A la espera de comprobar cuáles son los planes para Saúl Ñíguez y Koke en esta nueva temporada, planes que terminan siendo menos importante de lo que en un principio parecen a principio de curso, la gran noticia de este verano es el ya esperado regreso de Augusto.
Echando la vista para atrás no se puede decir que su lesión marcara un antes y un después en la muy irregular temporada del Atlético de Madrid, pero sí se puede afirmar que su ausencia le impidió a Diego Pablo Simeone precisamente eso: reconducir la situación una vez ésta se había torcido sin saber muy bien cómo. Lo de aquel famoso partido en Ipurúa, con el vestuario insinuando algunas dudas y el entorno enfrascado en debates que meses antes no existían, vino a escenificar perfectamente lo que quería y no estaba pudiendo hacer el argentino. Porque José María Giménez como mediocentro no era una solución futbolística, sino emocional. Y eso ya representaba un problema, pues hasta entonces el Atlético del Cholo Simeone había demostrado una sincronía perfecta entre lo táctico y lo emotivo.
El Atlético vio reducido su abanico de opciones sin un ‘5’.
Así, por tanto, el Atlético de Madrid recupera desde ya mismo a ese péndulo que, por más que sea cierto que siempre oscila según los designios de su entrenador, siempre permanece anclado al mismo punto. A partir de esa seguridad que partido a partido ya ofrecieron Tiago y Gabi, Augusto y quien lo acompañe, ya sea Koke, Saúl o el propio Gabi, ejercerán de sostén sobre el que su equipo se apoyará para extremar o matizar su propuesta según toque. Según se desee. Esto no quiere decir que Simeone al final lo consiga, pero sí que tendrá esa posibilidad con la que el año pasado no pareció contar. Mismamente, el simple hecho de poder recuperar esa versión de los 4 centrocampistas, uno de los hilos conductores de todos los éxitos de la era Simeone, ya parece situar el reto en una mera cuestión táctica donde la convicción siempre va a ejercer de impulso.
Ya en el partido amistoso frente al Nápoles, donde el Atleti decidió replegar muy cerca de su portería, se comprobó el impacto del jugador argentino. Los partenopeos hicieron daño por fuera, sobre todo por la izquierda a través de Ghoulam, pero el centro siempre estuvo muy bien protegido ante las apariciones de Hamsik, Allan o Insigne. El doble pivote no dudó. Fue certeza. Y a partir de ahí, el acierto en el detalle, el cual además nació de una gran apertura a banda del propio Augusto Fernández, inclinó la balanza final. Al día siguiente, con actores diferentes pero de una forma parecida, el Atlético se impuso también al Liverpool de un Jürgen Klopp que, a posteriori, dijo las palabras que prácticamente todo atlético quería volver a escuchar: «Querían ganar la AudiCup. Nosotros igual, pero también queríamos jugar fútbol. El Atlético sólo quería ganarla».
Y la ganaron. Como todo trofeo de verano, supercopas incluidas, hay que tratar de leer entre líneas sin por ello buscar conclusiones de más. La altura de la presión, el sentido del balón, la posición de Griezmann, la ocupación de las bandas… Todo está en el aire. Todo salvo una cosa. Con Augusto Fernández en el centro, el Atlético podrá ser con más garantías lo que Diego Pablo Simeone disponga.
Foto: GERARD JULIEN/AFP/Getty Images
Lucas 10 agosto, 2017
La impresión que yo tengo desde hace tiempo, es que el sistema de los 4 centrocampistas "espartanos" de Simeone , Koke -Saul – Gabi – Augusto o Thiago + griezman y un 9 , coloca al Atleti en una situación ganadora para el dia a dia ,para ir a Sevilla , Valencia o Bilbao y competir y ganar , pero le aleja de la victoria ante Madrid o Barça .
Las opciones para competir de verdad pasan por otras opciones , por sumar talento en ese once , pero Simeone ha sido incapaz de crear un habitat futbolistico donde puedan ser titulares jugadores como Arda , Gaitan o Ferreira , es algo similar al United y Fellaini .
El Atleti necesitaba a Ceballos , pero Simeone , como Mou , ya son entrenadores de una sola dirección …