Lo peor del Madrid fue su mejor parte; fueron los primeros 30 minutos, los del supuesto dominio total, los que evidenciaron la precariedad del colectivo blanco en estos momentos. Ante un Valencia mal planteado, mal puesto y personalmente fallón, y con los once hombres de Benítez en máxima tensión, todo lo que consiguieron fue un golazo basado en la extraordinaria calidad técnica de la BBC, un acercamiento peligroso de Bale y recibir dos ocasiones manifiestas del hasta entonces pobre equipo de Gary Neville. Para percatarse de lo que sufría el Madrid en aquellas condiciones tan cómodas, en las que gozó del balón y de los espacios a la vez, había que fijarse en Modric. En su desesperación.
Gary Neville encerró a su Valencia en la primera media hora.
Kova vs Danilo, desequilibradoModric es un centrocampista prácticamente perfecto. Se conoce la dimensión del calificativo y se ha reflexionado en él lo suficiente antes de escribirlo. Modric es eso en cada fase del juego, su comprensión del mismo no admite reproche. Lo descifra con tanta naturalidad que, pese a tratarse de un virtuoso técnico, sus mejores partidos, que fueron de nivel histórico, se basaron en la sencillez. Detecta la ventaja o el problema y la aprovecha o lo resuelve sin hacer ruido, propiciando esa fluidez y ese equilibrio que confluyen en el sustantivo «fútbol», en la acepción de este que significa fin u objetivo. Y en la media hora citada, la que en teoría patentó una mejoría merengue, Modric, con la ayuda de Kroos y Kovacic -más finos que él con el balón ayer-, se estrujó los sesos… para dar un pase. No para batir una línea, ni tan siquiera para oxigenar el juego. El derroche de talento de un cerebro cuyo nivel eriza el vello servía, única y exclusivamente, para poder pasársela, sin más, a un compañero. Kroos y el inspirado Benzema le dieron cierto brillo a las consecuencias. Pero se insiste: para crear un escaso chut de gol.
El 4-4-2 (Kovacic izquierda) protegió al Real, pero no lo suficiente.
Como se vislumbraba, en cuanto el Valencia se atrevió a deshacer su innecesariamente respetuoso repliegue e ir a buscar al Madrid arriba, incluso el tenue control del que disfrutaban los de Benítez desapareció de pronto. Y dentro de ese nuevo panorama, a los chés le bastaron muy poquitas cosas para intimidar a Keylor Navas: las excelsas conducciones de André Gomes, el sentido de Parejo como pivote, la intensidad por banda de Cancelo y De Paul y el oficioso trabajo de Alcácer. Ninguno de estos activos conectaba mucho con ningún otro, pero a golpe de riñón, apareciendo unas veces uno y, otras, otro, iban soñando con la posible remontada. El rendimiento de Danilo y Pepe en el sector derecho, sobre todo fuera del área, y el de Ramos y Marcelo en el izquierdo, sobre todo dentro de esta, se lo facilitó. A tenor de lo dicho, debe apuntarse que, aunque el nivel colectivo del Real justifique en parte muchas de sus peores actuaciones individuales, lo de Danilo parece especialmente grave. El equipo está suplicando el regreso de Carvajal para adquirir algo de orden. Suena raro, pero eso se percibe.
El Valencia no se mostró competitivo ni con un hombre más.
Probablemente lo de verdad positivo para los blancos, y lo más negativo para un Valencia del que cuesta destacar o añadir más aunque nos esforcemos, se localizó en los últimos 20 minutos, tras la expulsión de Kovacic. En inferioridad numérica, no solo se mantuvo en pie sino que asustó a su rival más que con 11, probando que su compromiso con la victoria sí sigue intacto. No es que no la busquen, sino que no saben cómo encontrarla. Por eso necesitan de mucha ayuda del oponente -como anoche- o de una intensidad insostenible -como en la segunda parte en El Madrigal- para superar a sus rivales. Su desgracia reside en que la Liga lo va asimilando. El Madrid ha ganado una edición de las últimas siete, fundamentalmente, debido a su exigente competencia; pero durante años, un pinchazo suyo resultó una anomalía, algo inesperado. En estos momentos, en cada choque que reviste un poco de dificultad extra, parece lo normal. Y nadie es más vulnerable que quien lo aparenta. Hoy por hoy, lo que le mantiene en pie es el miedo de sus rivales a los contraataques que bordaban en 2012. Es lo único que les da el balón y el oxígeno; lo único que hace que el parto, a menudo, sea de Modric, que es quien mejor lo padece.
@VGordoA 4 enero, 2016
No vi el partido, pero habiendo visto el último mes del Madrid (toda la temporada, pero especialmente diciembre), me cuadra plenamente el diagnóstico. No creo que Benítez sea un entrenador incapaz de hacerlo mejor, de hecho durante años ha sido un maestro táctico; parece más bien una completa falta de sintonía entre él y la plantilla, no se entienden a pesar de que, en contra de lo que se dice, yo creo que unos y otros han hecho esfuerzos por entenderse.
Lo de Danilo sí es más grave, es un jugador totalmente superado. No puedo creer que sea tan malo defendiendo como aparenta, pero es una sangría constante. Está convirtiendo a Carvajal en Cafú.
Una pregunta, ¿cuándo juega Kovacic de interior no creéis que el equipo tiene peor salida de balón, no por falta de calidad, si no por posición en el campo? Yo no consigo entender como aún no le ha dado a Isco una oportunidad en esa posición, que creo que está hecha a su medida.