FC Barcelona y Sevilla FC ofrecieron un partido algo por debajo de las expectativas. Arrancó bien, con ricas variantes tácticas, pero pronto cayó. Se repitieron algunas constantes de los encuentros más recientes protagonizados por los culés. El rival volvió a gustar un rato, volvió a marcar… y volvió a perder. El Barça remontó al Sevilla en un ejercicio que pareció rutinario, ejecutado sin grandes esfuerzos. Bastó un rato de magia de Messi, como tantas otras veces.
Messi desbloqueó de nuevo una situación conflictiva del Barça
El Sevilla saltó diferente al Camp Nou. Con la personalidad de grande que tiene desde hace tiempo pero con distinto estilo. El Sevilla salió a tocarla. A jugársela desde atrás. Emery no temió a la presión alta de Busquets y compañía y, de entrada, cazó premio. El Sevilla explotó el lado débil del Barcelona (el derecho, el de Messi) sobrecargando la zona con Tremoulinas (notable en el regate), N’Zonzi, Krohn-Dehli y las caídas de Iborra, segundo delantero en el 4-4-2 de Unai. Así llegó el precioso 0-1. El otro foco de peligro llegaba a través de Gameiro, impresionante en el desmarque a la espalda de Mathieu, central zurdo.
Sin la bola, el Sevilla también atascaba al Barça. Su pressing fue intenso pero no desbocado. También ahí hubo reflexión en el fútbol andaluz. Iborra hacía trabajo específico sobre el sector de Busquets y exponía la nulidad de los interiores azulgranas, ayer desaparecidos en casi todas las tareas creativas. Sergi Roberto intentó sumar desde el movimiento; Arda no hizo nada. En vista de que no la tocaban, Luis Enrique los abrió e invocó a Messi, la eterna solución.
Bastó que Leo centrase su posición para que todo cambiase. Llegaron las ocasiones, la falta del empate y la sensación de que un arreón general voltearía el choque. Al poder del argentino se sumó el pequeño ajuste comentado por Albert Moren en “Las Gaunas”: Jordi Alba dejó de subir para ayudar a Mathieu contra Gameiro. Así, el Sevilla perdió contragolpe y el Barça pudo esperar a que Messi hiciese su trabajo.
El Sevilla llegó en la segunda mitad pero ya sin mucha claridad
Otro toque genial de Leo tras el descanso trajo el inmediato 2-1 de Piqué. Empujados por la dinámica, el Barça sumó un cuarto de hora de dominio que pudo derivar en una sentencia que no llegó. Hasta ahí llegaron los barcelonistas, ahogados en lo mental por una temporada asfixiante para ellos. De poco sirvieron los ingresos de Iniesta y Rakitic. El Sevilla regresó a la escena, pero ya de un modo menos elaborado, con mucha pelota aérea y trabada. También para los andaluces está siendo una campaña agotadora. Quizás por eso no vimos un mejor espectáculo. Con todo, por empuje quizás pudo empatar el Sevilla. No lo hizo. Ganó Messi, de nuevo.
Mark 29 febrero, 2016
Que se no lesione Alves porque madre mia Aleix :S Vaya autopista en la 1ª parte, en cuanto pudo LE lp cambio.