaría, seguiría siendo el centro, pero a diferencia de sus dos compatriotas Frank también tocó otras teclas. Fue la síntesis entre dos mundos. Las diagonales de Rafa Márquez, los pases de Ronaldinho o los desmarques de Samuel Eto’o y Ludovic Giuly para generar contextos de ventaja tras pérdida, compartiendo espacio con la contribución de piezas como Edmilson, Thiago Motta o un Deco educado con Mourinho. Un Barça en el que Xavi e Iniesta rara vez podían coincidir en el mismo mediocampo porque su funcionamiento todavía no lo permitía y comprometía la seguridad de su estructura. El artífice del último cambio fue Guardiola. Creación de Cruyff, alumno con Van Gaal y conocedor en primera mano del Calcio como Rijkaard, su sello, vinculado a la conservación del cuero, siempre le reservó un lugar preponderante al robo («si se trata del balón, confieso que soy egoísta: lo quiero para mí. Por eso si no lo tengo, voy a por él a toda prisa») hasta el punto de haber declarado en alguna ocasión que aquello en lo que más empeño pone en los entrenamientos es en el trabajo acerca del posicionamiento de sus futbolistas cuando el equipo pierde la posesión: «La clave es estar siempre entre los jugadores. Siempre entre dos posiciones. Lo mejor es sentir que desde aquí puedo llegar al central y también al lateral. Que el jugador contrario no sepa cuál es su defensor«. Sin dejar de ser una respuesta sin balón, nuevamente, creada a partir del ataque. «La intención no es mover la pelota, sino mover al oponente. Llevarlo donde tú quieres».

Ataque y presión como dos caras de una misma moneda. Uno, el objetivo deseado, y el otro, el pilar ineludible sin el cual éste no es posible. Hoy, el Barça de Ernesto Valverde marca la pauta desde una presión distinta, más física, menos demandante de escenarios previos favorables, incluso, a veces, siendo más origen que consecuencia. Más plataforma sobre la que los ataques cobran ventaja que beneficiaria de una ofensiva aguda. Pero su nueva realidad , la que orquesta a partir de la pizarra del Txingurri, permanece vinculada a aquellos primeros postulados. A que mejor que Messi no tenga que bajar cuarenta metros cuando el equipo pierde el balón para volver a subirlos cuando se recupera. A que es preferible meterlo en un campo pequeño para verlo tocar mucho el balón, que en uno grande para verlo correr. A que cuanto antes se le arrebate el cuero al contrario, antes lo podrá tener el argentino en sus botas. Y que cuanto más arriba lo tenga, mejor.


46 comentarios

  • Javier 20 febrero, 2018

    Gran trabajo Albert!!

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  • Santiago Estrade 20 febrero, 2018

    Como de costumbre, articulazo cargado de trasfondo. Me encanta como siempre relacionas modelos de equipos actuales con sus referentes ideológicos y dentro del propio contexto de evolución táctica de su liga.

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  • Gonçalo 20 febrero, 2018

    Albert Morén es fabuloso. Me ha encantado.

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  • MigQuintana 20 febrero, 2018

    Tremendo Albert.

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  • AArroyer 20 febrero, 2018

    Enorme. ADN Albert.

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  • Francesc Marco 20 febrero, 2018

    Y lo difícil que es escribir de un tema tan conocido del que ya se ha dicho tanto.

    Yo me quedo con la pregunta de qué es lo que pregunto qué aportó concretamente Rijkaard en la presión. Estoy de acuerdo que habia centrocampistas con despliegue, pero más allá del físico, ¿qué matices tácticos aportó? Por ejemplo, ¿aportó la idea de sólo presionar si el rival con balón está acosado? ¿O aportó patrones a la hora de colocarse los interiores para la eventual pérdida?

    Recuerdo lo impactante que fue la seguna vuelta de 2003/04. Parecía que el balón tenía iman y le volían todos los rebotes a Xavi, además entre las líneas de medios y defensas rivales.

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  • 3-7-0 20 febrero, 2018

    Extraordinario viaje por el tiempo. Gracias.

    “Cuando puedes meterlo ahí dentro, el rendimiento de jugadores como Laudrup o Romário es mucho más grande, y además, como tocan mucho el balón, hay mucho para ver. Si no sólo los ves corriendo, y así los ves tocando el balón”

    Siempre he pensado que el juego del Barça es un “entrenamiento” en sí mismo. El hecho de enlazar posesiones largas seguidas gracias a la presión permite a los jugadores estar en permanente contacto con el balón, permite la repetición pura y mecánica de cientos de gestos técnicos a lo largo de un partido. Tanto contacto y manejo del balón mantiene al jugador con la sensación de estar metidísimo. Es mucho más fácil acertar en el control-pase y en la decisión cuando tu propio juego es una sucesión de gestos técnicos (ensayo-error). A menudo lo comparo con el concepto de tener la muñeca caliente en baloncesto. De la misma manera que en el minuto 1 es más fácil fallar un pase que en el 20, en el Barça esa sensación es exponencial a cada minuto que pasa. Este estilo permite al Barça entrenar mientras juegas.

    “ El juego de ataque debía pesar lo suficiente como para que no fuera necesario mirar hacia atrás”
    Y es que los equipos que han logrado que el Barça defendiera en campo propio, a menudo lo han vulgarizado al extremo. El temor a ese escenario tan antinatural lleva al equipo a presionar tan arriba donde sea necesario, ya no solo como parte del plan, si no como única vía de supervivencia.

    “…o un Deco educado con Mourinho…”
    Para mí de todos los jugadores de alto manejo del balón, el que mejor se ha manejado nunca en la presión. Natural, instintivo y ambicioso en la mordida. El salto cualitativo con su encaje su espectacular.

    De todos los Barças que habéis repasado ¿con quien guarda más similitudes el de Valverde en su forma de presionar?

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    Pues creó que el concepto presión adelantada ha perdido la realidad de lo que ha sido , de la historia.
    es decir esa presion adelantada tiene muchos sentidos y se utiliza de formas muy diferentes.

    No creó que tiene nada que ver la presión adelantada del Eibar o la que hacia el athletic ( muy similar), curiosamente el atheltic llevaba esta presion adelantada al mayor extremo contra el barcelona, que la que realiza ahora el barca.
    Poco tiene que ver esa presion si la hace el manchester city que da entre centrales 400 pases ( una cosa a prohibir , para mi un tipo de juego pasivo ) , o sacar los corners cortos para evitar contraataques.
    Tambien el at madrid realiza presiones mas adelantadas, el barca actual, pues no es lo mismo en casa que fuera, si coloca a busquet de tercer central, o rakitic por delante de paulinho ,e tc.

    sinceramente es un concepto , que se vio que es la diferencia futbol moderno y antiguo ( el alemania- brasil del mundial lo definio ) pero dentro de la elite es un concepto muy variable, y al final en champion, es una cuestion de conviccion.

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  • vi23 20 febrero, 2018

    Muy buen texto. Debo decir que tampoco tengo tan, tan claro que la presión de este FCB sea tan, tan física (en contra de la opinión general, a raiz de aquel tuit de Adrián). Yo creo que sí hay mecanismos de posicionamiento previo para facilitar la presión. Tal vez (seguro) distintos a los que había con Pep pero los hay. La posición que suele ocupar Iniesta, la de Alba, la de Sergi Roberto y por supuesto la de Busquets y Rakitic.

    Y, ojo, que sobre todo el FCB de Pep en la primera temporada jugó mucho a partir de la presión.. No tengo stats pero muchos goles vinieron de recuperación tras pérdida. En eso, quisiera destacar lo bien que presiona Busquets y, sobre todo, que lo hace con un ojo pendiente de Messi. Siempre sabe donde está y trata de que le llegue el balón de primeras

    Este Barcelona sube lento con balón y por eso sube junto y puede presionar. No como el año pasado que, ya sabemos, cuanto más rápido llevas el balón más pronto vuelve

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  • elfutbolero 20 febrero, 2018

    @Fernandojb
    Pasivo o no, el priorizar la entrega efectiva sobre el pase arriesgado es una de las claves de que allá donde ha ido Guardiola, sus equipos hayan sido referentes europeos (a excepción del City el año pasado, en el que la adaptación fue harto complicada). No lo veo ningún delito; al final, es irónico pero la escuela de Cruijff se basa en ideas tremendamente pragmáticas ("si yo tengo el balón, el rival no"), más que en la plasmación de una filosofía futbolera de tipo romántica (se me viene a la cabeza Valdano).

    @3-7-0
    Muy interesante lo que dices, lo de los partidos-entrenamientos. Añadir que es algo que viene desde el fútbol base culé, con lo que entre una cosa y otra la interiorización de automatismos es brutal, y esa es la causa de que a pesar de los cambios de entrenador el Barça conserve siempre una identidad tan marcada.

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  • AArroyer 20 febrero, 2018

    @vi23

    Es que el Barça 2008-2009 es agotador. Hubo partidos de un ritmo con balón y un acoso posterior… asombroso. Lo del Bayern+Lyon en el Camp Nou es un auténtico abuso. Qué equipo fue aquel.

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  • Abel Rojas 20 febrero, 2018

    @ Vi23

    "Y, ojo, que sobre todo el FCB de Pep en la primera temporada jugó mucho a partir de la presión.. No tengo stats pero muchos goles vinieron de recuperación tras pérdida. En eso, quisiera destacar lo bien que presiona Busquets y, sobre todo, que lo hace con un ojo pendiente de Messi. Siempre sabe donde está y trata de que le llegue el balón de primeras "

    No sólo está pendiente de Messi para filtrarle el balón rápido, sino también para colocarse en función de él durante el ataque posicional de cara a ser más eficaz en el transición ataque-defensa. Según dónde y cómo esté Messi, Busquets puede anticiparse y saber de antemano cómo y dónde va a perder la pelota el Barcelona.

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    @elfutbolero

    Para bien o para mal cada jugador y entrenador tiene un concepto de futbo. Guardiola tenemso la suerte de ver como jugaba y de que ? y tiene una pasion enfermiza por el control del juego, del balon, de los partidos, no tiene un buen ideario de partidos a gran ritmo, ahora curiosamente si habia empezado con un ritmo muy bueno pero poco va hacia un manierismo de su estilo, 700 pses, todos atras.
    Siemone tiene otra ideosincrasia o Zidane es un entrenador que asume un juego mas dinamico y mayor ritmo de balon y juego.
    Marcelino igual o Valverde pues tiene su juego por el centro.

    en fin que el ritmo que juega un equipo y las zonas es muy importante, pero luego cada uno disfraza sus miedos a veces de virtudes y Guardiola partidos abiertos como que no , eso no entra dentro de su estructura mental, de tu a tu.

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  • Fisher(Alexvidal93) 20 febrero, 2018

    La presión del Barça de Guardiola era estupenda y le doy el máximo mérito, pero me faltó algo por parte de los equipos contrarios para poder contrarrestarla.Creo que faltó una parte de intención en la preparación con balón para poder echar abajo el plan. Fue todo multifactorial pero creo que la mayoría de equipos sufrían el concepto que tiene dicho Juanma Lillo de sentirse presionado o estar presionado. Ante la sensación de presión el equipo contrario sentía la necesidad de quitarse el balón de encima y elegir la opción incorrecta. Además recalco otro factor y es que creo que los equipos top del momento no aborrecían de jugadores técnicamente excelsos, aunque el Madrid de Mourinho fuese un super equipazo, en esa plantilla había un vacío de calidad técnica. Podría nombrar al United también, con el que se enfrentó en varias finales. Equipos Top con jugadores como Khedira, Arbeloa, Chicarito, Park-ji Sun. Obviamente son ciclos generacionales, pero ahora existen los Modric, Kroos, Pogba etc.

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  • elfutbolero 20 febrero, 2018

    @Fernandojb

    Por cómo escribes intuyo que el estilo de Pep no es de tu agrado. Me sincero: tampoco lo es del mío, al menos totalmente. Pero lo que sí que es cierto es que por muy aburrido que pueda llegar a ser el ver cómo un equipo sobrepasa la barrera de los 650 pases sin que una parte significativa de los mismos tengan veneno alguno, no hay duda es que los resultados están ahí. Al fin y al cabo, ¿no es lo que hace grandes a los entrenadores el ser capaces de minimizar el caos que entraña de por sí un deporte en el que dos sistemas de 22 jugadores intentan lograr su objetivo manejando la pelota CON LOS PIES? En ese aspecto, no hay ninguna duda: Guardiola da la impresión de tener siempre los partidos en su mano. Y creo que esto es una realidad más que una opinión subjetiva, porque como ya te digo, personalmente no soy un defensor total del supuesto deleite visual del modelo de juego de Pep.

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  • Adrián Cervera 20 febrero, 2018

    @VI23

    Ojo, yo no dije que la presión fuera física, yo escribí que antes el Barça llegaba a la presión a través del juego (se lo permitía su circuito de pases y el desorden que generaba en el rival) y ahora llega al juego a través de la presión.

    Para mí la presión no es una cuestión física, es una cuestión organizacional, de inteligencia, nada que ver con el físico (que a nivel individual puede ayudar pero no hay relación de éxito per se).

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    @elfutbolero
    a mi me gusta mas el futbol de kloop, de Zidane, de pochetino, pero tambien hay que tener en cuenta los jugadores que tienes, al final el barca tiene unos jugadores muy concretos y que juegan de una manera, les entrene quien les entrene. ver como jugaba el athletic o el barca pues no tiene nada que ver.
    desde luego tanto control ( que es defensivo en el fondo ) no me gusta, o por lo menos me aburre, los partidos del liga inglesa del manchester city mas que futbol son futbito, jugadas aisladas.
    creó que se deberia prohibir pasar el balon al portero si has pasado del medio campo o por lo menos limitar el campo de pases atras.
    el otro dia, 140 pases de otamendi , 120 de komani, 110 de depth y 30 del portero , son 400 pases defensivos, desesperante.
    pero cada uno pues puede elgir lo que quiera, pero para salvaguardar el espectaculo se debe hacer algo. es muy aburrido eso de salida de balon de 3, el medio centro atras, etttc, etc.

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  • Gal 20 febrero, 2018

    Al final los entrenadores tienen unas ideas que van evolucionando según evoluicona el futbol y los planteamientos de sus rivales.
    El Barça de Guardiola tenía muchisimo más ritmo al inicio de su etapa, pero poco a poco todos sus rivales fueron pasando a defenderle muy atrás y juntos, y así es mucho mas dificil dar ritmo alto al juego. Si a Guardiola se le presionase arriba, no habría tantos pases entre centrales, portero y defensas…

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  • Gal 20 febrero, 2018

    Respecto al texto, me ha encantado, pero he echado una cosa de menos que creo debería haberse comentado y que para mi es clave para entender la presión al rival. Y ese elemento clave ocurrió en el año 1992, a mitad de la etapa de Cruyff como entrenador (con lo que eso supone a nivel de adaptación), y que fue el último gran cambio en el fútbol. Me refiero a la prohibición del portero de coger el balon con la mano por cesión de un compañero. Ahí empezó realmente la presión. Por mucho que digamos que el Milan de Sacchi presionaba bien, el hecho de que la defensa rival pudiese pasarle el balón al portero hacía que la presión fuese un concepto diferente, era más bien un achique de espacios más que una presión propiamente dicha…
    Por eso me resulta curioso que se critique que se pasen el balón entre centrales… eso tiene arreglo, se presiona a esos centrales y a ver que pasa. El problema no es tanto del entrenador que incita ese pase entre centrales como del entrenador que pone el autobus atrás indiscriminadamente. Antes si que no tenía arreglo, un central en apuros podía tranquilamente pasarle el balón al portero, lo cual, eso sí, era desesperante…

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  • CarlosViloria10 20 febrero, 2018

    @fernandojb

    Al final, como mencionó @elfutbolero, el fútbol es especial porque la pelota se domina con los pies, se dificulta aún más ser precisos para superar una defensa.

    Yo más que aburrirme con los equipos que dan 700 pases por partido, me aburro con los que se meten todos atrás buscando el 0 y si llega un gol en una contra aislada ya vemos. Que ojo, es igual de respetable que hacer 400 pases "defensivos", cada entrenador busca la manera de lograr un resultado positivo y a lo largo de la historia se ha demostrado que no hay una receta que te asegure el triunfo; ahí tenemos al Ajax del fútbol total, el Milan de Sacchi, Grecia 2004, el Barça de Pep… todos con estilos distintos y en décadas diferentes.

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  • Adrián Cervera 20 febrero, 2018

    @Gal

    Solo hay que recordar la final de Copa de Europa entre el Milan de Sacchi y el Steaua de Bucarest. Cada intento del Milan de robar, pase al portero.

    Y evidentemente estoy contigo, la culpa no es de Pep, es de quien en vez de presionar se encierra en su campo, el que corta el ritmo mediante faltas, pierde tiempo en cada reanudación, etc. Ahora la culpa es de Pep por querer dominar el juego con balón y atacar.

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  • Carlos 20 febrero, 2018

    @Adrian Cervera

    Y pese a eso, Pep encuentra la forma de que sus equipos se abran paso entre esas defensas, encima se exhibe en ocasiones como ese inolvidable Bayern-Atletico.

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    Lo que digo que igual que se cambio la norma del portero con la mano, el futbol deberia plantearse el cambio ese del portero.
    Parto de una base los defenss tienen gran ventaja sobre los delanteros.
    Igual vale con la norma de que el portero puede jugar el balon pero solo fuera del area, es decir colocandose como jugador ?
    no lo se, y no permitir pases atras eternizandose.
    a mi un equipo que toca 800 balones, de ellos 400 entre defensas es un toston, si soy aficionado de ese equipo y gana pues me da igual, pero el otro equipo 200 pues es aburridisimo.

    tambien depende de lo que cada uno entienda por futbol claro, lo dicho es muy licito jugar como uno considere mejor , pero igual solo que el portero pueda jugarlo fuera del area se hace un futbol mucho mas dinamico.

    es decir creó que ayer el manchester hizo 800 pases y tiro 5 veces a gol ? creó.

    en cuanto al reportaje esta bien , para dar como un relato a un entrenador que a dia de hoy no tiene historial en europa, .
    es decir se puede poner a esos , y a martino y luis enrique y villanova y valverde pero se omiten los intermedios para darle un realce mayor y eso sin jugar todavia un partido en eliminatorias.

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  • Adrián Cervera 20 febrero, 2018

    @fernandojb

    ¿Que no se quiere que el City de pases al portero?, que vaya el rival a presionar.
    ¿Porqué no prohibimos las defensas pasivas en fútbol como hacen en la NBA? Y nos ahorramos los equipos que únicamente salen a colgarse del larguero.

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    @adrian

    pues igual en efecto hay que valorarlo, lo que no es de recibo es un partido que un equipo da 800 pases y el otro 200, y de esos 400 o 500 de los defensas ?

    parto de la base de que el portero da una ventaja clara a los equipos en salida en contextos de equipos de no similar nivel.

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  • Adrián Cervera 20 febrero, 2018

    @fernandojb

    Pero eso es culpa del oponente. Solo hay que ver el Liverpool-City.
    Pero si tu te encierras, yo voy a utilizar todos los medios para moverte, desgastarte y vencerte y si para eso necesito dar 800 pases, pues los voy a dar, si el City te puede matar en 3 lo va a hacer si puede.

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  • Santiago Estrade 20 febrero, 2018

    @fernandjob

    Creo que decir que el estilo de Guardiola se basa en "pases atrás" es precisamente ir en contra de su ideario. Si hay algl que lo define es que sus equipos siempre posicionan muchos hombres por eelante de balón para tener líneas de pase para progresar. Otra cosa es no progresar a lo loco, por el simple hecho de ir para delante. Si no se puede avanzar en ventaja, se busca otra zona por donde si se pueda. Los datos demuestran que, de hecho, la acaba encontrando.

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  • Santiago Estrade 20 febrero, 2018

    …y son los defensas los que pasan para buscar la ventaja, porque Pepe quiere que se salga ya en ventaja. No es manierismo, es optimización desde el principio. Salir mal por tal de sslir, no vale. Hay que salir bien.

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  • Fisher(Alexvidal93) 20 febrero, 2018

    @Fernadojb @Adrian Cervera
    Tema interesante. Creo que la razón la lleva Adrián Cervera. Tus argumentos Fernando no tienen todo el sentido. Tu opinión acerca del aburrimiento de pases repetidos es respetable e incluso entendible, pero tu argumentación basada en que eso está provocado por el equipo atacante no tiene sentido. El fútbol es un deporte de dos. Lo que uno hace influye directamente en lo que te provoca hacer el contrario con sus acciones. Si no fuese así y no fuese tan complejo se llamaría baloncesto o balonmano. Por tus comentarios parece que quieres una estructura similar a estos deportes.Los últimos encuentros del City se parecen a balonmano por que hay un equipo que decide que quiere meter su defensa en el área en lugar de a 50 metros de la portería. ¿En el balonmano acaso no se pasan el balón entre ellos varias veces para desordenar defensas?

    Voy más allá, el City tiene una estructura de salida que incluso le beneficia que le presionen arriba, por que logrará llevar el balón al área con espacios de una forma más fácil y en situaciones ventajosas para sus atacantes.

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  • Santiago Estrade 20 febrero, 2018

    El tema de restringir aun más la cesión lo veo directamente contraproducente. Que una regla permita que haya más variedad de opciones es bueno. Sería malo si esa regla permitiese algo tan desequilibrante que cualquier equipo pudiera aprovecharlo y siempre le favoreciera. Como antes, que simplemente la pasabas al portero, la cogía con las manos y vuelta a empezar. Ahí si estaría de acuerdo. Pero ahora es diferente.

    No todos los porteros van bien por abajo. Y normalmente no es lo que prima al formar ni fichar porteros. Si juegas a dársela siempre al arquero y este no tiene la técnica de control y pase adecuada, la mayoría de las veces esa cesión será una pérdida o, como poco, dividir la posesión. Y eso, se vea como se vea, no es ninguna ventaja como para prohibirlo.

    Así que la elección de este tipo de estrategias dependerá de escoger un perfil diferente de jugador dentro de su posición (portero), que le permite llevar a cabo otro tipo de juego que el que normalmente tendría. Eso nunca puede ser malo. Sólo ofrece más alternativas.

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  • Santiago Estrade 20 febrero, 2018

    @Fisher

    Creo que das en el clavo con lo de que el City precisamente juega así por y para la presión rival.

    De hecho, es un mecanismo muy típico del juego de posición. Se "marea" el balón entre centrales para forzar a los puntas a presionar y partirse el equipo rival. Que aparezcan intervalos por dentro. Como nuestro portero juega bien con los pies (cosa que premeditadamente Pep entrena), en vez de que el central rife el balón por quitárselo de en medio (que sería la otra opción que tendría el central frente a un acoso intensivo, un 2×1 o una presión tapando línea de pase al otro central, y que para mí es justo lo que sí sería "no jugar al fútbol"), la toca atrás al portero, que filtra un pase largo a la espalda de la presión, donde has ido colocando a tus medios. Es atraer para soltar, sólo que visto desde otra perspectiva.

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  • Calas 20 febrero, 2018

    Hay algo de fondo en la discusión, y es la supuesta superioridad moral del equipo "ofensivo", que suele asumir, además, el equipo que tenga la posesión, indistintamente de cómos ea esta. Yo no estoy de acuerdo con lo que dice @fernandojb, al menos con la mayoría, pero tener preferencias es absolutamente legítimo. Gustos. A mí me llena más el ojo un equipo bien trabajado y vertical que el modelo de la posesión dilatadísima, pero es mi gusto, nada más. Evidentemente, hay vicios de ambos sitemas: el Mourinho más exacerbado, cuando decide que" no quiere" ganar, sino empatar, y apenas hay una transición ofensiva digna de tal nombre por parte de su equipo, puede hacerse difícil de ver para muchos. Y también el modelo contrario cuandos e lleva al paroxismo.
    Decía que siempre sobrevuela esa noción tan tóxica de la superioridad de una forma sobre otra, que podemos oír periódicamente en según qué comentaristas de la actualidad futbolística, incluidos ex jugadores, y esto se agrava cuando además muchos confunden ser ofensivo con tener la posesión (no hablo de Guardiola, eh). Es decir, he visto innumerables elogios a la España ganadora Mundial, y pocos en la corriente mayoritaria alababan a la selección como lo que era: un equipo casi perfecto en loq ue hacía, tremendamente eficaz y muy defensivo, más que casi ningún otro campeón en décadas, y que alcanzó unos niveles de control tal vez nunca visto en torneos de selecciones. Muy meritorio. Era un control absoluto lo que ocurría en el campo, pero era una selección eminentemente defensiva: un equipo feliz con crear una ocasión en 90 minutos y no recibir ninguna. Y yo escuchando que la voluntad ofensiva de la selección y no sé qué. Posesión no tiene relación con lo ofensivo que uno sea, la posesión puede ser defensiva u ofensiva (reitero que no hablo de Guardiola, sino en general). Ahora entran los gustos: yo prefiero la selección de 2008, es infinitamente más divertida para mí (y más ofensiva, de paso, con menor posesión). Lo valioso del fútbol es que ambas versiones de la selección alcanzaron la excelencia desde planteamientos distintos, y ambas, tanto la ofensiva como la defensiva, tanto la "vistosa" como la controladora, eran igual de lícitas.
    En cualquier caso, y ya en general, qué maravilloso será el día en que algunos (muchos) dejen de atribuir esa injustificada superioridad a un modelo específico de juego. Modelo que suele requerir inversiones curiosas para su éxito sostenido al primer nivel, dicho sea de paso.

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  • Fdeprimera 20 febrero, 2018

    Pues yo creo que la figura del portero es cada vez más importante en el fútbol actual.

    Mismamente, recuerdo el España-Italia de la Eurocopa, en el que Conte adaptó su sistema a una presión al hombre repartida por todo el campo y obligaba a De Gea, que es fantástico pero con los pies más bien discreto, a rifar el balón una y otra vez porque no tenía ninguna línea de pase clara.

    Lo que hacen guardametas como Ter Stegen, Ederson o Neuer, sin embargo, es diferente. Ante presiones de estas características, saber jugar el balón marca las diferencias, tanto en corto – para atraer marcas mediante la triangulación con los centrales y el mediocentro y favorecer la aparición de hombres libres – como en largo – para sacar rédito de la igualdad numérica de los delanteros frente a los defensas–.

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  • Calas 20 febrero, 2018

    Esta frase de @Adrián Cervera , aunque espero que fuera en broma, claro:
    "¿Porqué no prohibimos las defensas pasivas en fútbol como hacen en la NBA? Y nos ahorramos los equipos que únicamente salen a colgarse del larguero"

    Afortunadamente, porque la cerrazón en este tema no ha llegado a las normativas FIFA, esperemos que por mucho tiempo. Cuando se fuerce a jugar de una determinada manera a esto del fútbol, se acabó el invento. Será el triunfo definitivo de eso tan vacuo que algunos llaman "espectáculo" y el fin del fútbol como deporte. Si a las insultantes diferencias económicas entre clubes se le suma la desaparición de, por ejemplo, equipos extraordinarios como el Getafe de Bordalás que empató en Barcelona, qué cosita más triste nos quedaría. Pero habría muchos goles, eso sí, como el otro día en el Villamarín.

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  • soprano_23 20 febrero, 2018

    @Calas

    Coincido 100%. Mira que es crack Cervera pero aquí se la ha ido de las manos. Con las cosas con las que más en desacuerdo he estado en esta página.

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  • fernandojb 20 febrero, 2018

    Por supuesto que lo que señalo es una cuestión de debate , no esta valorado del todo.

    Pero partimos de un hecho se cambio la cesión al portero y que lo coja con la mano, ahora nos parece muy lógico, romperia mucho del juego actual , mucho mas dinamico.
    Pues yo señalo simplemente que hay juego atrás que está perjudicando al juego, y no tanto en champion sino entre equipos de muy diferente nivel. como solucionarlo, he señalado cuestiones, esta claro que lso partidos serian mas dinamicos y los delanteros jugarian mas descansados.

    vamos a ver un manchhester barca o un manchester psg o at madrir pues en efecto pueden ser equipos que pueden usar mas juego.

    pero es que lo que vemso son entrenamientos de salida de balon y forma de parar el juego.

    es decir señalo que se debe equiparar los defensas con los delanteros en la presión.

    y eso no creo que perjudicaria a guardiola simplemente haria un juego mas dinamico y rapido.

    porque en efecto Guardiola es mucho mas, pero para mi es inaceptable 500 pases defensivos, o bajar a recibir hasta el corner los centrales, pero no porque no vayan a ganar el manchester city sino porque como espectaculo es realmente aburrido.

    y por supuesto entiendo todas las opiniones, pero si se cambio lo del portero se puede cambiar otras cosas.

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  • Rirecbes 20 febrero, 2018

    "(…) si el City te puede matar en 3 lo va a hacer si puede."

    Como ejemplo de eso, los partidos del Barça contra el Rayo de Jémez o el del otro día contra el Eibar.

    Dar 400 pases entre los defensas y el portero no es una elección propiamente dicha, siempre se hace con un fin y siempre depende de la disposición del rival. El objetivo del fútbol es marcar un gol más que el otro, y cualquier equipo buscará la forma de maximizar las opciones de hacerlo a la vez que minimice las del rival, y siempre en función de las características de los jugadores.

    Por ejemplo Pep, entiende la posesión como un mecanismo para ordenar a su equipo y desordenar al rival, posicionando a sus jugadores de tal forma que facilite la creación de cadenas de pases necesarias para conseguirlo, y si con 3 pases es suficiente, porque el rival deja muchos espacios, no van a dar 800. Como decía antes, el ejemplo perfecto eran los partidos contra el Rayo. Luego también dependerá de los jugadores, la confianza y los momentos, por ejemplo el mismo Barça de Pep, en 08/09 era más vertical que el Barça de 09/10.

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  • Fisher(Alexvidal93) 20 febrero, 2018

    @Soprano @calas
    Creo que se acabáis de desvirtuar el debate por que en ningún momento nadie y menos @Adrián ha dicho que una cosa sea mejor que otra. Si no que un modelo implica que exista otro. Luego habláis de lo de la NBA cuando ha sido @Fernando el que ha propuesto primero recambiar ciertas normas para provocar cambios en el juego por que no le gustan ciertas cosas. @Adrián ha reformulado esa consideración realizando una contrapropuesta con el comentario de defensa pasiva. Debo de ser el único que lo ha entendido como una exageración para dar entendimiento a lo que formulaba @fernando con sus propuestas.

    Repito nadie ha hablado de superioridad moral por el fútbol ofensivo ni nada por el estilo. El problema ha empezado por considerar que la culpa de los partidos aburridos es solamente de los equipos de Pep y no también de la propuesta del contrario que permite que se sitúe el partido en esas circunstancias.

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  • CuRRo_87 20 febrero, 2018

    Creo que no es un error hablar de que la presión de los equipos de Valverde es mas fisica que la de Pep. La segunda se desarrolla tra s un trabajo con balon que desordena al rival y le gira contra su porteria mientras que la primera se efectua con el rival de cara hacia tu porteria y mas ordenado. Al margen de posicionamientos distintos las presiones de los equipos que previamente no han hecho un gran trabajo con balon precisan de mas derroche fisico y habilidad individual en el robo.

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  • Abel Rojas 20 febrero, 2018

    @ Fdeprimera

    En la entrevista que hicimos a Xabi Alonso, reveló que en su opinión el futbolista que más daño le hizo al Bayern en la semifinal de 2015 junto a Messi fue ter Stegen. ¡Con balón!

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  • Sebastián 20 febrero, 2018

    El artículo me plantea una duda: si el objeto de la presión adelantada es empequeñecer el campo, ¿qué papel puede desempeñar un jugador como Dembele, caracterizado por necesitar espacios cuando precisamente se le niegan?; ¿tal vez como recurso puntual? ¿o es que la combinación ofensiva puede ser tan rápida y certera como para provocar la aparición de dichos espacios?. Es cierto que el Barça de Valverde también corre al espacio pero menos que el de Luis Enrique -para quien Dembele hubiese sido perfecto- y ni Piqué ni Umtiti tienen el desplazamiento en largo con el que Koeman o Márquez habilitaban las diagonales de Stoichkov o Giuly.

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  • Sebastián 20 febrero, 2018

    Acabo de ver la conversación entre Abel y @Fdeprimera. Estoy de acuerdo en que ese papel de lanzador bien puede recaer, hoy en día, en porteros del nivel de Ter Stegen o Ederson.

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  • Superpato 20 febrero, 2018

    Pues a mi me interesa ver como va a adaptar la presión el equipo de Valverde al enfrentarse contra un sistema con 3 centrales y dos carrileros. Creo que de entrada eso da ventaja a los blues porque ellos están habituados a enfrentarse todas las semanas a equipos que juegan con variantes del 4-4-2 pero para el Barça va a ser una novedad. Supongo que les costará unos minutos ajustar la presión.

    Por eso mismo creo que puesto en duda en el 11 del Barça será para Paulinho, prescindiendo de un interior derecho propiamente dicho para igualar numéricamente el centro (y que Suarez no se tenga que enfrentar solo a los tres centrales de los ingleses)

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  • Fdeprimera 20 febrero, 2018

    @Abel

    La vi, la vi. ¡No hay ejemplo más ilustrativo que aquellos primeros diez minutos del Barça frente al Bayern!

    @Sebastián

    Considero que Dembélé es también muy bueno en espacios reducidos, aunque partimos de la premisa que todo el mundo es mejor con espacios que sin ellos. Pero al francés, aunque muy joven y todavía inmaduro, le veo capacitado para girar bajo presión mediante un regate, control orientado o amago.

    También es cierto que, en un escenario de presión alta, si los de atrás logran salir en corto y hacen llegar el balón a los de arriba, estos tienen muchos más espacios, dado que la defensa rival está a 40 metros de su portería: no hay más que ver el partido del Barça el otro día en Ipurúa. Por lo tanto, si ponemos por caso que Ousmane es extremo derecho en un 1-4-3-3 clásico, es fácil imaginarlo en zonas intermedias, a la espalda del medio campo rival y encarando portería cada vez que recibe el balón.

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  • vi23 20 febrero, 2018

    @AdriánCervera

    Sí, sí. Me refería en que a raíz de aquel tuit tuyo leí varios comentarios refiriéndose a que esta presión era más física (diría que alguno de Albert, incluso, aunque no estoy seguro) y menos posicional. Y, como dices, creo tiene mucho que ver con lo posicional también

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  • Adrián Cervera 21 febrero, 2018

    @soprano23 @calas

    Parece que solo @Fisher ha entendido mi comentario. Yo no prohibiría nada, y si hubiera que modificar alguna regla, que sea en beneficio del espectáculo y no de la especulación. Para mí gusto, el juego está muy bien como está.

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