Para el Madrid era un partido clave. Buscaba con desespero un punto de inflexión y vencer a un candidato a la Champions podía servirle como tal. Para el Atlético, en cambio, quizá se trataba del derbi menos sugerente de la era Simeone. Filipe Luis reconoció haber perdido la fe en la Liga y ganar al actual Real no reporta mucho más crédito del que los rojiblancos ya atesoran. Así que el equipo que iba a proponer, que además es el menos hecho, soportaría más presión que el que saltaría a esperar, que encima espera como nadie. Pero de arranque, la pose de los del Cholo fue tan laxa –seguramente debido a lo de Eindhoven– que la concentración de los de Zidane niveló lo, en teoría, desnivelado.
El Atlético no presionó muchoEl Atlético saltó al Bernabéu con el centro del campo que, durante muchos minutos, dominó en el Camp Nou hace apenas un mes. Es decir, el sistema que había plasmado la mejor presión que se ha visto en Europa en lo que va de curso visitaba a un Madrid que basa su juego en el pase corto y que sufre para sacar el balón contra cualquier tipo de rival. Y en efecto, los primeros compases mostraron esa presión colchonera en campo del contrario, aunque sin la misma fiabilidad de aquella gran noche. Los blancos se escaparon un par de veces seguidas gracias a Cristiano y Benzema -que parecían más sueltos de lo recomendable en la zona de Giménez y Gabi-, y el Atlético, en lugar de ajustar, como no quería ni el menor desgaste mental, se encerró buscando confort, perdiendo la iniciativa que según la lógica le iba a conceder el dominio.
Cabe señalar que no se observó ningún arreglo de Zidane para batir las posibles emboscadas de Simeone. La iniciación del Real mostraba la precariedad de cada día: una colocación que comprime los espacios en vez de crearlos, el miedo de Keylor Navas y Varane, etc. Fueron jugadas aisladas las que se bastaron para desactivar el plan ganador del Atlético de Madrid.
El primer tiempo se desarrolló por los cauces de la igualdad.
A partir de ahí, el encuentro fue un ejercicio de responsabilidad entre dos equipos igualados. El Madrid atacaba con la prioridad de no dar un paso en falso. Aseguraba los pases, protegía a sus laterales con Isco y Modric cuando estos subían y, en general, dejaba una superioridad numérica en su zona de atrás que, además, se mostraba muy atenta en las marcas, evitando por norma las contras de un Atlético mellado.
Al Madrid le faltó desbordeY en lo referido al ataque de los merengues, era constante pero mayoritariamente inocente. Estar tuerto no le ayudó. La actuación de James Rodríguez fue muy perjudicial; cada contacto suyo con la pelota implicaba una recuperación de Filipe Luis y la salida desde atrás del mismo, y si bien no desembocaba en peligro por lo expuesto en el párrafo anterior, sí que rompía el escaso ritmo del Madrid y le forzaba al tortuoso paso de volver a empezar. Esta circunstancia llevó a Kroos y Modric a inclinar todo el ataque hacia el mismo sector, el izquierdo, reduciendo el campo defensivo del Atlético y facilitando su labor. Sobre todo, y aquí la parte negativa de las precauciones de Zidane, porque, como cuando el Madrid llegaba al balcón del área, Modric e Isco estaban detrás de Carvajal y Danilo, los blancos perdían a sus dos principales fuentes de uno contra uno frente a una zaga que sólo sufre de verdad cuando uno de los suyos es regateado. Se entiende el sacrificio posicional de Isco en beneficio de Marcelo, pero no tanto de Danilo.
Dicho esto, el Madrid tenía derecho a soñar con su gol. Sus méritos no le hacían acreedor, pero la inseguridad que transmitían Giménez y Godín, unida al ritmo que sí mostraba Ronaldo, hacía más probable el tanto merengue que el tanto colchonero.
Saúl lideró muchos ajustes y las pocas emboscadas rojiblancas.
No obstante, apoyado en el físico salvaje de Saúl, el Atlético ya intentó un giro al final del primer tiempo. Robó dos bolas altas y chutó dos veces a puerta. Y, tras el descanso, intentó mantener el chip. Pronto, Cristiano aprovechó la coyuntura para tener una ocasión clamorosa, pero la marró, y seguidamente, en un lance muy mal defensivo táctica e individualmente por el Madrid, Griezmann y Filipe Luis obtuvieron el botín decisivo. 0-1. Corría el minuto 54, pero el derbi estaba finiquitado.
El Atlético acentuó su repliegue con un punto más de agresividad sana, consciente de que, si no regalaba, aquello era suyo. Y Zidane, acorralado, se jugó sus opciones de remontada al juego exterior: 4-2-4 con Jesé y Lucas en las bandas. La superioridad mostrada por Juanfran y Filipe ante los jóvenes canteranos marcó esa fase del juego. No requirieron ningún tipo de ayuda para vencer en cada uno de los manos a mano que afrontaron. Y gracias a esa solidez personal, los colchoneros no tuvieron que enviar apoyos hacia los costados y mantuvieron una superioridad numérica abusiva alrededor de Ronaldo, que era el único atacante de primer nivel mundial que esgrimió el Bernabéu para abrir el cerrojo que nunca se abre. Simeone, tranquilo.
Hubo una prueba visual realmente precisa sobre el control emocional que detentaron los colchoneros desde el 0-1. Residió en el doble duelo arriba entre Griezmann, Torres, Varane y Ramos. Los puntas recibían en desventaja y, siendo francos, con sus limitaciones de base, en el sentido de que ninguno de los dos destaca por su autosuficiencia o su capacidad para proteger la pelota, pero Raphael y Sergio, alternando despejes al anfiteatro con faltas tan aparatosas como innecesarias, probaban que el Real no estaba en sus cabales para atacar/jugar con el orden demandado. Marcar primero, para el Cholo, era ganar. Quizá de ahí plantear un derbi tan low cost. Y es un chollo poder permitírselo.
@DavidLeonRon 28 febrero, 2016
"Sus méritos no le hacían acreedor, pero la inseguridad que transmitían Giménez y Godín"
He de decir, que, más allá de que el Madrid atacase de manera anunciada y eso simplificara las acciones, ayer me pareció que Giménez estuvo bastante más atento y metido en el choque que Godín. Godín erró en 2 o 3. De hecho, me parece que desde el Camp Nou y la lesión ha bajado bastante su rendimiento con respecto a hace 3 meses.