Van Gaal dijo una vez: “en el área no hay otro como él. Ahí es el mejor del mundo”. Otros fueron todavía más generosos y le compararon con el dios del remate, Hugo Sánchez, aquel que fue capaz de marcar 38 goles al primer toque en un solo campeonato. Desde luego, si alguien había hecho méritos para ser comparado con el mexicano, ese era Klaas Jan Huntelaar. El holandés finalizó la campaña 2011-2012 con 48 goles, de los cuales 35 fueron al primer toque y solo cinco implicaron una maniobra previa a la definición. The Hunter tenía el mismo don natural que Hugo. En realidad tenía muchas cosas como delantero. Klaas sabía moverse para favorecer el juego, una virtud ideal para un fútbol tan posicional como el holandés. Sus problemas fueron otros. No tenían nada que ver con él.
Durante las últimas dos décadas, Holanda ha disfrutado de manera consecutiva de una serie de fenómenos en la punta de su ataque. Primero fue Marco Van Basten, firme candidato al trono de mejor delantero de todos los tiempos. Poco después llegó Dennis Bergkamp, inolvidable esteta del balón. Conquistó más corazones que títulos sin que nadie reparase en ello. Tras él rompió Patrick Kluivert, una pantera de 1,88 que controlaba la pelota como un mediapunta. Y por último el inmenso Ruud Van Nistelrooy, menos virtuoso que sus antecesores pero también capaz de realizar maravillas inesperadas. Todos, sin excepción, fueron superiores a Huntelaar. Técnica y hasta espiritualmente. Klaas no había logrado generar el mismo impacto. Siempre le faltó algo en las comparaciones, siempre hubo uno mejor que él. Esa ha sido su historia.
Llegar después de Van Basten, Bergkamp, Kluivert y Van Nistelrooy no fue fácil para Huntelaar
59 goles en la Eredivisie llevaron a Huntelaar al Ajax en enero de 2006. Allí iba a ser entrenado por Danny Blind, célebre líbero del equipo campeón de mitad de los 90. De primeras la competencia no parecía demasiado feroz. Klaas Jan aterrizaba pichichi con 17 goles en solo 15 partidos y el ataque ajacied lo formaban futbolistas menores como Charisteas o Rosenberg. Huntelaar mantuvo el gol por partido pero no pudo salir campeón con su nuevo club. Se inauguraba una maldición difícil de creer para quien jugaría a lo largo de su carrera en entidades como el Ajax, Real Madrid o AC Milan: Huntelaar jamás ganaría una liga.
Como ocurre siempre, fichar por un grande (y el Ajax es el marco mediático por excelencia del país) te abre las puertas para acudir a la selección nacional. Huntelaar marcó dos golitos en los cuatro ratos que jugó, pero chocó por primera vez con un adversario que le taparía los tres años siguientes: Ruud Van Nistelrooy. Pese a su fabuloso registro anotador en la Eredivisie, Huntelaar no acudió al Mundial de Alemania 2006.
Ser MVP de la liga en 2006 no fue suficiente para que Marco Van Basten le convocase para el Mundial
Las siguientes dos temporadas resultaron clónicas, casi idénticas. Huntelaar seguía sumando un porrón de goles (0,76 por encuentro) que no evitaban que el PSV se llevara los torneos ligueros. 2008 trajo al menos el premioA sus 25 años, Huntelaar pedía a gritos salir del entorno de la Eredivisie de la citación de Van Basten, ahora sí, para la Euro de Austria y Suiza. Van Nistelrooy continuaba siendo el rey del ataque tulipán pero sus problemas físicos empezaban a rondar. En cualquier caso, allí seguía mandando Ruud. Huntelaar disputó un solo partido en esa Eurocopa, ante Rumania. Y marcó. Al primer toque, por supuesto. Pese a que el continente ya había descubierto de sobra al Cazador, comenzaba a crearse a su alrededor la sensación de “ariete de liga pequeña”. Fue entonces, en enero de 2009, cuando el destino se puso juguetón. Una gravísima lesión de Van Nistelrooy hacía que el Real Madrid buscase con carácter de urgencia un recambio en el mercado. El nombre estaba claro: KJ Huntelaar.
Pese a que el Real Madrid finalizaría de manera poco exitosa la campaña, Huntelaar desembarcó en relativo buen momento en la capital de España. Después de muchas probaturas, Juande Ramos había encontrado el modo de hacer competir al Madrid. El técnico de Ciudad Real organizó al Real en un 4-4-2 simple pero efectivo. La defensa estaba compuesta por Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro y Heinze. Cuatro centrales (tres y medio si consideramos que Ramos por entonces casi siempre era lateral) que evidenciaban la voluntad defensiva de Juande. Por delante, un doble pivote formado por Gago y el también recién llegado Lass Diarra. En la banda derecha estaba el mejor Arjen Robben que vio el Santiago Bernabéu, mientras que el costado zurdo no tenía dueño fijo. Entre Sneijder (el más habitual) y Marcelo se repartían los minutos. Arriba Raúl era indiscutible. A Huntelaar le tocaba luchar contra Gonzalo Higuaín.
El Real Madrid le permitió demostrar a Huntelaar su nivel pero no fue suficiente para quedarse
La 2008-2009 fue la temporada de la eclosión goleadora del Pipita. Higuaín anotó 22 goles en Liga, 14 más que el año anterior. Pese a ello, la polivalencia del argentino permitió a Juande usar al trío ofensivo a la vez (con Gonzalo en banda). Huntelaar fue titular en 13 partidos de los 20 que disputó y cuando tuvo que partir desde el banquillo también cumplió. De hecho se popularizó la frase “siempre que sale Huntelaar, marca”. Ocho dianas coló en la segunda vuelta de La Liga, una cifra notable.
Sin embargo, no podía decirse que Huntelaar hubiese “derrotado” a Higuaín. El internacional albiceleste jugaba siempre y Huntelaar era suplente un partido de cada tres. En la pugna por un puesto en el once no le ayudó el tema de la Champions. La normativa UEFA impedía al Real Madrid inscribir en la competición a los dos fichajes de invierno. Por necesidades tácticas (Mahamadou Diarra había caído lesionado de gravedad), Juande optó por Lass. Huntelaar veía esfumarse la opción de marcar el gol que le cambiase la vida, el que le atase al club blanco de manera irrompible. Al año siguiente, el Madrid iniciaría un ambicioso proyecto de la mano de Florentino Pérez. Huntelaar había probado su valía en suelo español, pero no había bastado.
Pese a jugar muchos minutos, el delantero holandés no se impuso claramente a Gonzalo Higuaín
De todas las etapas de la carrera de Klaas Jan Huntelaar, la del AC Milan ha sido quizás la más inexplicable y fallida. Una percepción que incluso ha ido a más con el paso del tiempo. Finiquitado el glorioso ciclo del Milan deSu etapa en el Milan, la decepción más grande Kaká, Pirlo y compañía dos años antes, la sociedad italiana entró en un declive deportivo del que todavía hoy no ha podido recuperarse. Sin el poder económico de otros pero con el prestigio intacto, un delantero de la calidad de Huntelaar debía ser ideal para sobrellevar la crisis. No fue así. Huntelaar no encajó nunca en San Siro, donde solo anotaría siete goles en 25 partidos en la Serie A. Todavía hoy cuesta entenderlo. Su competencia no era aquel ilusionante Pato (envuelto ya en sus desgraciadas lesiones) sino Borriello. Un Marco Borriello que fue titular el 70% de la liga y que dobló en goles a Huntelaar. Cuando el AC Milan recibió el regalo de Zlatan Ibrahimovic ese verano, la cabeza de Klaas no tardó nada en caer.
Por méritos pasados, Van Marwijk convocó a Huntelaar para la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. Ruud Van Nistelrooy, gran goleador del fútbol holandés del último lustro, había dejado de ser citado. Sus mejores años habían pasado… pero Huntelaar no había estado ahí para recoger el testigo. Su nueva pesadilla tenía nombre y apellidos: Robin Van Persie, un extremo reconvertido a delantero por Arsene Wenger. El gunner no realizó un gran Mundial pero fue titular en los siete partidos. Holanda llegó a la final y Huntelaar esta vez pudo disputar hasta cuatro encuentros, con un tanto anotado (en efecto, al primer toque). El torneo fue un éxito para los neerlandeses aunque no tanto para un Huntelaar que sentía que tenía que volver a empezar.
Tras Van Nistelrooy llegaría la explosión de Van Persie. En la Selección nunca hubo un sitio fijo para él
Rebotado del Madrid y el Milan y suplente en la Selección, Huntelaar desembarcó en Gelsenkirchen con un poso de amargura innegable. El ariete había pasado por los dos clubes más laureados de Europa sin poder echar raíces. Todo lo contrario, apenas había durado un suspiro. Quizás por eso su primer año en Alemania no fue gran cosa: 13 goles entre todas las competiciones (0,37 goles por partido). El Schalke alcanzó unas históricas semifinales de la Champions pero KJ no había colaborado con diana alguna en las eliminatorias. No obstante, en Alemania nadie se puso nervioso. Tuvieron paciencia. Lo mejor estaba por llegar.
2012 fue, sin lugar a dudas, su mejor año como futbolista. Huntelaar sintió el respaldo que le había faltado en sus anteriores aventuras y respondió con unas cifras de infarto: 48 goles en 46 choques entre Bundesliga, Copa y Europa League. Regresó el gol por partido de sus años en la Eredivisie. El Schalke terminó en una fantástica tercera plaza y alcanzó los cuartos de final en Europa. Huntelaar estaba por derecho propio entre los mejores delanteros del panorama internacional. Y ese verano había Eurocopa…
Holanda había quedado emparejada en el grupo de la muerte con la Alemania del talento, la Portugal de Cristiano Ronaldo y la cenicienta, Dinamarca. El campeonato arrancaba frente a los daneses, por lo que la victoria parecía obligada. Huntelaar,La Euro 2012 pudo haber sido su gran momento por supuesto, comenzó el torneo como suplente. Van Persie no era el de 2010; Robin había explotado como crack mundial, colando la friolera de 30 goles en la Premier, en la que fue nombrado “Mejor jugador”. Pocas figuras más incontestables existían en ese momento. Pero el fútbol es traicionero y rara vez no guarda una sorpresa. Holanda cayó derrotada por uno a cero, gol obra del hoy celtista Krohn-Dehli, en un partido en el que el infalible Van Persie lo falló todo. Todo. La oranje arrastró la tensión de ese traspié y completó una Eurocopa tan desastrosa como la de su gran estrella rematadora, que no pudo apartarse de la sombra de Huntelaar durante todo el certamen. Klaas solo fue titular en la tercera fecha, ante Portugal, con Holanda al borde de KO. Cómo le hubiera ido a los subcampeones del mundo con KJ de titular, nunca lo sabremos.
Van Marwijk no pudo hacer convivir deportiva y mediáticamente a Huntelaar y Van Persie en la Euro
A sus 30 años, es difícil que Klaas Jan Huntelaar nos sorprenda con algo nuevo. Tras superar una lesión de rodilla, el holandés ha regresado al once del Schalke haciendo lo que mejor sabe: marcar goles. Cuatro lleva en apenas siete encuentros, casi sin necesidad de pillar ritmo. The Hunter es eso, un cazador de instinto salvaje en una época en la que al delantero se le exigen cada vez más cosas. Quizás por eso nunca ha cautivado a nadie. Puede que sea esa la razón de su irregular carrera. Allá donde fue siempre encontró un rival más rápido, más alto, más guapo o mejor. Siempre hay un pez más grande.
@DavidLeonRon 26 febrero, 2014
Comentario malicioso: el fallo de Van Persie ayer ante Olympiakos me recordó poderosamente al penúltimo párrafo, el de la Eurocopa 2012…:$:$