¿Cuándo perderá el Chelsea? Desde el 1-3 en Stamford Bridge ante el Atlético Madrid el mayo pasado, el conjunto londinense ha cosechado 15 victorias y seis empates. Ayer tiró de su arista más diligente y goleó por 3-0 a un Tottenham al que ganó por simple cuestión de estatus, cuestionado durante 10 minutos por Harry Kane en un inicio muy poco blue. Solamente el Kun Agüero, con antifaz y capa heroica, está manteniendo la Premier en disputa. La velocidad media o certeramente llamada de crucero es lo que ofrecieron ayer los inquilinos del Bridge. Sin alardes, le quitaron el bocata a Pochettino.
Y el arranque fue muy poco suyo porque es muy raro ver al Chelsea con los dos laterales abiertos, Matic regateando cerca del área o a Willian juntándose con sus compañeros de línea Drogba, marfil más que vigenteen una banda en momentos puntuales. No son posiciones reconocibles. Mientras la pelota se dividía, el Tottenham pudo profundizar y correr en dos ocasiones muy seguidas, gracias a la movilidad y autonomía de Harry Kane. Un larguero y una jugada personal tras error por pasividad de Gary Cahill rondaron el gol en las filas visitantes. Desde esa segunda acción y el inusual posicionamiento del bloque en general, todo comenzó a tomar lógica para los azules. Hazard empezó a tocar balones en banda y los Spurs se deshicieron.
El Chelsea sigue invicto. Y ya son 19 partidos desde el inicio
Esta vez el secreto fue Oscar, que entretuvo a Chiriches por el camino de la amargura en compañía o no de Lennon. El rumano no sabía si le venía el uno para uno del belga o la versatilidad del brasileño para atraer a Bentaleb y dar espacio a que Cesc y Willian ganaran la frontal. Una combinación con Drogba y un error de Lloris sentenciaron un encuentro simple como el funcionamiento de un pañuelo. Con cada tanto, el Chelsea cedía una franja más de terreno y un poquito más de posesión, en uno de esos ejercicios de presión psicológica con los que los equipos de Mourinho suelen retratar campo por campo.
Sin Diego Costa, bajó la productividad y el dominio, pero el inmortal Drogba y posteriormente Loic Remy se encargaron de cubrir con garantías su ausencia. La segunda parte no merece apenas mención porque el Tottenham, que venía de tres victorias consecutivas, vio el pasar de los minutos sabiendo que batir una línea o discutir físicamente no era posible. Entró John Obi Mikel por Cesc, en la clásica novela pastoril del por si acaso. Ensañamiento del método y la prosa.
@migquintana 4 diciembre, 2014
Eden Hazard estaba completamente solo en demasiadas ocasiones. Y la sensación es que el Chelsea lo consiguió de la forma más fácil posible: con Oscar cargando frontal entre el carril central y el carril izquierdo. Ni Bentaleb ni Mason ayudaba, el rumano se quedaba enganchado, Lennon bajaba con trote cochinero y el jugador más desequilibrante del partido podía recibir, salir y encarar.
A partir de ahí, qué arma más determinante para la Premier League es Drogba. No ya como discurso, evidentemente, sino para cubrir estos partidos que por una cosa o por otra se pueda perder Costa.