Fue el día en el que Mathieu Debuchy sustituía a Laurent Koscielny… y el Arsenal apenas sufrió. El comportamiento de sus puntas y la actitud agresiva con la pelota de sus centrocampistas dio la victoria a los de Wenger en una tarde de disfrute y convicción. Pudo golear y lo hizo, a lomos de un notable Alexis, teniendo en general las ideas tremendamente claras para desactivar a un rival tan plano y carente como potencialmente peligroso.
Debido a las numerosas bajas, Wenger tuvo que alinear muy pocos pasadores -solo uno, Santi Cazorla-, así que desechó crear superioridades alrededor de la pelota para producir situaciones de peligro a travésCollback fue el más superado de Alexis Sánchez en banda derecha y de recuperaciones sobre un rival de escasa fiabilidad y creatividad, que entre una salida en corto inexistente y una en largo sin contenido, desapareció del partido. El Arsenal compartió la posesión del esférico durante todo el choque, siendo evidente que ello le dio réditos para producir con solvencia sin ser castigado. Con Alexis, Welbeck y Giroud arriba, las bandas eran para delanteros y no centrocampistas, así que… había que correr.
Ayoze estuvo vigilado y desasistido. No fue su día a pesar del gol
La actividad y la actitud la puso toda el cuadro gunner, ante un Newcastle que tuvo en Tioté, Collback y Ameobi actuaciones difíciles de asimilar. Que Alexis y Welbeck cerraran una segunda línea de cuatro fue suficiente para robar la pelota al primero de ellos cada 15-20-30 segundos. Cazorla y Oxlade -irregular en el toque pero veloz en las transiciones- se colocaban con orden por delante de Flamini para dejar en evidencia al segundo, generando jugadas de ataque, con un Bellerin desatado. El tercero en discordia se desentendió como eslabón del contragolpe mientras su compañero Ayoze era bien atado por Mathieu Flamini. Mertesacker ganaba el envió en largo sobre Cissé y aquí paz a la vez que gloria.
En general se observó un Arsenal muy directo en su ofensiva, quitando tiempo en el balance a un sistema rival que se acumula sin la concentración y agresividad necesarias en todas sus líneas. Atrás no fue exigido pero jugó certeramente con la altura del bloque, sin obsesionarse por la presión adelantada, favoreciendo que los de Pardew retrataran su fútbol. Bailó al ritmo de sus atacantes y al de un Cazorla que coronó la victoria con un Panenka. Con uno de los de verdad.
vi23 14 diciembre, 2014
Pregunto: ¿Todos estamos seguros de que Suárez es mejor que Alexis, no?