La preponderancia que Ernesto Valverde siempre ha dado a Aduriz, condicionando para ello todo el sistema ofensivo del equipo, se ha traducido en goles, victorias e incluso un título. Sin embargo, esta medida también ha ido contribuyendo a simplificar en exceso el ataque -el juego- de su equipo. En el Athletic no había intercambio posicional, la movilidad era vertical pero nunca horizontal, el juego de bandas siempre pretendía tener el mismo final… Los toques diferentes, creativos, corrían a cargo de Aritz. Y normalmente estos eran los penúltimos -o directamente los últimos- de cada jugada.
Anoche, ante la UD Las Palmas, volvió a suceder lo mismo. En la forma y en el fondo. Pero al mismo tiempo hubo una gran diferencia: Iker Muniain e Iñaki Williams tuvieron bastante más autonomía.
Muniain fue el más destacado contra Las Palmas.
Los dos katxorros de Lezama, que van a más en la temporada, vienen transmitiendo la sensación de que las cadenas que tan bien le han hecho al Athletic en los últimos años les estaban empezando a incomodar en exceso. Porque parece que están para mucho más.
Iker Muniain está dulce, está rápido y está muy incisivo. A su fútbol nunca le ha faltado talento, pero en los últimos años sí ha echado de menos determinación y sentido. Ahora, partiendo desde la izquierda, pero ocupando más la mediapunta que el propio Raúl García, Iker ha ido convirtiéndose en la gran alternativa de juego del Athletic Club hasta, finalmente, ser también su gran multiplicador. Porque, de momento, la idea sigue siendo la misma. Porque, de momento, Aduriz sigue siendo un rematador sublime. Y en este contexto, Iker lo que está haciendo es dotar de mayor calidad y velocidad a cada ataque del Athletic. Lo hace con pases, lo hace con movimientos y lo hace, sobre todo, con conducciones interiores que sajan la medular rival, giran a la defensa y dividen atenciones.
En un sentido bastante similar, Iñaki Williams también parece estar encontrando la forma de crecer sin que por ello, al menos todavía, haya obligado a su entrenador a adaptarse a dicha evolución. Sus movimientos cada vez son más amplios, ha mejorado su relación con la pelota y, muy poco a poco, está encontrando la manera de acercarse al área sin separarse de la banda. Es un proceso lento. Seguramente mucho más de lo que debería ser si solo nos fijáramos en el futbolista. Pero a día de hoy Ernesto Valverde lo necesita así.
Williams sigue creciendo a pesar de su posición.
Todo esto se puso anoche de relieve en San Mamés. Cierto es que la fragilidad de la transición ataque-defensa de la UD Las Palmas de Setién facilitó cualquier tarea al Athletic, pero las actuaciones de Iker Muniain e Iñaki Williams no son ningún hecho aislado; son la confirmación de que, hasta que les llegue la alternativa, pueden ser muy importantes para seguir relanzando al Athletic de Aduriz.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
Alex Fuentes 15 abril, 2017
Solo un apunte: Muniain y Raúl sí son navarros, pero Iñaki es tan vizcaíno como el Athletic.
Ahora comento in extenso, que lo de ayer fue una exhibición de los de Valverde (qué entrenador, amigos).