Después de tres exitosas temporadas en Vigo, el libreto táctico de Eduardo «Toto» Berizzo ha quedado perfectamente encuadrado. Al heredero más directo de Marcelo Bielsa le define su objetivo, el ser protagonista, pero sobre todo la manera que tiene de llegar a ello.
Berizzo: «Pienso en adueñarme del balón y por ende del partido, y mandar en el partido todo el tiempo posible. Me gusta adueñarme del balón, decidir mis ataques, volver a atacar después de atacar. Para eso necesito recuperar el balón pronto y un sistema defensivo bueno. Para poder atacar bien es necesario defenderse bien».
La lógica del Toto encontró en las figuras de Augusto Fernández, Michael Krohn-Dehli y Fabián Orellana a sus mejores intérpretes. Aquel Celta, el mejor Celta, volaba. Jugaba muy arriba y a mucha velocidad. El teórico doble pivote, conformado por dos extremos reconvertidos, fijaban el centro neurálgico del equipo a unos cinco metros de la frontal del área rival, zona donde la responsabilidad creativa ya recaía en Orellana. La circulación de pelota, desde el inicio hasta el final, era excelente. Pero el secreto de este Celta no era lo que hacía con la pelota durante el tiempo que durasen sus jugadas, sino lo que sucedía en los dos posteriores a perderla, momento en el que Augusto y Krohn-Dehli se lanzaban sobre la pérdida. En el peor de los casos, la contra del rival se abortaba nada más iniciarse. En el mejor, el Celta recuperaba, reiniciaba la jugada y agredía con todavía más vehemencia aprovechando el desorden.
Nunca la idea de Eduardo Berizzo se ha representado mejor. Nunca ha encontrado a un mediocentro tan apropiado como Augusto para iniciar, gestionar y recuperar a gran velocidad. Nunca ha tenido a un interior tan coherente como Krohn-Dehli para acelerar, desbordar y agredir con tanta verticalidad. Pero esto en Sevilla puede cambiar.
Muchas opciones y un gran reto: Ever Banega.
Steven N’Zonzi, Guido Pizarro, Ever Banega y Michael Krohn-Dehli. El cuarteto de centrocampistas que le han entregado al entrenador argentino parece muy apropiado para que ésta pueda desarrollar la idea troncal de su fútbol. Las múltiples combinaciones, de hecho, así lo demuestran. No hay ninguna mala. Sin embargo, sí es cierto que cada una cuenta con un enigma que va a tocar resolver.
– El estado de Krohn-Dehli. El futbolista danés no sólo viene de superar una lesión larga, sino que además ya supera la treintena con bastante holgura. El caso es que, si está bien, si puede recuperar el nivel que exhibió en Balaídos, es una pieza de gran valor para Berizzo. Su capacidad para lanzar (ojo Correa aquí), para batir líneas (desde el desborde y desde el pase) y para reforzar el dominio posicional del Celta (clave tapando líneas de pase) le encuadran como un jugador casi único en su especie. Encaja con todos. No choca con ninguno. Y, sobre todo, puede jugar a varias alturas, lo que casa bien con el resto de piezas.
– La realidad de Ever Banega. A día de hoy, lo mejor que hemos visto de Ever Banega se ha dado bajo un contexto muy específico pleno de libertades y vacío de responsabilidades. Unai Emery lo entendió mejor que nadie. Lo mejor del argentino no se encuentra ni en el primer ni en el segundo pase, sino una vez el equipo se mete en campo contrario. Ahí es donde Ever sí manda, sí dirige y sí desequilibra. Así Banega sí marca diferencias. ¿Qué hará Eduardo Berizzo con él? ¿Colocarle en la base o brindarle la mediapunta de forma totalmente ficticia? ¿Cómo se adaptará al ritmo, sobre todo defensivo, de su nuevo entrenador? El reto es mayúsculo. Un Banega potenciado agiganta las posibilidades del Sevilla, pero la sensación es que le hacía más falta a Sampaoli que a Berizzo. En todo caso, técnico y futbolista tienen una ventaja: con Lenglet o N’Zonzi el primer pase no deber ser ningún problema, con Pizarro la transición puede reformularse y con Krohn-Dehli el intercambio posicional siempre es una opción.
– N’Zonzi con Guido Pizarro. Tras su crecimiento con Sampaoli, N’Zonzi puede ser la piedra filosofal de Berizzo. Su habilidad como pasador, corrector y llegador, mezclando ritmos y alturas por el camino, encajan a la perfección con todo lo que va a necesitar el Toto para que el resto de piezas no sólo encajen, sino que se potencien. El caso es que Guido Pizarro también es un futbolista muy del gusto del argentino. Ya en su día sonó en repetidas ocasiones para reforzar la medular del Celta. Ordenado e inteligente, pero no exento ni de técnica ni de personalidad, representa un perfil menos agresivo, más parecido a lo que fue Radoja que a lo que fue Augusto. Algo que no encaja mal con la evolución de Berizzo, año a año más versátil, pero , por lo visto en pretemporada, el centrocampista argentino no parece muy compatible con la versión actual de su homólogo francés.
Si hay tres centrocampistas, ¿cuál será la posición de Correa?
En el nivel que consiga dar el centro del campo de Eduardo Berizzo estribará gran parte de la fortaleza y resistencia del equipo sevillista, pero además hay una consecuencia añadida: también dibujará el escenario en el que se deberá mover Joaquín Correa, su gran perla.
Foto: Koji Watanabe/Getty Images
JackBonaventura 16 agosto, 2017
La verdad es que viendo todas las piezas del centro del campo (excluyo defensa y 9) del Sevilla, el puzzle que se presenta es fascinante: Pizarro, N'Zonzi, Banega, MKD, Correa, Sarabia, Nolito, Mudo, Navas, ¿Ganso?… ¿Cuántos equipos presentan una nómina así?
Dicho esto, como bien apunta Miguel Quintana, encajarlas supondrá todo un reto.
Mi apuesta es que, al final, como suele pasar, jugarán los mejores: Pizarro, N'Zonzi, Banega, Nolito y Correa; aunque no parece fácil cuadrar a estos dos últimos y más teniendo a una banda diestra tan clara como un Jesús Navas que buscará una segunda juventud en su casa.
Si bien Pizarro-N'Zonzi no termina de casar, creo que ambos son jugadores lo suficientemente completos e inteligentes como para congeniar. La teoría dice que podrán hacerlo, que Pizarro liberará un poco a N'Zonzi mientras que el gigante francés permitirá, compensándole, que el talentoso (sí, talentoso) pivote argentino pueda demostrar en más de una ocasión que tiene una técnica (e inteligencia) y elegancia que ya quisieran muchos mediapuntas. Le costará un poco asentarse pero creo que la llegada del Conde Pizarro a la liga es una noticia verdaderamente bonita para el Sevilla y la liga española. Vamos a disfrutarlo.
Esto dejaría a Banega a mayor altura, escalado, y algo más liberado de bajar, enfocándose su trabajo defensivo hacia la presión tras pérdida.
MKD sería el chico para todo, el sexto hombre que permitirá a sus tres compañeros rotar. Mudo tendría un papel más concreto como suplente de Banega. Quién sabe si ahí tendrá hueco también Joaquín Correa.
Por otro lado, tengo muchas ganas de ver a Corchia en el lateral, creo que puede ser muy divertido… y a Leglent ya adaptado.
PD: Si no estuviese el Cholo Simeone… Qué buen trabajo ha hecho el Sevilla. Como de costumbre. Y no era nada fácil tras el final de la temporada pasada, en lo deportivo e institucional.