El sistema de Marcelino siempre se ha caracterizado por proteger mucho y muy bien a sus centrales. El orden y equilibrio del 4-4-2, al dejar siempre las bandas a los laterales y extremos, reduce el radio de acción de pivotes y centrales, simplificando así cada una de sus tareas. El caso es que, a pesar de todo esto, al igual que sucede en cualquier rol y/o dibujo, los pluses individuales se notan. Y mucho.
Mateo Musacchio, por ejemplo, ofreció en Villarreal un rendimiento sobresaliente que trascendía a su propia posición. Desde el flanco derecho de la defensa, a partir de muchas microacciones a simple vista intrascendentes, hacía mejor a su lateral, a su acompañante y al doble pivote que tenía por delante. Todo era más sencillo con el sistema de Toral y todo era mejor gracias al talento de Musacchio.
Exactamente lo mismo que sucede ahora con Ezequiel Garay en este nuevo e ilusionante Valencia CF. El central argentino siempre ha atesorado un talento superior a lo que ha indicado su carrera. Sus años en Lisboa o su paso por Rusia, al no tener tampoco luego una proyección internacional continua con la albiceleste, no recibieron el foco que merecían. Pero fueron en esas temporadas donde Garay demostró ser un plus defensivo constante. En el área, dominando el punto de penalti. En la frontal, marcando y controlando su posición. Lejos de la portería, sabiendo sufrir y siempre minimizando errores.
Garay, junto a Gabriel sobre todo, está destacando este año.
Garay conoce el oficio de central y eso le convierte en una garantía siempre y cuando el sistema no le exija milagros. Y con Marcelino, al contrario que en sus difíciles primeros años como valencianista, el equipo nunca le pide imposibles. Jamás le obliga a ir al límite.
Así, protegido por una estructura donde prima el orden, Garay está ofreciendo su mejor nivel. El Valencia, por el momento, ofrece un mejor rendimiento defensivo cuando puede ir a presionar arriba. Al cuidar la posesión y tener preparado siempre el equipo ante una eventual pérdida, el Valencia apenas se ve obligado a correr para atrás. No siempre roba, no siempre fuera una pérdida, pero sí, como mínimo, reduce la velocidad y el peligro de la contra. Algo que Garay maneja a la perfección. Ante el Deportivo, de hecho, tuvo que hacerlo varias veces saliendo a la banda para tapar a Florin Andone, y en vez de sufrir salió victorioso en ambas ocasiones. Le controló, le midió y le robó el balón. Al estilo Garay. Con tranquilidad y oficio. Con experiencia. Sin estridencias. Exactamente como le gusta a Marcelino García Toral. Exactamente como necesita este Valencia.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
Jare 17 enero, 2018
Después de una primera temporada nada acorde a su nivel, este año Garay está demostrando el fichaje que se esperaba, siendo el líder en la defensa, junto Murillo ahora lesionado. Además, siendo vital en salida de balón y en el juego aéreo después de forzar el golpeo en largo de la defensa rival tras presión.