«Arjen sigue siendo uno de los mejores jugadores del mundo y todavía va a seguir jugando para su club. Es un gran contratiempo, una merma real que la selección nacional no pueda contar con Arjen nunca más. Le echaremos de menos. No hay ninguna duda sobre eso». Dick Advocaat, quien ha anunciado precisamente en el día de hoy que deja su cargo como seleccionador holandés, transmitía una realidad evidente e inconstestable. Tras no clasificarse para el Mundial de Rusia 2018, Robben, a sus 33 años, se retiraba de la selección el pasado mes de octubre, dejando un legado similar al que dejará cuando se marche definitivamente del fútbol. Mientras Holanda tuvo a Robben a un gran nivel, Holanda rozó la gloria.
Ausente de la Eurocopa 2016 y del próximo mundial, La oranje va a necesitar más que nunca una identidad y un proyecto común que logre dar soporte a varias generaciones seguidas; conceptos, el de la identidad y el de un proyecto que siempre son motivo de debate en el país que fue más que nadie en la derrota, el país de Johan Cruyff y Rinus Michels. En ese contexto, y con multitud de seleccionadores diferentes entre sí, Holanda contó con varias figuras que le permitieron competir en el corto plazo con una garantía que quizá su talento colectivo y las sensaciones transmitidas por esos equipos eran, bien irregulares, bien alejadas del canon neerlandés. Pero atendiendo a lo que pasó en Sudáfrica y Brasil, Arjen Robben era la diferencia.
Mientras Robben estuvo a un gran nivel, Holanda fue candidata
Mundial 2014. Louis van Gaal no da con la tecla. Su equipo marcha a trompicones en la fase de clasificación para la Copa del Mundo y llega justito en determinados aspectos, más tras la baja de Kevin Strootman. De repente, activa un 5-3-2 en un grupo durísimo (España, Chile y Australia), en contra de lo más clásico: «No introduje ese esquema para ganar amistosos. Lo hice porque no pensaba que estuviésemos en condiciones de ganar una liguilla con España, Chile y Australia utilizando un 4-3-3. Quizás esto sirva para que en los Países Bajos todo el mundo se dé cuenta de que el sistema 4-3-3 no es el único que puede dar alegría a la gente». En esa disposición, Robben vuela como segundo punta. Holanda encuentra el sistema y la competitividad pero además tiene a Robben.
«¿Parar a Messi?¿Y cómo van a parar ellos a Robben?». Patrick Kluivert no barría para casa ni venía a decir que Arjen era mejor que Leo cuando holandeses y argentinos chocaron en la semifinal, pero manifestaba una sensación compartida: Robben estaba jugando increíblemente bien en ese dibujo, jugando un fútbol intimidante, sin posición clara, con sus virtudes igualmente potenciadas, con una libertad que él entendió con naturalidad y que permitió a Holanda soñar. Robben arrancó su carrera, y la finalizará, como un extremo desequilibrante pero en Brasil fue igual de condicionante sin necesidad de arrancar desde una banda. A la contra, en transición o con la defensa rival posicionada, Robben como segunda punta fue la figura ofensiva del Mundial de Brasil.
Arjen Robben juega su mejor fútbol en Brasil 2014
Louis van Gaal había logrado hacer competitivo a un colectivo que de no haberlo sido hubiera tenido en Robben un motivo preparado. Entendiendo que desde el academicismo y la escuela, van Gaal no podía ser igualmente competitivo con la juventud, inexperiencia y falta de perfiles de aquella convocatoria. Pero tenía van Persie y a Sneijder. Pero sobre todo a Robben. Arjen siempre acercó a sus equipos a la victoria porque, en plenitud, como en 2014, era una megaestrella que no se escondía jamás, que en su mente sólo cabía la victoria y que hasta el último segundo dio la sensación de poder llevar a los suyos a levantar el campeonato. Y aquel Mundial explicó que las oportunidades siempre vuelven si estás preparado. Y tras lo de 2010, Arjen volvió a estarlo.
Mundial de 2010. «Cuando has estado tan cerca del título mundial… el dolor quedará para siempre». A Sudáfrica Robben llega en el primer gran punto de su carrera deportiva. Lo que deslumbró en Eindhoven y posteriormente en el Chelsea era un extremo que entendía un tramo del campo y una parte del juego. Con un don natural para conducir la pelota, romper la cadera, la suya y la ajena, y llegar a portería, no tuvo más responsabilidad en sus equipos que acompañar a Drogba o a Lampard. Por circunctancias y momentos, en la primavera de 2010, Robben hace clic. Arjen genera el primer gran momento de puntualidad en su trayectoria.
Al Mundial de 2010, Robben llega con un estatus renovado
En la eliminatoria entre Bayern y Manchester United, el holandés deja un segundo tiempo impactante, en la vuelta del cruce. En Old Trafford, el United levanta en 45 minutos el resultado adverso de la ida, se coloca 3-0 y barre al Bayern de van Gaal. Pero Robben enmudece a Ferguson con una volea mágica. En el Bernábeu, varias semanas después, chocaría con Jose Mourinho, pero la condición ya no perdería brillo ni calado: Robben siempre estaría preparado para jugarse tanto todas las que pidiese como la más importante. En Sudáfrica, van Marwijk, coloreando de pragmatismo el naranja holandés, comparó de nuevo a Arjen con Lionel y se plantó en la final.
En la balanza, como en buena parte de la carrera de Robben, la constancia para aparecer y la irregular puntualidad para sentenciar acompañaron a Robben en un camino que estuvo plagado de dudas en muchas ocasiones a nivel interno. No obstante, Arjen podrá ser recordado en esos dos lustros de fútbol holandés como uno de los futbolistas que estaban por encima de las expectativas, no porque siempre respondiera a ellas, sino porque su país no generó las que debía y acabó firmando dos podios que tuvieron en Robben a su verdadera estrella. Íker Casillas y los penaltis fueron quienes pararon al último gran crack holandés.
Abel Rojas 9 noviembre, 2017
El tema es que en estos primeros partidos de Heynckes en el Bayern otra vez, es precisamente Robben quien me está pareciendo el futbolista sobre el que se enfoca. Y no puedo decir que no crea que vaya a responder. Robben me sigue pareciendo el hombre más posibilitado del Bayern para resolver una eliminatoria de Champions. Y eso que confío en James y está por allí Lewandowski.