El FC Barcelona resolvió con inteligencia y buen juego su primer compromiso de la Champions League 2016/17. Lo disputó frente al Celtic de Glasgow de Brendan Rodgers, que dispuso un 5-4-1 como el del Alavés de Pellegrino que, en cuanto a eficacia, no tuvo nada que ver con lo de los vitorianos. Para empezar, porque Messi fue titular y eso lo cambia todo; con él ejerciendo de péndulo y Neymar y Suárez lanzando desmarques circulares por la media luna del área, la movilidad interior del ataque se multiplicó y fijar marcas resultó mucho más difícil para el rival. Y por continuar, cabe señalar que la calidad defensiva de los escoceses no es alta: casi ninguno de sus defensores aguantaba una sola finta de un culé y, además, en cuanto el Barça superaba la línea de cuatro centrocampistas con un regate o un pase, los nueve de atrás se volvían hacia el balón y se acercaban a él perdiendo de vista lo demás. No se divisó competición real. Pero incluso así, sí hubo una noticia trascendente.
Gomes demostró saber qué debe cambiar para adaptarse pronto.
La noticia residió en André Gomes. El joven luso brilló en Mestalla, sobre todo, gracias a su conducción de balón. Driblar a un contrario siempre generaAndré jugó a 1 ó 2 toques un desequilibrio que marca diferencias y André era (es) capaz de hacerlo hasta en el carril central, que es donde menos espacios existen y, a la vez, donde más impacto tiene casi cada cosa que acontece en el fútbol. Dicho esto, en el Barça lo que conviene es que conduzcan Neymar y Messi, y cuanto más se tarde en darles el pase, menos huecos hallarán y más lenta y defendible será la acción, motivo por el cual, en la mayoría de los envites, Luis Enrique no concibe su medular como una sala de máquinas, sino como un pasillo de mero tránsito. De ahí que agradase tanto el intento de Gomes de jugar a uno o dos toques como regla general. Y lo hizo con acierto, en la intención y en la ejecución, y sin renunciar a ser vertical.
No contento con ello, en el segundo tiempo completó 30 minutos como mediocentro. El partido ya iba 5-0 y no se prestó a que se sacaran conclusiones sobre su desempeño, pero no dejó de quedar patente algo que, antes, no se podía dar por hecho: el día que falte Busquets, André Gomes será uno de los sustitutos que Luis Enrique barajará. El tiempo desvelará si tanto como para anteponerlo a Sergi Roberto, Mascherano o Rakitic; los otros tres con experiencia en la demarcación.
Foto: PAU BARRENA/AFP/Getty Images
roumagg 14 septiembre, 2016
Entonces, Abel, ¿es esto en lo que debe convertirse André? ¿No te encajaría un centrocampista más protagonista y conductor ahí? ¿Modric o Isco tendrían que convertirse en Rakitics para jugar de interiores en el Barça de Messi y Neymar?