Quizás la alta probablidad de que el Dinamo de Kiev venciese al Maccabi de Tel-Aviv condicionó los planteamientos de partida que vimos en Stamford Bridge. De producirse la victoria ucraniana -algo que finalmente ocurrió- al Porto de Julen Lopetegui solo le serviría la victoria en Londres, y probablemente esta circunstancia invitó a Jose Mourinho a tratar de dibujar uno de sus escenarios favoritos: lanzar ataques verticales y directos a un rival que deja mucha gente por delante de la pelota. La elección de Ramires en lugar de Cesc Fàbregas en el once inicial ya invitaba a pensar qué tipo de Chelsea íbamos a ver.
El Porto dibujó un raro 5-3-2 sin un punta claroSin embargo, Lopetegui modificó su sistema habitual, quizás con la intención, precisamente, de no conceder demasiadas facilidades a los atacantes locales cuando estos tuvieran la intención de desplegarse. El técnico español dibujó un 5-3-2, en el que tres centrales quedaban siempre atrás, mientras que Danilo – Imbula – Herrera, el trío de centrocampistas, también tenía un papel claramente conservador. En Danilo, el pivote, esto suele ser habitual, pero sorprendió que los interiores portistas apenas se desplegasen, sobre todo teniendo en cuenta el resto de la configuración ofensiva, que no contaba ni con Tello ni con Aboubakar, ambos suplentes.
El Porto jugó sin una referencia en la delantera.
El resultado fue que el Porto apenas inquietó al Chelsea, y probablemente fue a consecuencia de que Brahimi y Corona fueron su pareja de puntas. Indiscutiblemente hablamos de dos jugadores con muchísimo nervio y velocidad, que quedaban totalmente liberados de tareas defensivas, lo que suponía un plus a la hora de que pudieran dibujar líneas de pase en todo el campo rival, recibir, y regatear. El problema fue que en zonas interiores recibían de espaldas, y tanto Zouma como Terry podían encimarles, y cuando tocaban el balón en banda nadie rellenaba el área, también en parte por esa rigidez posicional de la pareja de interiores. A partir de lo poco que ofrecía el Porto en ataque, el Chelsea pudo crecer para desarrollar su sistema ofensivo.
Diego Costa fue dominante en todo el partidoUn sistema que tuvo a un Diego Costa pletórico, y cuando el hispano-brasileño ofrece este nivel en un partido de estas características, se traduce en una profundidad enorme para su equipo, lo que a su vez lleva a generar un alto número de ocasiones. Costa ofreció apoyos, pero también hizo de punta de lanza en otras acciones, convirtiéndose en la gran referencia ofensiva del Chelsea, y tuvo relación directa en la acción de los dos tantos. También tuvo incidencia en los goles Eden Hazard, y es que, tanto el belga como sus dos compañeros de mediapunta, Oscar y Willian, pudieron lucir en ese frenetismo que el Chelsea buscaba cada vez que robaba la pelota.
El Chelsea lució en ataque como hacía tiempo que no podía
Al poco de arrancar el segundo tiempo Lopetegui deshizo la línea de cinco defensas para dar entrada a Aboubakar y Ruben Neves, pasando a un más clásico en el club portugués 4-3-3. Ahí, con Corona y Brahimi en bandas pero con mucha movilidad interior, y una referencia como el punta camerunés, el equipo dio sensación de poder tocar la pelota más arriba, pero la necesidad y las prisas también llevaron a muchas pérdidas que dejaron al Chelsea muy cerca del tercer tanto en uno de sus numerosos contragolpes. Al final los de Mourinho, en una de sus versiones más verticales y dañinas del curso, encontraron una actuación solvente que les salva del duro varapalo de caer eliminado en fase de grupos de la UCL.
hola1 10 diciembre, 2015
Que flojo ha sido el Porto en esta Champions, una de las decepciones. El Chelsea gano bien y domino el partido.