La Real Sociedad salió presionante ante un Atlético de Madrid que depositaba demasiada salida de pelota en los pies del triángulo formado por Savic, Godín y su capitán Gabi. El trabajo de Willian José orientaba el primer pase de los centrales hacia donde quería Eusebio -normalmente el sector derecho del ataque rojiblanco- y la línea de tres mediapuntas se esforzaba lo suficiente para que, luego, Zurutuza, desprendiéndose de Illarramendi, diese tres, cinco o siete pasos hacia delante dependiendo de la naturaleza de la jugada y sacase su garfio para robar o provocar el robo de balón. Los locales ofendían desde arriba y Simeone se vio abocado al cambio.
Simeone logró aflojar la presión inicial de la Real.
Entonces bajó a Koke y centró y bajó también a Griezmann, en busca de un control sobre el esférico y una imaginación superior que permitiera a los suyos estar más cómodos y hallar más soluciones. Pero como cabía la posibilidad de que eso sucediera y la Real Sociedad deambula por la cima de su astucia y goza de una versatilidad súper pragmática, retrocedió los metros que calculó como convenientes para que cada toque de Antoine tuviera entre sí y Gerónimo Rulli una cantidad prudencial de defensores. Y dos de ellos, además, eran Martínez e Illarra, que están de dulce. Así que el Atlético ganó control porque fabricó un lugar donde descansar, pero se trataba de un remedio inofensivo y la Real sí sabía cómo iba a producir.
El contraataque de la Real Sociedad pareció imparable.
En concreto, iba a producir a la contra. Las transiciones defensa-ataque de los locales rayaron la perfección táctica, rozaron la perfección técnica y colmaron lo que pide el arte ante según qué paladares -quizá no todos, porque esto es más subjetivo-. La estratagema posicional consistió en abrir a Willian José sobre la izquierda -clavándolo allá donde Juanfran ya no estaba- y hacer lo propio con Carlos Vela donde segundos antes había estado Filipe Luis. El pase de salida, de modo habitual, se dirigía hacia el brasileño, que pronto disfrutaba del desdoble del vertical Oyarzabal por fuera y de toda la perspectiva para conectar al mexicano alejado gracias a su fantástico golpeo de balón. De esta forma, la Real no sólo estaba separando a Godín de Savic; también amenazaba a los dos a la vez para que ni se les ocurriese ayudarse el uno al otro.
Carlos Vela pudo anunciar anoche su regreso a la élite.
A modo de epílogo, y no sin antes reconocer la injusticia de destacar un nombre por encima del resto tras tamaña actuación colectiva, se hace obligatorio deternerse en Vela. El pequeño delantero zurdo es ese hombre capitado para relacionarse con lo mágico, y hay ocasiones en las que sólo lo mágico derriba un muro, y hay que demolirlos para ganar, y sólo ganando se mantiene esta confianza y se mejora más este fútbol. Y ayer, contra un auténtico equipazo como es este Atlético de Madrid de Simeone, Carlos volvió a brillar como aquella estrella que, por momentos, en Anoeta, cegaba hasta no permitir… que mirásemos hacia Antoine Griezmann.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
GiacomoGiuralarocca 6 noviembre, 2016
Es un mal momento de forma o el Atleti no defiende como antes? No hablo precisamente de las cimas de la temporada 2013-2014, hablo pensando a la temporada pasada donde tambien con un Gimenez como elemento debil encajaron muy pocos goles desde Agosto a Mayo.
Dicho esto, no quita el gran partido de la Real Sociedad, estuvieron muy finos tecnicamente.