1- La oportunidad perdida
Al contrario que sus vecinos y rivales, el desenlace de la Premier League 2015/2016 sí afecta a la credibilidad del proyecto de Arsene Wenger. Con el Chelsea ahogado desde primera hora, el United sin terminar de crecer con Louis van Gaal y el City pecando de falta de determinación, el panorama no podía pintar mejor para un Arsenal que sí estaba bien situado. Los fichajes habían sido un acierto, el equipo cuajó muy bien en otoño y, poco a poco, fue demostrando que las áreas ya no iban a ser un obstáculo tan insalvable para ganar el campeonato. Pero esto no fue suficiente. A buen seguro que las lesiones de Cazorla y Coquelin afectaron futbolísticamente al equipo, pero que el Arsenal no compitiera -porque no compitió- el título al Leicester City volvió a frenar en seco la evolución gunner.
El Arsenal 2016 ya parecía listoYa no hay un estadio que construir, rivales imposibles de batir ni tampoco una sequía de títulos que enloquezca al entorno del club. El Arsenal en 2016 debía estar preparado para aprovechar cualquier oportunidad. Era el momento. Sin embargo, esta opción pasó y ni siquiera dejó noches emocionantes para el recuerdo. Por todo esto, que el de Wenger sea el único proyecto estable en la Premier League no supone la certeza que debería, sobre todo ante rivales que parten de cero, sino que siembra de dudas cualquier posible escenario ambicioso.
2- Creer lo que nadie cree
Es por todo lo vivido en los cursos pasados por lo que el gran reto que debe superar Arsene Wenger como líder de este Arsenal no es meramente futbolístico. No es táctico ni técnico. Los gunners no son la mejor plantilla de la Premier ni tienen a un futbolista lo suficientemente determinante como para compensar esto, cosa que quizás sólo Ibrahimovic es ahora mismo, pero lo que en realidad aleja al Arsenal del resto es la sensación de que se han creído lo que la gente piensa de ellos. En la era de la comunicación, abstraer a un grupo humano de la opinión pública es realmente complicado. De ahí que, ahora mismo, sea una de las grandes tareas del entrenador. Sea en el sentido activo, es decir, creando un discurso favorable a sus intereses; o sea en el sentido pasivo, aislando a sus futbolistas. Y Wenger, de momento, no lo está consiguiendo. Ni generando una dinámica positiva de juego y resultados, su vestuario parece preparado para evitar esa sucesión de momentos que le terminan alejando de las situaciones de privilegio. Por eso, cada oportunidad parece un problema. Y cada problema, el obvio final.
3- Ya no falta calidad
Si de algo no tiene déficit ahora mismo el Arsenal es de calidad. Los últimos fichajes (Petr Cech, Gabriel Paulista, Granit Xhaka, Alexis Sánchez y Mesut Ozil) parecen acertados tanto en forma como en fondo, pues además de solventar varios problemas han ayudado a elevar la calidad media de la plantilla, que ya sí es propia del Top-4.
Granit Xhaka es un refuerzo de mucha calidadEs cierto que la posición de Ramsey, el estado de Cazorla y la presencia de Giroud representan hoy ciertas dudas, pero ninguna de ellas parece ni mucho menos insalvable. En todas sus líneas, el Arsenal tiene soluciones de calidad para asemejarse a esa versión wengerista muy competitiva que, mismamente, se pudo ver el año pasado ante el Bayern Munich de Pep Guardiola. En ese sentido, además, la figura de Granit Xhaka parece más que útil. El futbolista suizo puede ser ese director de orquesta que, por una cosa o por otra, el conjunto londinense lleva varios años sin disfrutar con continuidad. Así que, sea a partir de un fútbol de más transiciones o regresando al juego más asociativo, el Arsenal de Wenger tiene recursos técnicos y tácticos para alcanzar cualquier cota en esta Premier que comienza hoy. ¿El problema? Que en el fútbol no hay nada más importante que la cabeza. Que lo emocional. Y, por lo que sea, el Arsenal parece haberse creído que nunca será su momento.
Foto: Alex Broadway/Getty Images
ivanedu 13 agosto, 2016
Lo más difícil que tiene Arsene Wenger es convencer a todo su equipo que ellos tienen el potencial para ganar la Premier y que él DT es el indicado para este logro. Es un asunto de ganar confianza y poseer fortaleza mental, especialmente en los momentos decisivos. Creer que pueden ser más que un equipo que "juega bonito", ser un equipo contundente. Que Wenger deje de ser un solamente un DT formador y logre ser un DT ganador.
Realmente pienso que no se va a romper la inercia de ser "segundones". Esta temporada no creo que logre el Arsenal se lleve la Premier. Me gustaría (y sorprendería) estar equivocado, su fútbol combinativo, lleno de pases, paredes y velocidad, merece algo más.