En la Eurocopa de la igualdad, Francia cosechó la goleada del torneo ante un equipo, Islandia, que hasta ese momento parecía inmune a encajar más de un gol. Didier Deschamps engañó a todos: separó a los islandeses, aprovechó la confusión en forma de espacios y cercenó su contragolpe con la calidad física de su plantel. Fue una victoria rotunda; una contundencia que restó toda la emoción que ya colmaron los anteriores cruces de cuartos. Y lo que parece más importante: al menos en ataque, Francia ya sabe a quién poner y por qué. Alemania será una prueba durísima, pero Deschamps ya ha visto a sus mechas prender.
Francia pudo sorprender en un contexto aparentemente contrario
El ataque posicional francés ha supuesto en este torneo un dilema constante para la anfitriona. Ha tocado muchos palos, ha sufrido la fragilidad de su sistema ofensivo y ha resuelto los partidos más por jugadas e insistencia que por plan sostenible e identificable.Paul Pogba fue mediocentro Por eso, ante Islandia, se esperaba un contexto similar, de ideas vagas, empuje sin pausa y pérdidas de mala calidad que hiciesen crecer a Sigurdsson, Sightorsson, Gunnarsson y Bodvarsson. Casi contra todo pronóstico, los galos tuvieron la pelota a un ritmo muy bajo y cuando la perdían mezclaban la presión arriba con una marea baja que hacía entrar en un aparente mar en calma a su rival, que comenzó a separar sus líneas en el momento en el que tenía que iniciar el juego y lo hacía como sabe, siempre en largo. Así generó espacio Francia, que pudo correr a la espalda de la zaga islandesa, por mentira que parezca.
Con Pogba y Matuidi abajo y Sissoko en derecha, Deschamps lo tenía clarísimo: si Islandia sale por fuera, a por ellos van nuestros más capacitados para taponar. Matuidi de interior izquierdo, Pogba de mediocentroFrancia asaltó los espacios y Sissoko cerrando la banda derecha. Arriba, con Payet y Griezmann mirándose y Giroud cruzando desmarques, Francia desarboló, no sólo la muralla islandesa, sino sus pulsaciones. Fuera de su zona de seguridad, los islandeses no supieron responder a los tempraneros goles de Giroud y Pogba, ante un Halldorson que echó muchísimo en falta que por delante todo quedara junto. Con marcador a favor, Francia se encontró comodísima tocando sin precipitarse. Islandia seguía replegando incluso con 2-0, pues subiendo sus líneas y forzando otras zonas de presión corría aún más riesgo. La batalla estaba planteada y sentenciada. Después, el físico francés.
Islandia no pudo ni sacar ventaja de su físico
Ya en el gol de Pogba, con salto en suspensión y tremenda potencia en el remate, los locales dejaban claro que ellos eran los más indicados para anular una de las principales virtudes de los de Lagerback: su corpulencia y agresividad. Los duelos, resueltos desde la confianza de ir por delante como añadido a su materia prima, eran siempre para los galos. Aturdida por no haber competido en el arranque, Islandia pareció frágil, cabizbaja y reducida. Al menos desde el plano físico, porque su mentalidad, latente hasta el 2-0, emergió con su jugada más característica y carismática: un saque de banda de Gunnarsson, prolongado y rematado en área pequeña. Incluso con 2-0 y sin recursos ofensivos variados, el posible 2-1 no era descabellado.
En esa duda constante islandesa por presionar obligada o replegar para cerrar heridas y espacios, Griezmann concluyó el encuentro. Islandia maquilló ganando la segunda parte y mostrando mucha de su idiosincrasia como país intentando un asedio sin premio posible. En una Euro de más historias que sistemas sólidos, la suya fue la más atractiva. Francia pasa a semifinales con las cosas más claras aunque deberá seguir adaptándose.
Foto: GEORGES GOBET/AFP/Getty Images
@AlexSD98 4 julio, 2016
Tras este gran análisis solo queda una cuestión por discutir y que todavía no ha quedado clara ¿Es mejor Matuidi sin Kanté compartiendo terreno de juego? Sinceramente ver que sí y es que los dos contextos que se crean según la respuesta a la pregunta son analizables.
Kanté es un jugador de ritmo elevado que necesita una gran anchura de campo para brillar y que imprime un ritmo físico a sus intervenciones que eclipsa a los jugadores de su alrededor. Matuidi debido a esto se siente bastante aislado posicionalmente, es decir, se siente totalmente pisado por su compañero y baja prestaciones. Aunque parezca mentira cuanto mayor libertad tenga Blaise en cuanto a compañeros que le rodean, más efectivo será. Ayer lo vimos. ¿Qué opináis?