«Te echamos mucho de menos», le reconoció sin dudar Steven Gerrard a Luis Suárez en la gala en la que el delantero uruguayo recogió su perseguida Bota de Oro. Seguramente, las palabras del capitán red hacían referencia al ámbito humano y personal, pero no cuesta imaginar esta frase en un contexto eminentemente futbolístico. Porque, como era de prever, el Liverpool está echando mucho de menos a Suárez. Y, además, de forma muy, muy concreta. Más allá de su talento, intensidad y espíritu competitivo, lo que el conjunto de Brendan Rodgers perdió fue un bien cuantificable en lo numérico e incalculable en lo valioso: el gol. Los goles. Los muchos goles. Con 31 dianas y 13 asistencias, el delantero uruguayo estuvo presente de forma directa en el 43% de los tantos anotados por un Liverpool que con 101 batió todos los registros goleadores que había establecido desde 1896. Así, gracias a este potencial ofensivo, Anfield se quedó a un resbalón de ganar, por fin, una Premier League.
La facilidad goleadora del Liverpool fue su gran activo a la hora de competir por el título ante el Manchester City de Pellegrini.
Aunque la marcha del charrúa -quizás- sólo se hubiera compensado con un cambio de billete de Radamel Falcao, lo cierto es que el Liverpool se movió bastante en verano. Además de conservar aSin Luis Suárez, el L’Pool marca mucho menos Daniel Sturridge y Raheem Sterling, los dos grandes activos del club, llegaron Mario Balotelli y Rickie Lambert. Dos perfiles diferentes, con roles distintos y objetivos dispares que, junto a Lazar Marković, debían ayudar a los dos ingleses a limitar daños. Una esperanza que, a día de hoy, obviamente no se está cumpliendo. Con 13 goles en ocho partidos de la Premier League, el Liverpool ha caído del segundo al octavo puesto en el aspecto realizador al perder un gol (de 2’6 a 1’6) por partido. Una diferencia más que notable que, además, tiene una segunda lectura. Mientras en la 2013-2014 sólo era el tercero que más remataba (17 p.p.), en el curso actual se sitúa segundo (16 p.p.). Es decir, aunque los datos siguen insinuando que la producción ofensiva de los de Rodgers es muy alta, su eficacia ahora no lo es tanto.
Estadísticas al margen, sin su gran estrella el Liverpool ha perdido calidad en todos los detalles de su ataque. Verticalidad, dinamismo, intensidad, velocidad, agresividad, desequilibrioSturridge, su mejor relevo, está lesionado, definición… En todos estos aspectos, en mayor o menor medida, los de Merseyside son hoy peores que ayer. Una situación que, aunque evidentemente le aleja de los títulos, ya ha demostrado ser capaz de controlar gracias a un un Daniel Sturridge que, mientras Luis estaba sancionado, demostró estar preparado para ascender de comandante a coronel. Durante aquellos meses, aunque los registros goleadores bajaron, el punta inglés mostró un carácter resolutivo tan excepcional que logró mantener al Liverpool en un ritmo de puntuación muy alto. Una tendencia que, pese a caer 3-1 en el Etihad, parecía que se podía mantener en el inicio de esta campaña con el 2-1 al Southampton y el 0-3 al Tottenham en el debut de Balotelli. Sin embargo, tras este último partido, Sturridge cayó lesionado de forma «evitable» con Inglaterra y todo se torció. Sin él y sin Suárez, la pareja mágica del año pasado, todas las miradas se fueron centrando en un errático Balotelli que, de momento, no se ha estrenado en Premier pese a los 30 disparos que ya ha realizado. Y las críticas, por supuesto, no se han hecho esperar.
Las críticas al delantero italiano no han tardado en llegar.
Mientras el «Mirror» citaba al italiano como uno de los nueve problemas que diferenciaban la crisis del Liverpool de la del Manchester United, aparecía un duro artículo en «The Guardian» en el que era acusado de «poner en peligro la cultura de responsabilidad colectiva que Rodgers había instaurado en los últimos años» y otro en «The Telegraph» que le señalaba como «una carga psicológica para sus compañeros». Pero no es sólo la prensa, sino que históricos jugadores como Graeme Souness, quien tachó de «miserable» su actuación ante el Basel, o un Jamie Carragher que sugirió que «debía caerse del once titular» para el partido de hoy, también se han mostrado contrarios al punta italiano.
Brendan Rodgers, que está intentando calmar la situación desde los micrófonos, comentaba que Mario «simplemente tiene que mejorar en el aspecto goleador», pero aunque ahora resulte paradójico decirlo la cosa va más allá de marcar gol. Va de liderar. El Liverpool necesita una estrella ofensiva en la que confiar y a la que poder seguir. Una estrella que, con más o menos brillo, les lleve a la victoria por pura determinación. Un líder tan ambicioso, incansable y testarudo como era Suárez. Un referente futbolístico como puede terminar siendo Sturridge. En definitiva, el tipo de delantero que parece que nunca será Balotelli. Por eso a unos les echan de menos… y a otros de más.
Miguel 22 octubre, 2014
Como bien dice Quintana, la marcha de un fenómeno como Suarez, solo se compensaba con la llegada de otro y ese era Falcao(tan mal aprovechado en el United).
Sturridge es tan bueno que en el partido contra Tottenham nos hizo pensar ,o bueno …al menos a mi, que Balotelli aportaria, pero en este equipo se lesiono Sturridge y también mención a Allen y Can y se perdió todo, caímos y aun estamos en un bache terrible y lo peor lo que genera o intenta generar Sterling, Coutinho o Lallana no es aprovechado por los delanteros.
Aun así, yo sé que Markovic, cuando se acople al sistema y un delantero que se rumora que llegara en Verano, se que mejoraremos, para el partido contra el Madrid tengo mi fe como hincha, más no en el equipo, creo que la salida de Suarez fue durisima para el plantel y la recaida de Sturridge en lesiones, aun peor.