Yannick Carrasco llegó hace dos veranos al Calderón con la vitola de futura estrella ofensiva. El belga venía de demostrar, tanto en Francia como en Europa, su notable punta de velocidad, su talento para desbordar, su capacidad para salir por ambos perfiles o su calidad para conducir los contragolpes que lanzaba aquel Mónaco de Martial. En el alero estaba la cuestión de la determinación, pues parecía tener mucha más facilidad para generar la ventaja que para concretarla, algo bastante curioso para un diestro que jugaba en la izquierda, pero todavía era muy joven y este reto, el de los números, daba la sensación de que se iría resolviendo «solo» con los años.
Sin embargo, aunque sí se ha notado evolución, sobre todo durante aquel fértil otoño de la temporada pasada, lo cierto es que Carrasco se encuentra en una especie de impasse en su carrera. Porque, ¿qué necesita para producir más? ¿Hacía qué zona debe romper? ¿Cómo puede mezclar mejor con Griezmann? Y, sobre todo, ¿cómo puede ser aún más importante para Simeone? Aún no está claro.
Yannick Carrasco (marzo, 2016): «Me deja hacer lo que quiera… si lo hago bien. Me pide más goles, más asistencias… que sea decisivo para el equipo. Un jugador siempre puede hacer más».
La frase de Carrasco resulta muy significativa. Diego Pablo Simeone no es precisamente un técnico que se caracterice por la libertad que le concede a sus piezas ofensivas. De hecho él ha reconocido en más de una ocasión que en el Atlético de Madrid únicamente se la ha concedido a Antoine Griezmann. Pero cuando Carrasco pudo soltarse más, por iniciativa propia o por voluntad colectiva, el belga despegó de forma, parecía, imparable. El problema residió en que la nueva versión del futbolista belga comenzó a chocar con varios de los aspectos más importantes e innegociables de aquel Atleti.
El primero y más obvio fue el del espacio de Griezmann. El francés maravilló en septiembre flotando por todo el ancho del campo, pero entrado octubre su radio de acción se redujo considerablemente. Yannick, en vez de pegado a la cal, estaba comenzando a partir desde el pico del área. Incluso se descolgaba por la frontal. Y esto no le hacía ningún bien a Antoine, sino más bien al contrario. Algo parecido a lo que sucedió con Filipe Luis. En este caso no por un tema espacial, que quizás también, sino sobre todo por la falta de vocación asociativa del extremo belga. Que el brasileño volviera a ser parte fundamental del equipo, teniendo impacto hasta en el marcador, justo cuando Carrasco pasó a jugar más tiempo por la derecha no es casualidad. Sobre todo porque a Carrasco no le sustituyó cualquiera, sino Koke. Un futbolista que, a día de hoy, por productividad goleadora, por impacto colectivo y por hilar a Filipe Luis con Griezmann, no tiene mejor posición que la banda izquierda.
Los números de Yannick Carrasco por temporadas:
2016/2017: 14 goles y 5 asistencias en 53 partidos.
2015/2016: 5 goles y 5 asistencias en 43 partidos.
2014/2015: 8 goles y 14 asistencias en 52 partidos.
2013/2014: 5 goles y 4 asistencias en 30 partidos.
El problema, por tanto, no es ya de posición en una banda u otra, que también tiene su obvia importancia, pues en banda derecha al jugador se le ve incomodísimo, sino que sobre todo parte de la aparente incompatibilidad que tiene su crecimiento con el juego de tres de las piezas más importantes del proyecto Simeone. Esto, por supuesto, no quiere decir que Yannick Carrasco no pueda seguir aportando al Altético de Madrid. Ya lo está haciendo. Por perfil, es un jugador del que Simeone no puede prescindir, de ahí que en ocasiones muy señaladas incluso lo haya situado arriba. Pero, a priori por lo visto en estos dos cursos, su explosión parece detenida en el tiempo hasta que el contexto cambie. Algo que el propio Yannick deberá tratar de resolver de otra forma para, cuando llegue el parón invernal, no perder peso en los planes ofensivos del Cholo.
Foto: CESAR MANSO/AFP/Getty Images
Faetón 19 agosto, 2017
@migquintana
"en banda derecha al jugador se le ve incomodísimo"
Ese es uno de los muchos problemas del Atleti la temporada pasada, a mi modo de ver. Porque en banda derecha se le ve incomodísimo a él, a Gaitán, y a Correa. Como bien subrayas, quien encajaba mejor en la izquierda era Koke.
Si extendemos el análisis, nos daríamos cuenta de que Griezmann venía de jugar por la izquierda en la Real. Demasiados recursos con necesidad de minutos para 1-2 posiciones en el campo, con el agravante de que Griezmann y Koke lo juegan "todo", hasta el punto de situarse entre los tres primeros de las 5 grandes ligas en número de minutos la pasada temporada, sumando todas las competiciones: http://www.football-observatory.com/Stakhanovist-…
Hubo tramos en los que el once de Simeone parecía tener 9 fijos, bailando únicamente el delantero y el lateral derecho. Algo parecido al Barsa, con apenas variaciones en el interior derecho y el acompañante de Piqué. Por contra, Sevilla y Real Madrid, por completar el top-4 en la pasada liga, contaron con banquillos mucho más productivos.