Dice Eduardo Berizzo que los entrenadores «generalmente no ganamos partidos; hacemos que los futbolistas se sientan cómodos a veces, incómodos otras». Simeone admitió algo similar hace apenas una semana cuando tras el derbi elogió a sus discípulos por una perfecta asimilación y ejecución de lo convenido. Sea esta la cita que vale, la victoria del Celta y la derrota del Atlético tuvieron cuotas de responsabilidad en los banquillos. El argentino visitante reconoció haberse equivocado con la formación de inicio y el albiceleste local controlar muy bien el balón aéreo y sujetar la salida de su oponente en contragolpe. De cualquier manera, lo de la primera parte fue muy extraño.
El asimétrico sistema vigués no sufrió ni un contragolpe
El Celta de Vigo jugó los primeros 45 minutos sin nadie en la banda derecha. Nadie abría y nadie se incorporaba. Sólo cuando la progresión facilitaba tomar lo que ayer Berizzo entendió como riesgo, un tímido -y central- Sergi Gómez, ‘2’ ayer y en otros pocos partidos anteriores, se asomaba lo justo para que Orellana la amasara puntualmente. El chileno se olvidó del costado y fue un ’10’ atípico que no desbordó ni una sola vez Celta, sin nadie en la derechaa Siqueira en toda la primera mitad. Básicamente porque nunca se emparejó con él. Normalmente el Celta es un equipo de ataques repentinos y ritmo muy alto pero de laterales no tan profundos como la temporada pasada. Ayer directamente juntó a todos en la izquierda sin ofrecerse por la contraria. Llegando a rozar el 75% de posesión hasta el descanso, esa asimetría ofensiva tan radical dejó al Atlético sin continuidad en ataque. Se puede tratar de manera literal que los de Simeone no dieran dos pases seguidos en campo rival, que Tiago falló los siete pases intentados antes de salir sustituido o que el Celta hiciera su primera falta en el minuto 75 (!). La acumulación de hombres en una misma orilla no se tradujo en tiros a puerta de los celestes -ninguno, de hecho- pero recuperaban siempre en superioridad numérica y de cara al rechazo, con Radoja sumándose como uno más con respecto al sistema de las últimas semanas.
Los rojiblancos tenían inutilizados en tareas defensivas a cuatro o cinco hombres en cada jugada. Al no volcar los vigueses el juego generado en su banda fuerte sobre la liberada, todo era muy cerrado. Ahí, en la transición defensa-ataque, Arda y Koke se volvieron imprescindibles en su ausencia. Berizzo cerró a Sergi Gómez como un central más para que tanto Griezmann como Torres, los hombres que ocuparon por turnos la banda izquierda durante toda la primera mitad, no pudieran atacar su espalda. Con ese espacio cerrado, la calidad de turco y español para meter el pie, guardarla y buscar al francés hubieran aliviado y oxigenado a los madrileños incluso cuando, como ayer, son dominados. Con piezas nuevas y en disposición distinta, llegaron errores de ejecución porque, previamente, el automatismo de salida no existía. La costumbre y las caras conocidas potencian las sociedades: Juanfran-Gabi-Arda-Griezmann-Koke. El Celta, al no verse comprometido en su salida y recuperando rapídisimo el cuero, no sufría un solo contragolpe. La capacidad de Krohn-Delhi para salir del primer envite instalaba a los suyos sobre la bota de Nolito.
El Atlético abrió el partido y asumió riesgos. Nolito castigó
En la reanudación, el Cholo se dio cuenta de una cosa que ya no puede negociar ni experimentar: Griezmann no puede jugar en la banda. Meses le costó al galo asimilar todo el pack que su mister le solicitaba como segundo punta, y desde ahí es una pieza tan fundamental como cualquier otra, principalmente porque eleva la escalera un peldaño y no se empareja en altura con los otros ‘jugones’. Esa mezcla de velocidad, pausa, apoyos, conducciones y diagonales las encuentra en todo el carril central. Por ahí vino el cambio de Cani. El Atlético abrió el partido con una presión más adelantada, se sucedieron los balones en largo y alto en lugar de raso, y ello comenzó a atraer ocasiones… en ambos sentidos. En ese intercambio ganó de nuevo Berizzo, que tuvo a Nolito y Orellana de nuevo inspirados y con metros para correr. En ese riesgo por buscar la victoria, el Atlético se desordenó como en El Pireo o ante el Villareal, y dos regateadores volvieron a salir ganadores en el zafarrancho.
Sapoconcho 16 febrero, 2015
Que grande mi Celtiña
Muy contento con el partido del equipo, necesario en lo anímico para verse nuevamente como equipo ganador y romper la dinámica negativa definitivamente. Eso si, a este celta le sigue costando meter gol lo que no esta escrito y esta siendo excesivamente dependiente de Nolito en esta faceta, impresionante como a Larrive se le caían los goles de las manos a principio de temporada y ahora le cuesta una barbaridad… lo que son las rachas en los delanteros…
Poco mas que añadir al análisis, solo resaltar la importancia capital de Krohn… y sin renovar… miedo me da… y sobre todo, recordar que la racha negativa empezó al ganarle al Barcelona… espero que esta no se repita ahora después de ganarle al At. Madrid…