Aunque ver a Italia en cuartos jamás puede sorprender a nadie y de Islandia ya se venía hablando muchos meses por su gran fase de clasificación, a tenor de sus rivales podríamos convenir que estas dos, junto a la Gales de Coleman y la Polonia de Adam Nawalka, son las outsiders de estos cuartos. Sin embargo, esto no quita que, para haber llegado aquí, estas selecciones hayan hecho muchas cosas bien a varios niveles, hecho que ha servido a David León para pararse a reflexionar sobre Italia, a Albert Morén sobre Islandia, a Miguel Quintana sobre Gales y, por último, a Abel Rojas de Polonia.
La Italia de Antonio Conte
¿Que por qué está Italia en cuartos de final? La respuesta es simple y no admite dudas: por ser de nuevo Italia. El brillante momento del último Andrea Pirlo en la Eurocopa de hace cuatro años condujo a la nazionale a un cambio estilístico. Italia pasó a disfrutar del balón, a tenerlo, a pasárselo. Por bello y reconocido, aquello se estiró más de la cuenta, hasta el presente campeonato, en el que Antonio Conte ha pegado el volantazo. Italia regresó a las esencias.
Los tres centrales, la creatividad recae en Bonucci, el líbero, el más retrasado de todos, el que menos riesgo de pérdida presenta. Leonardo podría ser considerado la estrella del conjunto como antes lo fue Baresi. Desde su toque, Italia llega arriba de forma directa pero clara. Con Graziano Pelle, con los movimientos de Eder y Giaccherini… Italia es profunda y agresiva sin necesidad de exponerse atrás. Bélgica y España ya saben que los de Conte son de piedra cerrando su área. Con el armazón defensivo de la Juve, todavía no encajaron un gol en partidos relevantes. Italia es Italia.
La Islandia de Lars Lagerbäck
La selección islandesa es el perfecto resumen del impacto que sobre la Eurocopa ha tenido la ampliación a 24 participantes. Por su historia, su contagio y su fútbol. Las modestas han respondido, con el trabajo del grupo y la confianza en su idea como arma con la que igualar la batalla a combinados de estrellas. Partido a partido que diría aquel. Una de sus grandes virtudes radica en que obliga a sus adversarios a ser ellos quienes ganen y merezcan su parte. No hay concesiones gratuitas. Las líneas se juntan, la pérdida se controla, el error se esquiva y la ayuda nunca falta. Islandia no se desborda sola. En cuanto al ataque, su paleta es modesta pero ha encontrado una serie de recursos más o menos simples desde los que producir sin desguarnecerse. El juego directo aéreo, el entendimiento de sus puntas tanto en este tipo de acción como cuando el balón va a ras de césped, los saques de banda marca patentada de Gunnarsson o las gotas de calidad de Gylfi Sigurdsson o Bjarnason cuando se requiere la intervención de algo más de talento individual. La Islandia de Lars Lagerbäck sabe sufrir, pero se está divirtiendo.
La Gales de Chris Coleman
Gales sigue escribiendo capítulos históricos en esta Eurocopa de Francia a partir de la misma fórmula que le condujo a ella: repliegue bajo con cinco defensas, un centro del campo meramente de paso y un jugador arriba, llamado Gareth Bale, que se encarga de ayudar a producir los goles suficientes como para ir avanzando rondas.
Este último aspecto es también la respuesta más evidente a la cuestión planteada en este artículo: Gales está en cuartos porque Gareth Bale nació en Cardiff. No obstante, yendo un poco más allá, encontramos varias noticias positivas que Chris Coleman ha ido recolectando partido a partido. Está el gran nivel de Chester y Ben Devies en el centro de la zaga, los portentosos tres primeros partidos de Joe Allen en la medular y, sobre todo, los recursos que está manejando el propio seleccionador galés desde el banquillo. Porque desde las distintas cualidades que ofrecen Sam Vokes, Hal Robson-Kanu o Jonathan Williams, Chris Coleman está logrando adaptarse con mucho acierto a los diferentes contextos que le ofrecen sus rivales. Desde luego, ahora Bélgica supone un peldaño todavía más alto, pero el camino de Gales hasta estos cuartos de final ha sido -prácticamente- inmejorable. No podían llegar mejor.
La Polonia de Adam Nawalka
Hubo un partido que la describió por encima de todos y fue su enfrentamiento contra la Alemania de Kroos. Tras aquella batalla se ha presenciado fútbol de mucha calidad, como las exhibiciones de Bélgica o Italia ante Hungría o España respectivamente, pero en términos de competitividad e igualdad, quizá aquel Polonia-Alemania aún continúe siendo el mejor partido de la Eurocopa. Los credenciales mostrados por los de Nawalka fueron eminentemente defensivos. A un triángulo de seguridad pétreo como lo más invulnerable compuesto por Pazdan, Glik y Krychowiak, une un espíritu de sacrificio colectivo donde nadie negocia un esfuerzo, donde cada cual sabe qué esfuerzo conviene y donde el nivel físico es un valor determinante. En especial, el de sus extremos Grosicki y Kuba, que en velocidad son tremendos y en defensa trabajan como si fuesen laterales. Sólo una vez se ha visto desbordado a este sistema. Aquel rato estuvo protagonizado por Shaqiri ejerciendo de «10». O sea, se puede. Pero se requiere de mucha inspiración.
Foto: Matthias Hangst/Getty Images
José Luis Polo 29 junio, 2016
Todo ésto está muy bien,pero creo qué actualmente el mayor outsider para ganar el Campeonato es Bélgica.Siempre y cuando siga la línea qué mostró contra Hungría.Porque tiene muy buenos jugadores cómo titulares,porque tiene muy buen banquillo,porque se han recuperado muy bien de su primer partido,porque tienen un cuadro relativamente fácil hasta la final y porque Bélgica nunca ha ganado una Eurocopa.Y ellos saben qué si no la ganan éste año,quizás no la ganen nunca.A mí el primer tiempo de Italia contra España me gustó,y los italianos llevan 48 años sin ganar la Eurocopa. También tienen muchas ganas de ganar después del fracaso de hace cuatro años.Yo apostaría por una final entre Italia y Bélgica,y ahí los belgas se tomarían la revancha del primer partido.Ya veremos qué pasa.