El RCD Espanyol de Quique Sánchez Flores es uno de esos equipos que crece inequivocamente de atrás hacia adelante. Lo curioso es que en su caso no es una obligación contraída por el perfil de sus once mejores futbolistas, sino que simplemente es la manera que ha encontrado su entrenador de que estos puedan competir mejor.
Y lo están haciendo. Aunque aquella racha de partidos imbatidos y, por ende, también invictos no haya tenido todavía una prolongación, pues en los últimos cinco encuentros siempre han encajado gol, el Espanyol sigue marcando diferencias desde la solidez de sus dos líneas de cuatro. El entramado conformado por Diego López, Diego Reyes, Víctor Sánchez, David López o Javi Fuego ya está ganando puntos por sí mismo, tanto de forma activa (defendiendo resultados) como pasiva (otorgando situación de ventaja a sus diversos puntas).
El ataque posicional, el reto del RCD Espanyol.
El problema que está encontrando este Espanyol es a la hora de enganchar todo el juego que no sea replegar y salir de forma muy vertical, extremadamente vertical, al contragolpe. Ésta es una idea que tiene sentido por la conducción de Leo, los toques de Gerard, la velocidad de Hernán o la puntualidad de Piatti, pero no siempre se puede poner en práctica, pues depende del rival y del marcador.
De ahí que la figura de José Manuel Jurado siempre haya parecido tan importante. Su condición de centrocampista talentoso, creativo y asociativo se antojaba indispensable de cara a dar el siguiente paso: crecer también desde el balón. Es cierto que también están Marc Roca, José Antonio Reyes o Salva Sevilla, pero ninguno parece preparado en estos momentos para capitalizar de forma constante una ofensiva. Quique necesitaba a Jurado. Y, por eso, el técnico madrileño le ha alineado en todas las posiciones posibles. Extremo, volante, interior, mediapunta… Así Jurado siempre sumó. Quizás más desde las jugadas que desde el juego, pero cuando la tocaba pasaban cosas diferentes. Se sucedían acciones más pausadas, más largas y menos precipitadas. Pero no fue hasta el día del Granada, donde directamente actuó como mediocentro en salida (Javi Fuego se apartaba) y como interior en ataque (pisando frontal), cuando Jurado enganchó todo el juego periquito. Cuando Jurado comenzó a llevar al Espanyol de Quique al siguiente nivel.
Foto: David Ramos/Getty Images
Jaime 29 enero, 2017
Hola, Miguel,
¿Me puedes explicar a qué te refieres cuando hablas de la diferencia entre jugadas y juego?
Un buen artículo, por cierto.