El fútbol es un juego misterioso. En un campo de más de 100 metros de largo se juntan 22 futbolistas, cada uno de su padre y de su madre, y un solo balón. Es un deporte complejo, lleno de variantes de las que adoramos hablar y analizar, pero tan maravilloso que a menudo se explica por su falta de explicación. El Celta, capaz de aplastar al Barcelona a base de pegada, cayó goleado ante un Valencia que anotó las cinco dianas en sus cinco primeros disparos a portería.
El Valencia explotó al máximo los típicos riesgos del Celta de Vigo
El arranque de partido mostraría al mejor Valencia de la tarde. Los visitantes se situaron en un 4-1-4-1 con Javi Fuego como pivote, Parejo y André Gomes de interiores y Bakkali y Cancelo como extremos.El Valencia fue mejor de inicio El lateral portugués fue colocado ahí con el claro objetivo de ayudar a Barragán en la dura tarea de lidiar con Nolito. En general, el Valencia empezó defendiendo bien, evitando que el Celta progresase por dentro y obligando a Orellana a esforzarse mucho para recibir. La presión, más que intensa y alta, era inteligente. La pelota llegaba lenta a Nolito, de manera que Barragán podía contenerle. El buen trabajo defensivo se vio recompensado con un tanto de Paco Alcácer atípico en él; desmarque profundo, descarga a un compañero, nuevo movimiento, control y definición. Buen gol, merecido para los suyos.
Pero el Valencia hoy es un equipo con dudas y su confianza es inestable. Los de Nuno dieron un inoportuno paso atrás que permitió al Celta jugar en campo contrario sin tener que currárselo. Augusto se sintió libre y Orellana ya recibía en (su) zona de peligro. De ahí al descanso casi todo pasó en el área che: córners, cruces milagrosos de Mustafi, llegadas por banda de Hugo Mallo… Sin la vistosidad de los mejores días celestes pero con la constancia de siempre.
El Valencia anotó dos goles sin lógica. Demasiado para el Celta
Pero el fútbol, repetimos, es un juego, y por suerte deja mucho espacio a lo imprevisto. En el último segundo de la primera parte y en el primer suspiro de la segunda, el Valencia hizo dos goles. Uno precioso de Parejo, de falta, exclusivo mérito propio. El otro, un error terrible de su oponente, bien resuelto de nuevo por Alcácer, que salió de Balaídos con dos goles, una asistencia y su controvertida figura reforzada.
Ofrecida la inusual estadística (cinco disparos a puerta del Valencia, cinco goles), el análisis del choque sí encuentra su lógica. Para atacar como ataca, el Celta de Berizzo asume unos riesgos enormes. Vistos los resultados y el espectáculo que ofrecen, sin duda merecen la pena, pero era cuestión de tiempo que algún gran rival le partiese la cara a golpes. No fue el Barcelona, ni tan siquiera el Madrid. Fue el Valencia, sumergido en crisis. Cosas de este loco fútbol.
Iñigo 8 noviembre, 2015
Yo aun no he visto mas que un partido del valencia esta temporada, pero cada vez que lo mencionais aqui o en twitter decis que lleva toda le temporada jugando fatal. Luego miro las clasificaciones y veo que estan a dos puntos del atletico y segundos en su grupo de champions. ¿Han estado jugando mal sin consecuencias? ¿O es uno de esos equipos con tanta pegada que ya puede jugar al parchis que va a estar arriba siempre?