Había malas noticias cada semana y todo parecía ir bien. Así fue el tercer año de Guardiola en Múnich. El de Santpedor agudizó tanto su ingenio, y también su acierto, que incluso cuando las bajas le obligaron a poner cinco delanteros en un mismo once, su Bayern se presentó ante el espectador como un equipo equilibrado que aparentaba no añorar nada. Pero lo hacía. La pizarra de Guardiola evitaba el colapso, pero la pérdida de potencial resultaba irreversible.
Eso cuando las lesiones. Luego, hubo algo de un calado más profundo, una falta que ni siquiera cuando contaba con su plantilla sana y Götze y Thiago no cumplieronal completo desaparecía de su horizonte: Guardiola, adalid del juego de posición, y por consiguiente obseso de que sus futbolistas no se acerquen a recoger el balón sino que lo esperen a espaldas de líneas defensivas del oponente, no dirigía a ningún centrocampista con capacidad real para jugar entre líneas. Götze, dotado para ello, nunca compitió, y Thiago, supuestamente dotado para ello, prefería, como todos los demás, bajar a recibir la pelota más atrás de donde el rival fija su primera barricada. El resto de candidatos, con Arturo Vidal a la cabeza, sencillamente no respondía al perfil técnico de jugador capacitado para recibir de espaldas y girar o para controlar el balón en espacios reducidos y no perderlo.
Carecer de especialistas para jugar entre líneas limitó a Pep.
Para Pep, fue un problema. Lo acabó solventando, o disimulando, apostando por un ataque más orientado hacia las bandas y con los movimientos de empuje de Lahm y Alaba haciendo diagonales desde afuera y abajo hacia dentro y arriba, pero esta especie de “atajos” no alcanzaban, ni por asomo, el poder destructivo que alcanza un Iniesta, un Özil o un Koke recibiendo a la espalda de un medio contrario y dándole la vuelta con gracia. Durante tres años, Guardiola no ha podido utilizar ese don tan ligado a su hoja de estilo porque ninguno de sus futbolistas lo ha tenido en su repertorio.
La plantilla del Manchester City, en general, se antoja bastante menos completa que la del Bayern Múnich, pero justamente esta virtud extrañadaSilva es un gran especialista en el Allianz Arena sí estará vigente en el Etihad Stadium. David Silva, uno de los especialistas más consumados en la materia en el último lustro, la pondrá a disposición del técnico catalán, si bien habrá que comprobar si ofrece algo más que eso para garantizarse la titularidad en el nuevo equipo. El canario viene de firmar un año muy preocupante a título físico y la Eurocopa no ha aclarado las dudas, sino más bien lo contrario.
Gündogan lo tiene todo para generar mucho fútbol entre líneas.
Tampoco está libre de dudas físicas Ilkay Gündogan, quizá el fichaje más estratégico de todos cuantos ha oficializado el Manchester City desde la firma de Guardiola. No obstante, aunque se haya perdido la cita de Francia a causa de una lesión, cabe señalar que su curso de la mano de Tuchel dio para ilusionarse. En términos de movilidad, se acercó muy mucho a la desatada versión que le hizo famoso a las órdenes de Klopp en el Borussia Dortmund de hace cuatro años. El alemán de raíces turcas posee técnica y físico suficientes para recibir entre líneas, girarse, proteger la pelota y dar continuidad o crear peligro según convenga. De hecho, pocos futbolistas están más dotados que él para desempeñar un rol así.
El quebradero de cabeza que se le podría originar a Pep partiría del hecho de que, si no llegan más centrocampistas importantes, en realidad a Gündogan lo necesitaría en dos escalones diferentes. En estos instantes, sus pivotes son los brasileños Fernando y Fernandinho, y ninguno está provisto ni del orden, ni de la creatividad ni del ritmo que el entrenador requiere en esa zona destinada a quien recibirá el primer pase para dar el segundo -o a dar el primero directamente-. Para quien ha utilizado como iniciadores a Busquets, Lahm y Xabi Alonso, prescindir de un pasador que favorezca la fluidez no sería fácil. Pero al mismo tiempo, la tentación de recuperar esa figura que enriquezca su ataque por el carril central -que es el ataque que más daña- va a ser gigantesca. Habrá que esperar al final de mercado para intuir cuál será la posición y cuáles las responsabilidades del bueno de Ilkay.
Foto: OLI SCARFF/AFP/Getty Images
Abel Rojas 18 julio, 2016
¿Todo el mundo da por hecho aquí que Silva va a ser pieza troncal en el proyecto de Guardiola?