
“-¿Esto es todo lo que das de sí? ¿Un truco barato y una réplica ingeniosa?
-De hecho, ese podría ser el título de mi autobiografía” (Tony Stark)
-FRAGILIDAD
Tras el gol en semifinales, Balotelli pronunció su musculatura arqueando los brazos como un forzudo. No era la primera vez que un jugador celebraba un tanto con esa pose, pero todos los testigos advirtieron la singularidad del momento. Hierático, como un coloso de marfil negro, el protagonista se mostró ausente, con la mirada perdida y el rictus impasible. No se trataba de un arrebato de alegría, sino de una constatación de su fuerza: la exhibición ante el mundo de su armadura. (1)
Resguardarse tras una coraza es un instinto natural frente a situaciones de inseguridad física y psicológica. Del contraste entre la fortaleza exterior y la endeblez interior a menudo surgen dudas en torno a la identidad y las posibilidades propias. Tal es el caso de Tony Stark, quien, durante años, sobrevivió gracias a un ingenio mecánico que alimentaba una víscera cardíaca dañada por un trozo de metralla y que, en paralelo, le convirtió en un superhéroe. “Soy Iron Man” proclamaba, para sorpresa de todos, al término de su primera película.
Tony Stark y Mario Balotelli esconden sus inseguridad bajo una armadura autoimpuesta.
Gesto y confesión con las que futbolista y magnate se revindicaban más allá de la fachada frívola y hedonista que les distinguía hasta el momento. Porque, por paradójico que resulte, el potencial devastador de sus armaduras, lejos de fortalecerlos, había acentuado la fragilidad de aquellos dos niños que, alcanzada la madurez física, todavía seguían guiándolas desde su interior (2)
Tony Stark y Mario Balotelli comparten dos infancias marcadas por la sensación de abandono y el estigma de quien se sabe diferente. Tony creció en la cruenta soledad auspiciada por unos padres demasiadoMario fue adoptado por una familia rica italiana a sus dos años ocupados y rubricada tras la muerte de estos cuando aún era muy joven. Hijo de unos inmigrantes ghaneses sin recursos, Mario fue entregado en adopción (3) a Francesco y Silvia Balotelli. Si desde sus inicios el neoyorquino se vio marginado por un talento excepcional que dificultaba su integración con otros muchachos, así como por las restricciones sociales propias de la inmensa fortuna familiar, el origen africano del italiano ya supuso, de por sí, una salvedad en un ambiente blanco y acomodado.
La ductilidad de la infancia profundizó el daño emocional de los pequeños Tony y Mario. En la tercera entrega cinematográfica del superhéroe, se incide en la alegoría del temor infantil oculto tras una armadura. El film nos muestra a un Tony Stark abatido por la depresión y la ansiedad, recluido en un recóndito paraje invernal donde convive con un muchacho que es indisimuladamente presentado como su propia proyección de niño y que se dirige a él en los mismos términos que la conciencia dispara los miedos de un adulto. El seleccionador italiano, Cesare Prandelli, excusaba la inestabilidad de su pupilo, ya que “necesita mucho amor”. En idéntica sintonía, el héroe del Mundial 82, Paolo Rossi, reclamaba comprensión para el delantero por “las difíciles situaciones por las que ha pasado“.
-PODER
“No creo que haya tres jugadores en el mundo capaces, no de marcar ese gol, sino de pensarlo. Eso te da la medida del jugador que puede ser” (Arrigo Sacchi sobre su gol al Bolonia el 2014)
El armazón, no obstante, también adquiere significado por su resistencia externa. La Égida fue un símbolo de invulnerabilidad presente en la mitología clásica, la coraza fraguada por Hefestos con la que ZeusLa armadura es el signo distintivo de Ironman distinguió a Atenea. En la tradición pictórica de los siglos XVI hasta el XVIII la coraza caracterizó en los frescos el poder de reyes, príncipes y nobles al punto que se legitimaba la sucesión de los herederos representándolos bajo el metal forjado. Incorporada como elemento defensivo por asirios y egipcios, la armadura alcanzó su máximo apogeo durante la Edad Media, etapa histórica a la que alegóricamente fue trasladado el más célebre caballero armado de la actualidad en “Iron Man vs. Doctor Muerte: Viaje a Camelot” (1981). El personaje, creado por Stan Lee y Larry Leiber y diseñado por Jack Kirby y Don Heck, apareció por primera vez en el número 39 del Tales of Suspense (1963). Desde entonces, la sucesión de prototipos diseñados y optimizados por Stark, una proyección moderna de Ícaro (que también encuentra correspondencia por vía paterna con Dédalo), han alcanzado un potencial capaz de presentar batalla a héroes de la Clase 100+ como Thor o Hulk.
Balotelli podría unirse a la estirpe de Cristiano, Bale, Touré Yaya o Pogba como futbolista biónico.
La evolución del fútbol hacía una condición física superior también se puede entender como parte de esta tendencia estructuralista. La búsqueda de un futbolista cyborg como prototipo del mito del superatleta (altius, citius, fortius) ha favorecido la incorporación de metodologías orientadas a potenciar el desarrollo físico. Los jugadores a los que se les atribuyen cualidades biónicas, como Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Paul Pogba o Mario Balotelli son el «best-case scenario», la versión balompédica de «El hombre de los seis millones de dolares», Robocop o Ironman.
Pocos talentos han despertado tanta expectación como Balotelli en sus inicios. Su irrupción con tan sólo dieciséis años alertó a los mejores clubs del continente. Finalmente en 2006 firmó con el Inter de Milán el mayor contrato permitido para un juvenil. Un año más tarde debutaba ante el asombro generalizado en la Serie A, con tan solo veinte recibía el premio Golden Boy como mejor jugador europeo Sub 21 y con veintidós se erigía en una de las estrellas de la Eurocopa 2012. La conjunción de unas facultades físicas espectaculares y una técnica exquisita le convertían legítimamente en unos de los aspirantes a liderar el panorama futbolístico. La decepción provocada posteriormente por un futbolista que con tan solo veinticuatro años ya ha tenido la opción de jugar más de doscientos partidos en equipos de la entidad de Inter de Milan, Manchester City, AC Milán y Liverpool es la mejor medida de la enormes expectativas que levantó.
‘No está bien de la azotea, diría que está un poco loco, pero con su fichaje, el City puede ganar la Premier’. (Carlo Ancelotti, entrenador del Chelsea, 2010)
-APARIENCIA
‘La vida es demasiado corta como para comportarse como un tipo serio’. (Mario Balotelli)
“Un genio, un millonario, un playboy, un filántropo” responde Iron Man cuando el Capitán América le cuestiona quién sería él sin su traje. Creado a imagen y semejanza del excéntrico empresario Howard Hughes, Tony Stark ha suscitado más adhesiones por su vertiente de bufón vividor, magistralmente interpretada por Robert Downey Jr, que por sus hazañas. Un caso parejo al de Mario Balotelli, a quien el alboroto mediático ha popularizado muy por encima de sus méritos deportivos. Si la revista Forbes le dedicó un reportaje por ser “el hombre más interesante del fútbol” y su homóloga Times lo escogió como una de las cien personas más influyentes del 2012, no es sino en reconocimiento a su valor icónico. Del mismo modo que el espectador se regodea con la vida desenfrenada y las provocaciones de Stark, muchos aficionados jalean las “balotellatas», como la noche en que Mario recorrió Manchester con la ventanilla bajada, chocando, durante horas, su mano con los aficionados, o cuando quemó su casa al encender fuegos artificiales en su interior, o el día que se coló con un descapotable en una cárcel de mujeres para descubrir “cómo era por dentro”.
La armadura adquiere en este caso un valor identitario, una apariencia que emerge de la tensión entre dos realidades opuestas, el poder externo y el desamparo interior. Incapaces de creer en sí mismos, ambos personajes se centran en lograr la consideración de los demás a través del parapeto. Si Patroclo se valió de la coraza de Aquiles para adoptar su identidad e impresionar en la batalla, Tony y Mario han utilizado las de sus álter egos para postularse como triunfadores en el ámbito social.
Balotelli disfruta presumiendo de su desarrollada faceta como conquistador de jóvenes atractivas.
La lista de bellezas que han sido relacionadas, rara vez sin polémica, con Balotelli resulta interminable. A la cantante Fanny Neguesha se la jugó en una apuesta “si el Madrid remontaba una eliminatoria”. A la bellinaBalotelli y Tony Stark, dos conquistadores Castagnoli la dejó en directo, en televisión, para irse con la exhuberante Sophie Reade, a quien, pocos días más tarde, anunció por twitter haber engañado con la modelo Faye Evette. En su versión cinematográfica Tony Stark tampoco muestra reparos en seducir a una periodista delante de su prometida Virginia Potts, un impulso de macho alfa que se acentúa, si cabe más, en el personaje del cómic que lidera holgadamente el ranking de conquistadores superheroicos (4)
La ostentación del dinero es otra constante en los dos personajes. «Porque soy rico» replicó Balotelli a la policía cuando le preguntaron porque llevaba 25.000 libras en el asiento del pasajero. Una necesidad por reafirmar el poder económico que también explica la suficiencia de Iron Man al destruir sus propiedades o la fastuosidad de las presentaciones de Industrias Stark. Si el magnate siente pasión por los coches de lujo y le hemos visto compitiendo en el Gran Premio de Mónaco, Balotelli mandó construir un circuito de carreras en su casa de Manchester donde, casi a diario, acudía a su restaurante favorito conduciendo su último modelo a pesar de que el local distaba cien metros de su domicilio.
Estas muestras de autocomplacencia con frecuencia han degenerado en una arrogancia incontrolada. Balotelli no ha dudado en proclamarse “un genio, más inteligente que la personas promedio”. Iron Man, por su parte, no pierde ocasión para lanzarse flores o para provocar a sus aliados o enemigos en las situaciones más descabelladas. Del mismo modo, el ex delantero del Manchester City propició una tangana, tras clasificarse para la final de la FA CUP, al guiñarle el ojo a los vencidos. «Si yo a los diecinueve me hubiera portado como él me habrían dado patadas en el culo» lamentó Totti, al que en un encuentro espetó: “Abuelo, estás acabado”.
-AUTODESTRUCCIÓN
«Soy Tony Stark, construyo grandes cosas, tengo una linda novia y en ocasiones… salvo al mundo. Y entonces, ¿por qué no puedo dormir?»
Cuando la fanfarria se confirma ineficaz para restituir la confianza socavada, el niño y el héroe sucumben desorientados ante cualquier tentación. La reiteración de conductas evasivas, tan placenteras como efímeras, abonan el pasto hacía una frustración que les atrapa en una espiral de autodestrucción.
El lema «¿Why always me?“ (¿Por qué siempre yo?) que Balotelli mostraba bajo su camiseta al marcar se puede interpretar casi como un grito desesperado. De hecho, un jugadorA ambos dos se les ha recomendado asistencia psicológica que no celebra sus goles confiesa implícitamente que no es feliz. “Cuando un cartero entrega una carta, ¿acaso lo celebra?”, se excusó ante la extrañeza generada por su peculiar actitud. No obstante, la tristeza del delantero italiano resulta con frecuencia indisimulable. Las imágenes de Mario llorando desconsoladamente en el banquillo de San Siro tras ser sustituido impactaron a toda Italia. Conscientes de que el problema trascendía el plano deportivo, tanto Mancini, en su primera etapa inglesa, como Galliani, durante su periplo en el Milán, o Rodgers, en el Liverpool, instaron al joven a recurrir a terapia psicológica. Indicaciones que Mario desdeñó con la misma jactancia con que Stark desobedece a su asistente/computadora, J.A.R.V.I.S.
Si Tony Stark es un alcohólico patológico, Mario Balotelli es un famoso fumador empedernido.
La melancolía de Iron Man atajó hacia el infierno con menos rodeos. Aunque el personaje cinematográfico ha rebajado considerablemente su grado de alcoholismo por imposición de la factoría Disney (propietaria de Marvel), su trayectoria en el cómic está marcada por esta adicción. En el arco argumental “El demonio en la botella” (1979), de D Michelinie, B. Layton y J. Romita JR, Stark degenera en un desecho humano. La decepción sufrida al descubrir el lado oscuro de S.H.I.E.L.D., su lucha contra Justin Hammer y la muerte accidental del embajador de Carnelia, le empelen a refugiarse en la bebida. Tras superar esta crisis, cuatro años después, los guionistas Dennis O’Neil y Luke McDonnell condenaron a Stark a una segunda recaída en la serie “Salvación” (1984) en la que Tony, manipulado por el villano Obadiah Stane, terminaría convertido en un indigente borracho y moribundo.
Sin haberse desplomado en el abismo en el que sucumbieron jugadores como Garrincha, George Best, Sócrates o Gascoigne, las andanzas de Balotelli, con frecuencia, recuerdan los primeros derroteros de estos. El italiano acumula escándalos públicos y multas por participar y organizar orgías privadas, por ser cazado en locales de alterne o en fiestas públicas donde no ha disimulado la ingesta incontrolada de alcohol y su gran vicio, el tabaco, que le costó el calificativo de “imbécil” por parte de Roberto Mancini tras haberle descubierto por enésima vez fumando a escondidas en una concentración.
-AUTENTICIDAD
En cualquier caso, los estragos provocados por el niño oculto en la armadura no han conseguido acabar con su inocencia y autenticidad. Resulta sorprendente como dos arrogantes incapaces de consolidar su éxito pese a las condiciones excepcionales con las que han sido agraciados cosechen tantas simpatías entre el público general.
Stan Lee confesó que Iron Man fue un desafío con el que pretendía conquistar la adhesión de los lectores de Marvel hacia un personaje que representaba los valores contrarios a los que se les presuponía: fabricante de armas, millonario, individualista, frívolo, alcohólico… Y a ciencia cierta que lo consiguió, si bien Tony Stark ha devenido en un filántropo que ha readaptado su talento para salvar vidas, luchar en favor de la ecología y construir un mundo mejor.
Balotelli es uno de los deportistas que más porcentaje de su sueldo destina hacia causas benéficas.
Mario Balotelli, por su parte, es impulsivo e irresponsable, pero a la vez resulta divertido, encaja con firmeza las críticas y no publicita su lado más entrañable: el de su inquebrantable lucha en favor de los más desfavorecidos. Una parte estimable de la ficha del jugador va destinada cada año a proyectos solidarios como la construcción y mantenimiento de escuelas en Sudán, el sostenimiento de orfanatos en Salvador de Bahia, el patrocinio de diversas ONG, así como una intensa implicación en campañas contra el racismo.
Generosidad que podría deducirse como una actitud compensatoria de su imagen adversa si no fuera porque también se reproduce en su vida privada de forma espontánea: Balotelli entregó mil libras a unMancini no descartó que Balotelli fuese el Papá Noel de Manchester vagabundo a la salida de un Casino, invitó a llenar los depósitos de los clientes presentes en una gasolinera donde repostaba o acudió, sin previo aviso, a un colegio donde supo que un chico sufría acoso para resolver la situación. En Manchester, existía la leyenda de que en Navidad el jugador del City se disfrazaba de Santa Claus y regalaba dinero por las calles. Cuando se lo preguntaron a Mancini en rueda de prensa no lo negó: «Es probable, se trata de Mario».
Pero aunque la bondad, la alegría y el humor de ambos personajes son factores que justifican su conexión con el público o que amortiguan, en el peor de los casos, la animadversión causada por sus travesuras y caprichos, la identificación del más común de los mortales con estos elegidos se establece, fundamentalmente, en el reconocimiento de su fragilidad, en la adopción de la armadura como un recurso propio cuando afloran los miedos más tempranos de nuestras vidas.
Notas:
1-La imagen se refiere a la celebración del segundo gol que marcó Balotelli en las semifinales de la Eurocopa 2012 en la que Italia venció 2-1 a Alemania.
2-. En Japón existe todo un género afín, el llamado de los «mechas» o robots gigantes (IronMan28, Mazinger Z o la más reciente Neon Genesis Evangelion), vehículos pilotados por humanos, generalmente niños o adolescentes.
3- En la saga “El origen secreto de Tony Stark” de Kieron Gillen, un misterioso robot (el Registrador 451) revela que Tony fue alterado genéticamente para pilotar una gigantesca armadura de combate (El Deicida) con la misión de salvar en un futuro a la tierra. Sin embargo, al término de la serie Tony descubre que él no era el elegido sino un señuelo falso. Howard Stark y Maria Collins lo habían adoptado para alejar la amenaza que se cernía, por su trascendencia, sobre su verdadero hijo, Arno.
4- Algunas de las conquistas de Tony Stark en su vertiente cómic fueron: Withney Frost, Marianne Rodgers, Bethany Cabe, Meredith McCall, Joanna Nivena , Rae Lacoste , Janice Cord, Janet Van Dyne, Natasha Romanova, Kathy Dare, Su Yin, Veronica Benning, Rumiko Fuyikawa, Jennifer Walters, Sunset Bain, Emma Frost y María Hill.
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vi23 2 diciembre, 2014
clap, clap, clap.
ballotelli es increible