
Cardiff sentará esta noche a la mesa, a dos buenos conocidos de la Copa de Europa. Históricos de la competición con mayor relevancia del continente, y recientes invitados a su batalla de desenlace, Real Madrid y Juventus de Turín son dos de los equipos que pueden presumir de tener uno de esos apellidos que siempre terminan estando en la lista. Para los italianos será la segunda final en tres años, pero llegarán a ella con un grupo enormemente cambiado respecto al que, en Berlín, vio escaparse la oportunidad de levantar por tercera vez el cetro europeo. Referencia futbolística pero sin la capacidad de retención de aquellos a los que por magnetismo o capacidad nunca se les da un no por respuesta, el camino de los bianconeri es uno construido desde la reposición. Sobre todo en la parte de arriba del equipo, en dos años los de Allegri han visto despedirse del Juventus Stadium a hombres tan relevantes para su éxito ofensivo como Tévez, Morata, Arturo Vidal, Pirlo o Paul Pogba, obligando a un relevo en las responsabilidades y a una readaptación del plan que han convergido en la figura predominante del argentino Paulo Dybala. Abanderado del juego de ataque de los del Piamonte, La Joya es, al mismo tiempo, la estrella, la explicación y las soluciones. El futbolista a partir del cual han afilado sus armas de arremetida, y la amenaza más clara para quienes, en su trayecto, han pretendido apartarlos del trono.
El impacto de Dybala en la transición ofensiva de la Juve, clave para que los italianos estén en la Final.
F.C.Barcelona y A.S.Mónaco, los últimas que en Europa lo intentaron, encontraron en Dybala al futbolista que con la oportunidad en una mano y el reto en la otra, les oscureció la noche para aclarar la de los suyos. El gran valor del argentino en esos episodios se localizó principalmente durante la transición juventina, pues si bien en el ataque posicional Paulo también ha supuesto el factor decisivo con el que repoblar una corona del área menos pretendida por quienes hoy le rodean, dadas las características de sus rivales y el carácter al que los italianos siempre regresan, fue al contraataque como de forma más sangrante ajustició el de Laguna Larga a monegascos y barceloneses. Ante el Real Madrid, aunque la final insinúa de antemano fases de alternancia y cambios de guión, su importancia en esta fase del juego será de nuevo capital, más si cabe de confirmarse la suplencia de Juan Guillermo Cuadrado en el conjunto de Allegri. El espacio de Dybala esta temporada es el de la mediapunta. Con Higuaín por delante y dos hombres en los costados, para él ha sido el cometido de vestir el juego entre líneas al que los movimientos de los últimos veranos en Turín han desabrigado. Este curso da más pases y completa menos disparos, en lo que es una traducción estadística de sus nuevas zonas y momentos de influencia. Una participación más alejada del área y localizada a la espalda del mediocampo rival, similar a la que ya sufrieron los de Zidane en las botas de Mertens o Marek Hamsik.
Provista de una salida de balón técnica, creativa y de mucha personalidad, con Bonucci, Pjanic o Dani Alves, la Juventus tiene como encontrarlo si el argentino logra habilitar la línea de pase a la espalda de los interiores blancos, bien porque éstos se alcen en ataque o porque mantengan sin balón una actitud posicional agresiva en busca del robo de balón adelantado. Si esto ocurre, sin embargo, al Real Madrid le quedará Casemiro, un tipo de mediocentro teóricamente muy adecuado para defender a una amenaza como la que representa el 21 de la Juve. La estrella de los italianos, sin ser lento, no exhibe la velocidad desbordante de quienes hoy dominan desde la delantera el fútbol de nuestros días, y si por una virtud destaca el adversario que tendrá en frente es por su capacidad para recuperar por despliegue el tiempo perdido. Aun habiendo sido superado, si la jugada se alarga en los pies de Dybala, Casemiro podría corregir. En el redescubierto rol de enganche que Allegri ha dispuesto para él esta temporada, sin embargo, Dybala posee dos pautas de comportamiento que pueden mantener la participación del argentino pese a lo minado de su espacio más habitual y definitivo.
El duelo en su zona ante Casemiro, una prueba aparentemente individual pero con ramificaciones.
Y es que Paulo ha venido ejerciendo en la Juve como un mediapunta de ofrecimiento muy amplio, con caídas pronunciadas a ambos lados del terreno de juego para huir de la marca lateralizando la posición, y apariciones más o menos regulares por detrás de la línea del balón cuando su equipo no ha dado con la vía para que el balón le llegue arriba. Dependiendo del contexto, incluso no ha sido extraño ver al lagunense descolgarse hasta su propio campo con tal de recibir el esférico en posiciones de interior o volante derecho. Las consecuencias principales de estas rutas alternativas son dos. La primera es que Dybala, atendiendo a lo que se ha dicho más arriba, para llegar a asomarse al balcón del área habiendo empezado la jugada desde una posición más atrasada, lo habitual es que requiera de presas sobre las que ir apoyando su ascensión, siendo sus socios principales aquellos que la Juventus dispone en su perfil derecho -con Dani Alves a la cabeza- y un Higuaín activo en la descarga para ofrecerle el balón de cara. La segunda, que si su pareja de baile no le suelta la cintura cuando acude a otros rincones de la pista, en este caso de forma indirecta, su influencia lejana puede repercutir igualmente entre líneas a partir del vaciado que alguno de sus compañeros pueda aprovechar. Se trata de un escenario en el que nuevamente es pertinente mencionar el nombre de Dani Alves, sobre todo si el brasileño finalmente es alineado en la posición del mediocampo que a lo largo del año ha pertenecido a Cuadrado, o el del propio colombiano si es el elegido en el lado derecho de la medular bianconera.
¿Pasan irremediablemente las opciones del crack de la Juve por imponerse individualmente al pivote del Madrid? A lo largo de la temporada, y con un valor definitivo en sus anteriores cruces de Champions, Allegri ha contado con el robo adelantado como recurso para que Dybala arranque la acción lo suficientemente arriba y con el adversario lo suficientemente desnudo como para que la proximidad del desenlace no le otorgue tiempo extra a la corrección. Frente a Sergio Ramos, Kroos, Modric o Marcelo, no obstante, la presión posicional con la que los italianos suelen buscar el ahogo de su oponente tendrá más complicado dejar sin aire a la salida blanca. Donde sí podría tener más dificultades su adversario es en la defensa de las alas a poco que los laterales juventinos provoquen superioridades escoradas y el mediocampo merengue no se recomponga en transición con el orden y la premura necesarios. Con un tipo de desajustes forzados que obliguen a tensionar las posiciones de los interiores blancos, cuando no directamente a sacar del centro del tablero a Casemiro, Massimiliano Allegri y su pizarra abrirían para Dybala el telón en la frontal del área. El viento en la cara, la noche en un suspiro y el himno de la Champions como un pétalo en la garganta.
Foto: Valerio Pennicino/Getty Images
dAVID 3 junio, 2017
El primer gol al Mónaco donde Dybala, con un solo toque de balón de tacón, lanzó el contraataque de su equipo, es la evidencia de como este jugador suple con infinita calidad y visión de juego su falta de velocidad. Aunque repasando partidos no le veo que tenga complejos con esto. Se lanza en carrera aún siendo el jugador más adelantado sin temor. La conexión con Alves y su balón parado los veo como peligro constante para los intereses del equipo madrileño