La corta etapa de Gustavo Poyet como entrenador del Real Betis Balompié podría resumirse rápidamente en que, semana tras semana, el esfuerzo realizado por definir y reconocer a los béticos era cada vez más complicado. La idea y las intenciones no aparecían plasmadas en el campo, y por consiguiente, los resultados no llegaban. Ahora, su sustituto, Víctor Sánchez del Amo, que en sus primeros días ya ha elaborado un discurso que subraya sus constantes como entrenador, busca darle al Betis la suficiente memoria para competir desde la versatilidad. Por el momento, el técnico madrileño se está enfocando en algunos frentes concretos.
En tan solo dos partidos, uno de ellos marcado por la temprana expulsión de su carrilero derecho, Piccini, Sánchez del Amo ha utilizado un 5-3-2, repitiendo mismas piezas, un dibujo que suma un hombre más en su zaga, pues al Betis le llegaban y le remataban de manera sencilla y otro más al mediocampo, pues los problemas del conjunto de Poyet derivaban en inferioridad en la medular, cuyo despliegue de sus pivotes debía cubrir muchos metros y en todas direcciones.
Víctor ha repetido dibujo y alineación en los dos primeros partidos
En ese intento de recuperación de una solidez defensiva que el Betis viene necesitando, subyace la idea de adaptarse al rival al mismo tiempo que el equipo genera esa citada memoria táctica. Ante Las Palmas, los verdiblancos ejercieron una presión en campo contrario que incomodaba a los de Setién, con la que además intentaba solucionar los problemas de velocidad que los andaluces presentan a la contra sin la participación de Musonda, un hombre aún por encajar. En lo que respecta a lo que su Betis puede dar por sí mismo una vez tome la iniciativa, Víctor ha elegido a Dani Ceballos como el principal referente.
Recuperar presencia interior parece la apuesta de Víctor de cara al juego de su equipo con balón. La figura del joven español no tiene semejantes en la plantilla, siendo Ceballos un jugador lejos aún de representar la constancia y consistencia como gestor del juego. No obstante y pasando a ser una de las decisiones a priori más relevantes en su desembarco en el Villamarín, Ceballos no estaría sólo, algo fundamental si la propuesta prospera. A su alrededor, y como doble punta, Víctor ha situado juntos a Joaquín Sánchez y Rubén Castro.
Juntar a Ceballos, Joaquín y Castro por dentro, intención con balón
Ambos los jugadores más especiales y determinantes del plantel, parecen agradecer el cambio. Los dos jugaron en banda en diferentes momentos de la temporada, siendo Alegría o Sanabria los hombres elegidos por Poyet como referencias fijas. Así, acercando a Castro al remate y dando mayor libertad al genio gaditano, Víctor está completando sus primeros pasos como entrenador del Betis. Las modificaciones son muchas y los minutos de competición muy pocos. Con la información recogida hasta ahora, los cambios suenan coherentes, sólo queda ver si el Betis puede jugar de memoria.
vi23 29 noviembre, 2016
La verdad es que la confección de la plantilla es un poco rara. No parece de Torrecilla! Con la alegría que nos habia dado ver jugando a Alex y con el jugadorazo que tiene pinta de ser Sanabria, acabar con ambos (y Musonda) en el banco resulta bastante extraño (aunque tiene lógica, por supuesto, desde el punto de vista de Victor en la situación actual, que no se me malinterprete). Pero es una pena que una plantilla con esos tres proyectazos de jugador no pueda utilizar ni a uno de ellos de inicio