Hace tres veranos, en la pasarela más trascendente del deporte mundial, James Rodríguez ganó partidos para Colombia con la determinación de quien no necesita nada más que un disparo para ser una estrella. Aquella versión, la que le llevó al Real Madrid, ponía de manifiesto el potencial de un futbolista que, como sucedería tiempo después, da a sus equipos un margen de maniobra para alcanzar la victoria propio de los mejores del mundo. Incluso en sus momentos menos felices, alejado de la continuidad y la relevancia en el día a día, la zurda del cafetero se mantuvo intacta. Hasta en sus peores días, su golpeo y su incidencia en los últimos metros marcaron diferencias. El valor de James será de por sí muy alto si en su nuevo equipo, el Bayern Munich, no encontrara la dinámica que se pudo ver en 2015. Si la encuentra, de la mano de su gran valedor a nivel de clubes, James bailará de nuevo.
De alguna manera, el Bayern Munich viene necesitando un golpe de efecto, un componente sorpresa. Tras la salida de Guardiola primero y Alonso y Lahm posteriormente, el conjunto alemán, campeón de la Bundesliga y cuartofinalista de Champions, precisaba de movimientos estratégicos que acercaran a su plantilla a los títulos por el mero hecho de tener a un buen número de jugadores extraordinarios. Aunque impacte solo pensarlo, los bávaros se quedaron algo cortos en algunos registros con respecto a las dos plantillas referentes en Europa, las del Real Madrid y FC Barcelona, así que todo lo que pueda sumar a nivel individual será una buena noticia para un Bayern que, ante los tres equipos españoles a los que se enfrentó en las tres últimas campañas, fuese brillando en el juego o tirando de empuje e individualidad, echó en falta alguna mirada diferente; también suerte, la que encuentran los talentos puros.
James Rodríguez ganará muchos partidos para el Bayern con apenas un gesto
Una pregunta muy interesante, quizás la que más, será comprobar si James está en disposición de matizar y/o cuestionar la importancia de Arjen Robben y Franck Ribery, las dos figuras de mayor calado e identidad que tiene el Bayern en su plantilla y que volvieron a ser muy importantes para el técnico italiano, o si, por el contrario, el colombiano viene a ocupar una posición concreta desde la que elevar el techo competitivo del Bayern, una mediapunta en la que Thiago Alcántara emergió como el consumado asistente creativo y determinante que siempre ha sido. De entrada, cabría esperarse que, una vez encuentre un ritmo similar al de sus mejores días, James pueda ser compatible con los extremos, ejerciendo de pilar ofensivo sin modificar la estructura. Desde el 4-2-3-1 utilizado por Carletto, James parece encajar con una altura del campo desde la que tenga cierta libertad para jugar y ejecutar.
Y esa pregunta goza de un interés múltiple, desde el punto de vista del liderazgo, la calidad o la personalidad. James Rodríguez no palideció en todas esas cuestiones cuando brilló junto a Benzema, Kroos, Ronaldo, Modric o Marcelo, pero quizás tampoco era el talento identitario. En el Bayern, su figura podría ser exigida como tal si Ancelotti le entrega una zona del campo tan determinante. Si además le concede un radio de acción muy grande para construir mecanismos de equipo dominante, la respuesta de James sería de una veracidad y credibilidad incuestionables. La mejor sonrisa de James podría estar relacionada con que a su alrededor jugadores de muchísimo talento le vean como un igual, precisamente lo que consiguió en el Santiago Bernabéu. Ancelotti busca en Rodríguez lo que vio cuando vestía de blanco, el que gana partidos desde la zurda, sí, pero también desde el ritmo.
La posición de James: clave para ‘Robbery’ y Thiago
Para James, un futbolista de biotipo peculiar, de movimiento algo pesados en las arrancadas, intermitente en las recepciones y en la movilidad por toda la mitad de campo rival, sentir que tácticamente puede variar sus posiciones facilita su ritmo ofensivo. Aunque su talento mira constantemente portería a través de paredes, disparos o centros al área, James, en su mejor versión, agradece el ritmo alto, el que también comparten Thiago, Robben, Ribery o Vidal. Ancelotti, en ese sentido, no consiguió la velocidad en el juego que potencialmente tenía su plantilla, contando además con que atrás no se mostró lo sólido que debe mostrarse un candidato a la Champions. Por eso, la configuración del centro del campo y el papel que el italiano le tenga reservado al colombiano explicarán gran parte de lo que pueda ser el Bayern 2017-2018.
Una segunda pregunta la responderá el dibujo a utilizar. Con tal de facilitar las tareas a la hora de crear oportunidades y de mantener el equilibrio, Ancelotti recuperó el doble pivote -Alonso y Vidal- y mandó a Thiago un escalón por encima en su primer año como técnico del Bayern. Esa decisión, que se dio tras jugar con mediocentro y dos interiores en los primeros compases de la temporada, buscaba disponer de un hombre más por detrás de balón, aunque Vidal llegara mucho -cada vez menos-, y que Thiago gozara de la cercanía del área para simplificar sus acciones y convertirlas en determinantes. Con la llegada de Sebastian Rudy, mediocentro puro, y de Corentin Tolisso, un ‘box to box’, y recordando que James fue, con Carlo, un interior izquierdo de ritmo altísimo y calidad en la circulación, Ancelotti podría permitirse dudar y jugar con ambas posibilidades.
Ancelotti buscará más que un gesto de su zurda; que sea todo juego
Si opta por el 4-2-3-1 con sus mejores hombres en campo, algo muy esperable en un técnico como Carlo Ancelotti, el equilibrio nacería de una idea, más que de una posición o un perfil. Sin mediocentro puro por detrás, la ambición colectiva sería bastante mayor que la de la temporada pasada, necesitando un equipo más junto, con más balón, alguna transición menos y un James más responsabilizado en crear superioridad en el ancho y no tanto en tres cuartos de cancha, devolviendo a Thiago a la zona de creación, en el enésimo reto de capitanear la dirección de juego de un equipo candidato a todo. Todo dependerá de cuánto y cómo será la sonrisa de James, una mueca que se vio en todo su esplendor con Ancelotti. Si Carlo la recupera, el Bayern lo notará, en todos los sentidos posibles.
Foto: JAVIER SORIANO/AFP/Getty Images
Cristian 12 julio, 2017
Del 11 tipo supongo que se caera Ribery y jugaran Tolisso, Vidal, Thiago, James, Robben y Lewandowski pero entonces donde jugara James?
Cayendo a la izquierda son muchos goles de Lewandowski pero al final le quitas mucho gol a James,y si le metes en la mediapunta donde metes a Thiago?
A mi por esto me cuadraba mas el fichaje de Alexis Sanchez para jugar cayendo a la izquierda, y no se si es peor jugador que James aunque parece que les acabaron pidiendo mucho dinero pero esta claro que James da un salto de calidad al Bayern.