En su visita a Balaídos, el Sevilla volvió a demostrar que juega sus partidos con 14 futbolistas. Puede utilizar a 11, 12, 13 o 14 según la necesidad pero el impacto que suelen tener sus cambios explica muchas de sus victorias y más aún, su contrastada competitividad, relacionada con la mejoría que ha experimentado lejos del Sánchez Pizjuán, alcanzando un ritmo de puntuación de posible candidato al título. El Celta de Berizzo salió a dominar y lo consiguió, hasta que las cosas giraron del lado sevillista con la entrada del hombre del partido, Vicente Iborra, autor de los tres goles del choque.
El Celta dominó en el inicio gracias a su presión
Sonó el pitido inicial y poco a poco el conjunto gallego impuso su presión, personificada en sus tres hombres de mediocampo y sus tres hombres de ataque sobre la salida sevillista, dibujada nuevamente con tres centrales y dos medios, N’Zonzi y Nasri. Con dicha superioridad numérica en la zona central y arrinconando a los primeros hombres hispalenses, los de Berizzo elegían el papel de cada equipo. Si bien el Mudo Vázquez fue ese tercer apoyo que pone a Nasri y N’Zonzi más arriba, el técnico celeste enfocó sus esfuerzos en robar arriba para no dejar que Sampaoli marcara su ritmo medio y bajo que otorga ventajas a su hombre orquesta marsellés. De la mano de Pablo Hernández, Daniel Wass y Marcelo Díaz lo consiguió.
Sampaoli retocó su defensa dando entrada a un Iborra que fue clave
Tras el descanso, Nicolás Pareja, con molestias, daba entrada a Vicente Iborra. Sampaoli aprovechó dicha circunstancia para solucionar lo que estaba pasando. Con un hombre menos en defensa y uno más en los dos tercios posteriores, el conjunto andaluz comenzó a depender de sí mismo con mayor continuidad, la que le fue restando a su rival, cuya presión era sorteada y debía de retroceder y comenzar desde abajo sus ataques. Con mayor juego en campo contrario, apareció Samir Nasri para recuperar el ritmo que le hizo brillar tanto desde su estreno en Liga y fue construyendo el tipo de encuentro que hace del Sevilla un equipo tan creíble y serio. Ya con ventaja en el marcador y el encuentro derivándose hacia las urgencias celtistas -entraron Guidetti y Bongonda- para intentar remontar, Sampaoli sacó a Kolo por Vázquez, volviendo a los tres centrales y la defensa de su propio campo para después dar entrada a Correa para poder contragolpear ante un Celta proyectado hacia Rico. Todo con sentido y todo con el impacto buscado. Es el momento de Jorge Sampaoli.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Ismael 12 diciembre, 2016
No creéis que de todos los equipos que juegan con defensa de 3 (o de 5, según actitud), la de Sampaoli ¿es la única que cree en el sistema de 3 defensas?, es decir, que las demás si son defensa de 5 para poder darle al equipo más seguridad en defensa pero el Sevilla no busca eso, sino generar juego ofensivo desde ese sistema y no protegerse.