Todo lo bueno que hizo el Real Madrid de Zinedine Zidane en el día de ayer tuvo a un evidente protagonista: Karim Benzema. El francés lleva avisando unos cuantos partidos, sobre todo a partir del de Ipurua, que su temporada ha tomado un rumbo diferente, un rumbo mejor. Y ante el Alavés, en el Santiago Bernabéu, lo confirmó. Karim está ágil, grácil y enérgico. No para de moverse por todo el frente de ataque y su participación ni siquiera se limita ya ni a una ni a dos apariciones por jugada, sino que extiende su influencia desde que el equipo madridista cruza la medular hasta que finaliza la acción.
Mientras fue de Benzema, el Madrid fue superior.
Aunque como luego comentaremos los segundos 45 minutos del conjunto de Zidane no fueron positivos en ningún término salvo en el del resultado, su primera parte fue más que notable -sobre todo teniendo en cuenta el parón internacional-. A lomos de un Karim Benzema que flotaba a todas las alturas y por todos los carriles, resultando indetectable para el 5+2 alavesista, el Real Madrid tocó el balón con fluidez, sentido y continuidad. El ‘9’ estuvo relacionado con prácticamente todos los pases que dio su equipo en campo rival. Él era el encargado de venir a recibir, acelerar la jugada, darle posteriormente continuidad y, como en la acción del gol, finalizarla.
Tal era su omnipresencia que se relacionó con todos, desde los dos laterales hasta un Cristiano Ronaldo que está creciendo de la mano del francés, pero los grandes beneficiados de estos no fueron otros que Toni Kroos e Isco Alarcón. Ante la pasividad de Gareth Bale y el inusitado desacierto de Luka Modric, fue primero el alemán y después el malagueño los encargados de impedir que lo que hacía Karim no repercutiese directamente en la defensa de Pellegrino.
Paradigmático fue lo de Kroos. Sus pases fueron más definitivos que nunca. Por decirlo de una forma más gráfica, en vez de ser los intermedios de cada jugada como suele ser habitual, en la tarde de ayer fueron los penúltimos con mucha más frecuencia, sobre todo cuando encontraba abiertos tanto a Dani Carvajal como a un gran Danilo tras todo el desorden generado por Karim Benzema e Isco.
En la segunda parte el Deportivo Alavés controló y dominó.
El Alavés soportó estos minutos con la entereza esperada por lo visto en toda su temporada. Sus tres centrales fueron garantía en el punto de penalti y, de hecho, lo único que quizás decepcionó de su primera mitad fueron sus contragolpes. Ni por cantidad ni por calidad pesaron en el choque. En parte por la excesiva prisa que se estaban dando Edgar, Camarasa e Ibai a la hora de lanzarlos. Se extrañó a Llorente tras cada balón recuperado. No hay duda.
Una vez el partido cambió por completo tras el descanso, lo cual vuelve a incidir en la irregularidad que viene exhibiendo el Madrid durante todo el 2017, la pausa quedó garantizada y el Alavés comenzó a atacar de mejor manera. A partir del orden de Manu García, los buenos desplazamientos de Camarasa y la línea de pase que siempre propició Toquero abierto, los de Pellegrino encontraron varias veces la cabeza de Deyverson… Pero esta vez sin acierto.
El Real Madrid ya no era de Karim Benzema. Dejó de controlar, dejó de dominar y dejó de asustar, pues pese a los espacios apenas pudo contragolpear. En lo positivo, marcador al margen, queda la resistencia de tres futbolistas que son certeza en momentos de sufrimiento (Carvajal, Nacho y Pepe) y de otro, de Danilo, que sin serlo desde que es jugador blanco parece que va encontrándole al perfil izquierdo una razón para dar a conocer su mejor versión.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Roberto 3 abril, 2017
Para mi Benzemá es el unico 9 capaz de decidirte un partido cuando sea y como sea, junto a otro.A mi me parece que el momento de CR7 y Benzemá compensa lo de Modric, que no lo de Bale, aunque creo que Gareth está a punto de explotar