La épica ante el Shakhtar fue un momento vibrante que sirvió para experimentar lo que supone superar una gran adversidad y hacerlo todos juntos en el último instante. Sin embargo, la vuelta de aquellos dieciseisavos estaba comunicándole al Celta de Vigo que sólo con sentimiento y espíritu no valdría desde aquel desenlace. El Celta necesitaba fútbol y aunque tendrá que labrarse mucho su pase en Krasnodar, ofreció síntomas de comprender el mensaje que le trasladaron los 90 minutos europeos precedentes. Los hombres de Berizzo pudieron darse cuenta de ello y ofrecer una primera mitad del control que requiere Europa. Sólo cuando los rusos empataron y obligaron a los vigueses a buscar la victoria, las aguas se agitaron más de la cuenta… pero con posterior y valorable reacción local.
Cosechar triunfos merecedores y consecuentes con el juego reporta a equipos como el Celta un positivismo inequívoco. Sin precipitación, tampoco gozando de muchas ocasiones, los gallegos jugaron juntos, un escenario futbolístico que le viene costando mucho en los últimos meses. El Celta viene atacando de manera vertical pero sin involucrar a sus mediocampistas. Cuando Berizzo logra que su ataque integre a sus medios y todos los futbolistas puedan dar un pase a un compañero, que todos jueguen en campo contrario, la competitividad del Celta crece. Fue precisamente esta fase del juego la que quitó cualquier tipo de iniciativa y discusión al Krasnodar, un equipo a todas luces trabajado pero dependiente de su rival, en este caso un Celta teórica y notablemente superior.
Berizzo ganó poso con balón en ataque organizado
Para dar con la versión de control que permite a Radoja y Chelo dominar arriba y cerrar las puertas de su balance defensivo, Berizzo cuenta con el magisterio del Iago Aspas más recostado, que viene por dentro para alargar posesiones y activar a Mallo arriba. Para terminar de redondear esa sensación, Pione Sisto está aprendiendo. El danés es un futbolista que permite al Celta profundizar desde una acción meramente individual, pero la esencia colectiva viguesa está moldeando el fútbol del desequilibrante extremo. En la noche de ayer fue muy significativo ver lo que ocurría cuando Sisto regatea y toca zafarrancho desde la cal o cuando juega de espaldas, por dentro, y repite un pase hacia atrás si la jugada se frena. Sucediéndose esto segundo, recordando la pausa que perdió con la marcha de Orellana, el Celta puede encontrar altura ofensiva en el otro costado para uno de sus hombres fundamentales, Hugo Mallo.
Es una cuestión de tiempos y toma de decisiones. Educando a Sisto, sirviéndose en cada momento de su desborde pero también de su crecimiento como jugador, Berizzo puede ser vertical y abierto o pausado y concentrado. Sólo un Aspas poco inspirado dificultó la creación de ocasiones, pero el dominio y el reconocimiento propio de manejar los dos ritmos que su ‘XI’ atesora, es la llave del Celta de aquí a mayo. Esta sensación, que enlaza con su competitividad y personalidad, es la que faltó, por ejemplo, en Mendizorroza, en la vuelta de semifinales de Copa. En Europa, también en eliminatorias, compite desde lo experimentado y aprendido. El Celta demanda calma para ser completo. Y ayer, independientemente de ganar en el último suspiro, la encontró después de bastante tiempo.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images)
Shyestnadtzat 10 marzo, 2017
Para mí, la base del dominio del Celta en el 1T estuvo en la superioridad en el 1v1 de Sisto contra Martynovich (que no es lateral y tuvo que sustituir al sancionado Kaleshin, más rápido) y Aspas contra Ramírez, que además podían meterse hacia dentro ya que Guidetti fijaba bien a Granqvist-Naldo, que no podían anticipar. Y así dominaban, porque además el Krasnodar no lograba salir (recurría al balón largo a Wanderson, que no es como Smolov ahí). No obstante, creo que tras el 1-0, que abrió el partido, el Krasnodar fue bastante superior, ya que siempre amenazaba a la contra (tienen muchísima calidad técnica en comparación a los demás equipos rusos) y controlaba el ataque vigués, con un buen Gazinskiy cortando y anticipando.
Me agradó mucho Sisto, hacía bastante tiempo que no le veía y el crecimiento es evidente.