El fútbol en agosto no deja espacio a las conclusiones. La mayoría de equipos están por hacer, las piernas están muy cargadas, el ritmo de los partidos es escaso, el sino más probable de cada acción es el error… En definitiva, el juego es mucho más parecido al de un partido de pretemporada que al de uno oficial en noviembre.
Al Dépor le hizo jugar mal DaniApuntado esto, que bien valdría como base contextual para -casi- todos los partidos que se disputen durante estas dos primeras jornadas, lo cierto es que hay un tipo de jugador que logra imponerse a todo lo que le rodea. A la realidad. Y ese es el centrocampista español; esa especie que viene dominando la Liga durante el último lustro, ya sea en lo más alto o en lo más bajo, a mayor o menor velocidad, siendo nacional o jugando como tal. Para ellos, hacerse con el partido siempre es posible. Controlar el ritmo, quitando o dando continuidad según sea necesario, siempre está a su alcance. Aunque sólo sea por fases y no sirva para ganar. Ya lo vimos en El Madrigal el pasado miércoles, fecha en la que Bruno Soriano volvió a demostrar que está jugando la Champions en agosto, pero que también puede jugarla en abril. Y anoche, de manera menos rotunda pero también evidente, Dani García hizo algo parecido en Riazor, confirmando que es uno de los jugadores con menos nombre de la Liga que mejor juega al fútbol.
Dani García le quitó continuidad a la posesión gallega.
Los de Garitano sí comenzaron jugando bienEl Deportivo de Gaizka Garitano había comenzado bien. El salto de calidad a nivel asociativo que ha dado la plantilla se nota desde el primerísmo escalón con Sidnei hasta el penúltimo, donde Carles Gil y Guilherme dieron continuidad a las posesiones gestionadas por Mosquera. En definitiva, aunque no estaba creando mucho peligro, el Dépor estaba en disposición de propiciarlo, que ya es bastante a estas alturas. Sin embargo, a partir del minuto 20 y viendo que la situación no les era favorable, Dani García hizo acto de presencia en Coruña. Y no de la manera que le caracteriza al Eibar de Mendilibar, sino al contrario: parando el choque. El medio vasco hizo suyo el balón y trató de guardarlo en todo momento, asociándose para ello tanto con Alejandro Gálvez por detrás como con Inui por delante. Y lo consiguió hasta el punto de que el Dépor, ya sin continuidad, comenzó a confundir el ritmo del encuentro al intentar pasar de primera a cuarta sin ni siquiera pisar el embrague.
De ésta, pese al marcador final, el Deportivo ya no se volvería a recuperar. Tampoco el partido ni el propio Eibar, que pronto dejó de pertenecer a Dani García para ser de Bebé. Es lo que tiene el fútbol en agosto. De ahí que las valoraciones no se puedan coger más que con pinzas. Otra cosa son las ideas. Éstas están ya aquí. Aún tiernas e inmaduras, pero están. Se comprueba en la tendencia asociativa de los fichajes deportivistas, en la importancia que están adquiriendo los centrales (Sidnei o Gálvez) y los porteros (¡Rico con Sampaoli!) en el ataque posicional de todos los equipos y, por supuesto, en lo importante que es tener un base como Dani García, que puede llegar a manejar el ritmo de un partido incluso en agosto.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
AlexSD98 20 agosto, 2016
Es como dices importante el salto asociativo que ha dado el Deportivo, pero más pronunciadamente en la salida desde la defensa. Creo que con Víctor en los momento que Sidnei utilizaba el balón como arma estaban totalmente improvisados, pero a diferencia de este parece que Garitano está sabiendo reconducir positivamente y en pro del colectivo ese atrevimiento del propio central a la hora de poner el primer escalón antes de llegar al genio Mosquera.