«Di unos pasitos sin plantearme ninguna cuestión. Disparé y sentí como la pelota se marchaba, pero no fue hasta que levanté la cabeza cuando vi que había entrado». Aunque con estas palabras Eden Hazard sólo hacía referencia al golazo que había metido al Olympique de Marsella en el Vélodrome, bien se podrían entender como la acertada metáfora de una carrera que no paraba de avanzar. El joven futbolista belga ya llevaba más de cien partidos oficiales con el Lille OSC, pero fue tras aquel 6 de marzo de 2011 cuando definitivamente pasó de promesa a realidad. Fue su primer gran momento a nivel de clubes. Su despegue hacia la élite.
Su equipo se estaba jugando dar la sorpresa en la Ligue 1.
La evolución del Lille de Rudi García no se había detenido desde que éste había llegado a su banquillo en la temporada 2008/2009. Primero quintos, luego cuartos y, finalmente, con treceEn Marsella, el Lille conquistó media Ligue 1 jornadas por jugarse, candidatos al título. Los Debuchy, Rami, Chedjou, Mavuba, Cabaye, Gervinho, Hazard, Sow y compañía practicaban un fútbol sólido, vistoso y eléctrico, que encontraba en sus costados la principal fuente de desequilibrio que les hacía ser colíderes antes de visitar el Vélodrome. Llegaban de caer en Montpellier y empatar ante el Lyon, uno de los varios favoritos, lo que convertía la cita de Marsella, que estaba a un punto, en más que un partido clave. Era una reválida. Del equipo, del técnico y de los jugadores. Debían confirmar los halagos que recibían, demostrándose así mismos y al fútbol francés que su coliderato no iba a ser tan efímero como lo sería el del Rennes. Y Eden Hazard, aún con el 23 a la espalda, tardó nueve minutos en lograrlo.
Estaba a treinta metros de la portería, en su perfil menos bueno y con un rival encimándole, pero poco importó. La escuadra siempre está en el mismo sitio. Y el belga le quitó las telarañas.Tras ese tanto, Hazard explotó como goleador Aún quedaba mucho por sufrir y, de hecho, el Marsella no tardaría en nivelar el marcador, pero el destino estaba escrito. Habilitándose entre líneas, conduciendo de fuera a dentro, desbordando a cada rival y llegando a la frontal siempre con peligro, el imberbe Eden fue imparable para el OM. Era el mejor futbolista sobre el campo. El más especial. Capaz de poder con la presión de una ciudad con más de 50 años de sequía, con un rival que les pisaba los talones y un estadio que no podía apretar más. Así, sin amilanarse, volvió a infiltrarse entre las líneas rivales, habilitó la subida de Emerson y éste, en el minuto 93, asistió a un Pierre-Alain Frau que completó el asalto a Marsella. A partir de ese momento, los de Rudi García sumarían 30 puntos de 39 posibles con un Eden Hazard que comenzaba a insinuar la capacidad de determinación que confirmaría el curso siguiente. Así el Lille ganó la Ligue 1, la Coupe de France y, por supuesto, una estrella internacional.
Con Bélgica aún no ha tenido ese gran momento.
El fichaje por el Chelsea y su buena adaptación a la Premier harían el resto, pero con su selección el camino no ha sido tan fulgurante ni tan exitoso. De momento. En la Bélgica de Georges Leekens no sólo no tuvo continuidad, sino que incluso llego a estar sancionado y a ser duramente criticado por la opinión pública. Los «Diablos Rojos» ya levantaban cierto interés, pero el que debía ser su líder no estaba llegando a tiempo. Al menos en cuanto a galones se refiere, porque Eden si jugaría el primer partido clave de esta ilusionante generación.
Era en la fase de clasificación a la Eurocopa 2012, ante la Alemania de Löw y tenían la necesidad de ganar para acceder a la repesca. La expectación en el país fue mayúscula, pero seguía siendo demasiado pronto. En media hora los alemanes finiquitaron el sueño de sus vecinos y Eden Hazard no tuvo su primer gran momento a nivel de selecciones. Tampoco lo tendría en la clasificación a la Copa del Mundo 2014, la cual solventaron con tanta facilidad como poco juego. Y tampoco lo ha tenido el fase de grupos del propio Mundial, la cual solventaron con tanta facilidad como poco juego. Con Marc Wilmots, Hazard sí se ha convertido en la gran estrella de esta Bélgica y ha aparecido con la frecuencia que se presupone, pero aún falta ese destello. Esa confirmación. Ante Estados Unidos afronta una reválida similar a la que vivió con su Lille en 2011. Si la solventa de igual manera, ya tendrá una camiseta rojinegra que colgar en la pared.
Abel Rojas 1 julio, 2014
Confío mucho en Hazard. Creo que este futbolista tiene mirada de grande, es un asesino, es de los que no dejan de hacer las cosas que están en su mano. Y físicamente lo veo bien.
Su duelo contra Johnson me motiva un montón.