Al enumerar los 11 jugadores con más empaque de la plantilla del FC Barcelona, es muy probable que cuatro de los citados sean centrocampistas nominales: Busquets, Rakitic, Iniesta y Paulinho. Y aprovechando la rotación de Messi en Turín, Valverde estrenó un 4-3-1-2 que dio cabida a todos ellos a modo de prueba.
La colocación fue más o menos canon. Quizá, fuera del Barça, con esos mismos futbolistas parecería más coherente situar a Paulinho como interior derecho y a Rakitic de «10»; pero en clave culé, lo más automático consiste en esbozar lo que planteó Valverde: Rakitic de interior y Paulinho en el enganche. El brasileño ha sido el encargado de compensar con sus llegadas que, salvo cuando juega Paco Alcácer, hay dos rematadores naturales en vez de tres como antaño, y por ello, y por su baja implicación en los primeros pases, partió de la posición más adelantada de la medular. También en fase defensiva, durante la cual el 4-3-1-2 evolucionaba a 4-4-1-1 con Deulofeu -punta derecho- e Iniesta cerrando las bandas, Busquets y Rakitic en el doble pivote y Paulinho secundando a Suárez en la presión.
Paulinho tuvo el rol táctico más destacable en el Juventus Stadium.
En la práctica, hubo luces y sombras; siempre considerando como base que la Juve propuso un partido sumamente pasivo desprovisto tanto de presión concienzuda como de verdaderas ambiciones ofensivas. Dentro de ello, el Barça supo tener el controcon balón -con una circulación no muy fluida pero sí muy segura– y también sin él, con esa línea de cuatro más Paulinho viviendo los minutos sin grandes sobresaltos a excepción hecha de algunas genialidades de Dybala.
Menos claridad se le atisbó en el ataque, donde la espesura se destacó como la nota dominante. La espesura y la inocencia. Con un sistema de dos puntas que mandaba a los mismos hacia los costados (Suárez a izquierda, Deulofeu a derecha) para estacionar posesiones arriba, los medios debían asumir un compromiso con el área rival al que no terminaron de hacer frente. Paulinho lo intentó pero no le fue tan fácil encontrar espacios empezando su fútbol más arriba, mientras que Rakitic e Iniesta adoptaron rutinas tácticas más fijas y conservadoras que no compensaron la falta de un tercer atacante. Aunque dicho esto, toda variante que no implique a Leo Messi debe ser analizada con prudencia en este FC Barcelona. Las conclusiones hay que sacarlas, siempre, con el gran jefe argentino.
Foto: FEDERICO TARDITO/AFP/Getty Images
3-7-0 23 noviembre, 2017
Me parece un gran acierto situar a Paulinho en esa posición de acompañante de Suárez en las presiones defensivas. Es mucho más agresivo/efectivo corriendo en vertical hacia el balón, que horizontalmente en las basculaciones. Y de alguna manera potencia la mordida defensiva de Suarez, que ha menudo queda disminuida por la falta de acompañantes detrás de él.