Un arreón final del Bayer Leverkusen impidió redondear una sensación que de entrada fue un mensaje: el Atlético de Madrid sigue teniendo dentro la chispa necesaria para prenderse en Copa de Europa, para constar de nuevo en el intento de asaltar su mayor anhelo. Simeone, que estuvo inspiradísimo en su planteamiento inicial, recuperó la conexión de los suyos con la competición que más dolor le ha causado y por la que sigue suspirando. De repente, su equipo no sólo lo fue en espíritu, sino que recuperó constantes futbolísticas basadas en una idea defensiva minuciosa, que le permitiera siempre poder marcar un gol en cualquier momento.
Y es que el Cholo tuvo en su cabeza un partido que preparó desde la pizarra, pues seguramente ya contaba con gran parte del plus anímico necesario que aporta el escenario y la competición de por sí. Y en el encerado, el argentino dio cátedra en base a varias decisiones, algunas colectivas, otras más puntuales e individuales, todas sumando constantemente. Tras el pítido, un Atlético defensivamente protagonista, demostrando actividad, anticipación en sus laterales para marcar altura defensiva en los costados, con todas sus piezas esperando el momento justo para que el cepo saltara. Por delante, Griezmann y Gameiro, muy adelantados, con un espacio amplísimo entre la línea medular y los franceses, quienes lograban separar las líneas alemanas y hacer superior a los suyos por fuera o en el juego directo, donde Savic y Giménez tendrían las de ganar ante Brandt, Havertz, Kampl, Chicharito o Aránguiz, todos menudos.
Saúl recuperó su mejor versión, imponente en su llegada al área
En esa convicción se movió el choque en sus primeros 45 minutos, con el Bayer mostrando sus carencias defensivas y sin poder marcar diferencias en la verticalidad. Con el Atlético cerrando pasillos y asfixiando a los extremos, el contexto fue muy favorable para el primer toque de Griezmann y la arrancada de Gameiro, la gran cuestión de la noche. El ex del Sevilla no sólo galopó, sino que lo hizo casi siempre en uno contra uno y decidiendo bien en la dirección y la orientación de cada carrera. Para completar la inspiración, Simeone ordenó a Saúl llegar al área y recibir la salida más directa, mientras fue el propio Ñíguez el que contra el legado que venía siendo su temporada, se vistió de crack para abrir la lata. Con 0-1, una respuesta lógica en ambos equipos.
El Bayer, acercándose con muchos efectivos y el Atleti reduciendo espacios para salir a la contra, resguardando la zona del pivote con un trabajo específico de Koke y Gabi, muy pendientes de retrasarse y cerrar la frontal cuando su rival ganaba línea de fondo o intentaba combinar a través de Kampl y Brandt. La situación no cambió demasiado e incluso potenció ese posible despegue que venía necesitando el Atlético para crecer y ser creíble: que su dupla de ataque lo sea por completo, con Antoine y Kevin siendo blanco y negro indistintamente. En la segunda mitad, con un 0-2 que fue hasta corto, el Bayer comenzó a meter marchas para intentar sobrevivir, sin medir riesgo alguno.
El Bayer lo intentó en la segunda parte…
Y cumplió con una parte fundamental del guión, anotar el 1-2 muy rápidamente. Además incidió en los problemas que viene presentando el Atlético de Madrid cuando más arropa a su portero. Donde antaño cada despeje era motivo de seguridad, su actual defensa del área no garantiza grandes dosis de tranquilidad, una sensación que se acentuó entre el 70′ y el 80′, con varias ocasiones de los hombres de Schmidt, que rozaron el gol. Antes de eso, el Atlético pudo distanciarse sin demasiada dificultad. Primero con Gameiro, que provocó y marcó el penalty, y después con un Torres que tuvo que entrar cuando la decisión del Cholo de introducir a Thomas pasó factura en dicho tramo del encuentro. El 2-4 final fue consecuente y refuerza a los colchoneros para afrontar los últimos tres meses de competición como un equipo vivo y entero. La Champions lo ha devuelto al ruedo.
Foto: PATRIK STOLLARZ/AFP/Getty Images
Roberto 22 febrero, 2017
Si lo que hizo ante el Barça fue un punto de inflexión positivo, lo de ayer me parece el posible inicio de una resurrección. Animicamente ya está aqui, futbolisticamente está llegando, y los jugadores llamados a marcar la diferencia cada vez están mejor.
Ojo, que los 2 ultimos campeones de la Copa de Europa requirierom de resurrecciones animicas para que el futbol llegara luego