En su ciudad, en su estadio y ante su afición, Gerard Moreno ha ido confirmando todo lo bueno que ya insinuó la temporada 14/15 con el Villarreal CF de Marcelino. Pero lo interesante es que, además, al mismo tiempo ha despejado varias incógnitas sobre su rendimiento.
En el Villarreal, Gerard jugó siempre acompañado arriba.
La cuestión era la siguiente: el Submarino Amarillo jugaba siempre en 4-4-2, es decir, con una pareja de delanteros arriba. A su vez, como caracteriza al técnico asturiano, los puntas representaban perfiles muy marcados y a la vez muy opuestos. Estaba el segundo punta más rápido, móvil y dinámico, y estaba también el nueve que jugaba más de espaldas y tenía mayor presencia en el área. Pero al contrario de lo que se pudiera pensar, no es que uno jugara para el otro, sino que ambos se iban retroalimentando constantemente.
Según la altura o la jugada, la relación que les unía iba cambiando. A veces en beneficio del uno, a veces en beneficio del otro. Sólo permanecía inalterable una cosa: ambos se necesitaban. De ahí que el rendimiento de cualquiera de los cuatro delanteros, incluido el de Vietto o el del propio Gerard, había que analizarlo con asterisco.
Poco a poco ha ido demostrando el potencial de su fútbol.
Ahora, tras una temporada 15/16 complicada para el Espanyol en general y para Gerard en particular, el delantero centro perico está demostrando que puede ser decisivo en cualquier contexto. Ya en Villarreal, pese a que Marcelino sólo le veía en el papel de nueve, daba la sensación de que Gerard podía desempeñar cualquiera de los dos roles. Es verdad que lo que más destacaba de él era lo que le relacionaba con las inmediaciones del área. Su juego de apoyos, su buen toque para abrir a banda, su olfato de gol… Pero es que, además, a Gerard le acompañaba un sentido del juego y una intuición para el desmarque que le podía ayudar a compensar el que sin duda es su gran déficit: su físico no marca ninguna diferencia. Ni es especialmente fuerte, ni es rápido ni tampoco potente, lo cual le impide ser autosuficiente lejos de la portería rival. De ahí que contar con Vietto, Gio o hasta Denis Cheryshev al lado le sentase tan bien.
Pero, como decimos, estas dudas ya se han despejado. Gerard está sumando en compañía y, a pesar de que su equipo pasa mucho más tiempo en su campo que en el contrario, también en solitario Y lo hace porque, sea cual sea el dibujo o el once titular, el ex del Villarreal destaca por su gran capacidad para relacionarse con su entorno. Sobre todo con los hombres de fuera. A Pablo Piatti y Hernán Pérez, por ejemplo, les abre el campo o les ofrece un apoyo, según toque. Y luego, claro, les ofrece una referencia en el área que ya se traduce en 11 goles y 3 asistencias. Lo hace a su ritmo, a su manera, pero gracias a su inteligencia y calidad Gerard es capaz de dotar de dinamismo, velocidad y sentido a cada contragolpe perico.
A partir de este juego de parejas ficticio, con estas relaciones que el dibuja sobre el campo, el RCD Espanyol nunca se ha quedado lejos del gol. Y es que se podría decir que al igual que la pizarra de Quique Sánchez Flores está siendo el soporte defensivo del equipo catalán, Gerard Moreno está siendo su particular sistema ofensivo.
Foto: David Ramos/Getty Images
João 4 abril, 2017
Y es que Caicedo y Alvaro no estan bien, Baptistão mucho tiempo fuera. Creo que podria estar aun mejor. Mucha curiosidad por Falete-Gerard, falta mucho pero me da mucha curiosidad.