Inmiscuido en los meses donde se jugará dos títulos y también la clasificación para la próxima UEFA Champions League, Unai Emery continúa sus retoques y activa de lleno una de las variantes que más le motivan, la de Vicente Iborra como mediapunta del 4-2-3-1. El año pasado, con el valenciano compartiendo ataque con Carlos Bacca, el hallazgo resultó un éxito. ¿Mantendrá su eficacia con Kevin Gameiro?
Ever, abajo y protegido, subeAntes de profundizar en su relación con el francés, hay que apuntar que Éver Banega, quizá el jugador franquicia del Sevilla FC, crece cuando se aplica este reajuste. Y no solo con el balón -por el hecho de retrasar su posición y gozar de más espacio tanto para recibir como para maniobrar-, sino también sin él. El argentino no derrocha el físico de sus compañeros, pero en lo táctico y en lo técnico -Grzegorz Krychowiak aparte- tiene poco que envidiarles, y optimiza sus virtudes cuando Iborra comienza a ensuciar la fase ofensiva adversaria desde más arriba. Banega es el dueño del juego, de un modo incluso más visual y completo si cabe, si no se le sitúa como el centrocampista más adelantado de su sistema.
Gameiro no domina por arriba, pero sí otro tipo de juego directo.
Y ahora sí, valoremos las diferencias entre Bacca y Gameiro en clave «Iborra mediapunta». La gran particularidad de la dupla de 2015 residía en su dominante juego aéreo. Tanto Vicente como Carlos sobresalen como receptores de juego directo. También cargando zona de remate tras centros desde las bandas, pero, en especial, la base del invento radicaba en su efecto de doble boya ofensiva para salidas por arriba y en largo.
Con Gameiro, esta ventaja no se repite, si bien no tendría por qué ser añorada. La manera en la que sale el Sevilla ahora cuando desea simplificarse consiste en enviar balones al propio Kevin a la espalda de cualquiera de los laterales -el destino favorito de sus desmarques-, y, tras el control, representa una situación de peligro muy serio para la portería contraria: saca a los centrales de sitio y está machacándolos en el uno contra uno abierto. Considerando esta mecánica, que es tan fiable como el pelotazo hacia la cabeza o el pecho de Bacca, que Iborra, y no Banega, sea el medio más cercano al ariete también cobra valor. Su poder de llegada es superior e improbable parecería que no marcara ningún tanto en transición tras pase de la muerte de Gameiro.
El único pero estribaría en la pérdida de un referente asociativo en las inmediaciones del área oponente. Sin Bacca ni Banega instalados en dicho espacio, las posibilidades de recibir de cara de atacantes como Vitolo, Konoplyanka o Reyes podrían resentirse. Y no sería algo trivial.
En un «Pares o Nones» reciente mantuvimos una conversación sobre el descomunal impacto de Kevin Gameiro en el Sevilla actual:
lobezno 18 marzo, 2016
actualmente Iborra ejerce de delantero boya, sin más. en estatico se colocan 4-4-2 en paralelo, e incluso Gameiro es más segundo delantero. ensuciar ensucia muy poco, los extremos han de cerrar. mediapuntear aún menos, en defensa posicional solo cuando le sale. en realidad juega de ariete. curiosamente su buen pie si le da para asociarse en corto con sus compañeros, el entendimiento en paredes con gameiro es prometedor. lentísimo en el gesto de tiro, no le pidas más que empujarla, aunque nadie debe hacerlo porque no es delantero. es un comodín bastante indeterminado, acepta su rol/es sin dar problemas (aún).