Fue uno de los protagonistas de mayor calado en la última edición de la Ligue 1. Zlatan Ibrahimovic, omnipresente referencia de quien repitió dominio en el campeonato, volvió a lucir la estrella, mientras que Ousmane Dembélé protagonizó la gran aparición del curso, el bufido precoz que enrolado en las filas del Rennes alborotó defensas en toda Francia y agendas en media Europa. Pero en cuanto a la sorpresa, al inesperado, al invitado que todo el mundo daba por hecho que a última hora, y como tantas otras veces, llamaría para excusarse, el nombre inesquivable es el de Ben Arfa.
El año de Hatem Ben Arfa en Niza es tremendoContra pronóstico, la eterna promesa se presentó para cumplirse y cumplirla, cuando en la expectativa ya no había ni peso ni recuerdo, no existía el más abajo y sólo quedaban esperanzas desesperanzadas a las que reenamorar. El impacto de su resurgir -resurgir falso porque no llegó a haber un surgir antes- tanto a nivel futbolístico como mediático fue rotundo. Como si desvelara que, aun sin reconocerlo, en cada cocina aguardaba un plato y una ración por si finalmente se dignaba a aparecer. Que pese a los desencantos, pocas cosas esperaba con más ilusión el público francés que encontrarse a Hatem al otro lado de la mirilla.
Disfrutó en Niza de una libertad similar a la de Zlatan en París.
Por eso ahora, el poderoso Paris Saint Germain se ha encomendado a él y a Unai Emery para llenar el vacío dejado por Ibra, en una temporada donde espera rendir cuentas con la Champions League sin que el dominio que ejerce sobre la competición doméstica deba suavizarse. A la vista está que Zlatan y Ben Arfa son futbolistas muy distintos. Uno es genial en el toque y el remate, y el otro en la suerte del desborde, pero durante la última temporada ambos compartieron una libertad posicional en los engranajes de sus respectivos equipos más fácilmente extrapolable. A Ibrahimovic, delantero centro, no era extraño verle aparecer en zona de mediapunta, de interior o incluso de mediocentro, al tiempo que Hatem, en el Niza de Claude Puel y envuelto por dos referencias que abrieran las bandas y una o dos sujetando por delante, disponía de una vasta llanura con la que relacionarse. Como protagonista principal del contraataque en planteamiento, nudo y desenlace, solución para acelerar el mediocampo bajando unos metros su situación u hombre más lúcido en los metros finales.
El caso de Ever no se pareceUna libertad, concesión y atribuciones que no solamente conoce su nuevo equipo sino también quien ya los dirige a ambos desde la banda. El Sevilla de Unai Emery tuvo en la particular figura de Ever Banega a un futbolista que definía tanto la personalidad futbolística del conjunto como su forma de proceder. Mediapunta y mediocentro a partes iguales, el argentino aparecía tanto en campo rival para darle unidad al juego de ataque, como aseando el inicio de la jugada en una suerte de salida lavolpiana ubicada unos metros por delante de la línea defensiva, en mediocampo, en la cual se abrían los mediocentros en lugar de los centrales y quien bajaba no era el pivote sino el enganche. Más allá de esta libertad heredada, sin embargo, igual que sucedía con Ibrahimovic, las características de Banega y Ben Arfa poco tienen en común, y aún pudiéndole asignar unos movimientos parecidos, difícil será que Unai saque del francés algo similar a lo que fue Ever bajo su manto. Sus casos conviene ordenarlos en carpetas distintas. Hatem es, lo apuntábamos, en esencia y sobre todo un regateador, uno que de ser alineado en banda agradece el contrapié para dirigir su arrancada hacia dentro.
El uso que suele dar Emery a sus laterales le potenciaría en banda.
En este sentido, si Unai opta por mantener el dibujo que más veces empleó Blanc en París o por darla la zona del 10 a un futbolista más versado gestionando posesiones, el afecto del de Fuenterrabía por los laterales largos, profundos y exteriores, así como la incorporación del belga Meunier y la presencia en la plantilla de Serge Aurier, le permitirían a Ben Arfa el escenario pretendido. Uno en el que, pudiendo recibir entre líneas habilitado por los pasadores que en el PSG ven el fútbol de cara, y estirada la lona tanto por los laterales como por el delantero centro, darle a Emery y al conjunto parisino el desborde que quizá en otro tiempo echaron de menos.
Los galos vienen de ser un equipo tan cuidadoso como prudente y paciente en el trato del balón, características que lo definieron y le dieron fuerza pero que en las tardenoches de más brillo, incluso cuando mejor lució su fútbol, limitaron su capacidad de generar peligro con constancia ante defensas organizadas. La acreditada pericia de Ben Arfa para superar en el uno contra uno a su par, sumada a la que ya ganó el PSG con Di María el verano pasado, debería facilitar que para Unai, esta vez, una propuesta de juego más asociativa no fuera una barrera.
Foto: PHILIPPE LOPEZ/AFP/Getty Images
sobris 25 julio, 2016
He seguido mucho esta temporada a Ben Arfa en el Niza, porque además de él que es un jugador que siempre me ha encantado, su fútbol era muy vistoso, con jugadores muy buenos a mi parecer como Mendy (Leicester cubriendo a Kanté) o Koziello.
Y tengo que decir que el fichaje de Ben Arfa me ha sorprendido mucho tratándose de que el que está en el banquillo es Emery.
Me sirve la comparación con Banega para explicar porqué. Sí, es verdad que Banega fue un pilar en Sevilla, pero lo empezó a ser cuando comprendió que tenía que participar mucho más en el juego, llevar la batuta, pero sobretodo, que tenía que ayudar a defender y sacrificarse aunque jugara de media punta.
Ben Arfa no hace ni lo uno ni lo otro, y me extrañaria que lo fuera a hacer. Es un jugador que no le importa estar 15 minutos sin tocar el balón. Y es un jugador que directamente no sabe defender, y además nunca lo ha intentado.
En el 4-3-1-2 del Niza (Jugaba de 1) tenía total libertad, y el sistema estaba hecho para que se creara un gran pasillo en el medio y el pudiera recibir sólo. (VEASE su golazo contra en PSG)
Los dos delanteros, sobretodo Germain, hacia todo el trabajo físico tanto arriba como abajo, para que Ben Arfa se sintiera cómodo. Cuando el Niza defendía, ocupaba una posición defensiva pero se dejaba traspasar de una manera que al Cholo le daría un ataque al corazón.
Por estas razones, me parece muy interesante de ver cómo se va a desarrollar la pareja Emery-Ben Arfa, y como el primero va a adecuar sus ideas a un club como el PSG, porque la verdad es que la idea de fútbol de Emery y Blanc son bastante diferentes.