Hace unos días contemplamos el equipo que Luis Enrique está intentando construir. No el que es, sino el que está intentando construir. El asturiano quiere atacar mucho, presionar arriba y sabe cómo hacerlo. Lo sabe desde julio. Por desgracia, la caja fuerte de Balaídos no es infinita y al plantel le falta calidad en algunas zonas, lo cual dificulta bastante la ejecución continua del plan. Por eso incluso durante un mismo partido el Celta va y viene; se muestra irregular. El Almería, sin cinco defensas ni triángulo en el medio tras varios fines de semana, descubrió con su ternura qué sería el Celta si fuese perfecto.
Rafinha bajó más que A. LópezLuis Enrique llegaba sin algunos pero alegre, y eso le llevó a alinear un once muy creativo: Krohn-Dehli y Orellana como interior y extremo izquierdo, y Álex López y Rafinha como interior y extremo derecho. Ni Augusto, ni Nolito ni Mina. A nivel sistema, lo más especial del 4-1-4-1 vigués fue que, a menudo, los extremos estaban más retrasados que los interiores. Es más, en la derecha, el mapa de posiciones final quedó justo así. Al lanzar arriba a Álex y Krohn-Dehli, el doble pivote del Almería no podían hacer ayudas en banda, y como Orellana y Rafinha bajaban a recibir, el Celta cruzaba la divisoria con el balón controlado cada vez que lo intentaba. O sea, no sufrió el problema que suele sufrir casi siempre.
Rafinha no es un organizador puro, pero ordena con su fútbol.
Es interesante pararse en Rafinha porque aterrizó en la Liga como un jugador indefinido y ya sí tenemos información suficiente sobre él. El canterano culé ha enseñado su calidad tanto de interior como de extremo, en las dos posiciones ha ofrecido minutos de tipo importante, pero donde más confianza le tiene el míster y donde ha firmado sus tres grandes partidos ha sido arriba y abierto. En la élite, sus acciones más brillantes nacen en su notable golpeo de balón, en el interior de su pie izquierdo, y al no poseer una mecánica demasiado rápida, en esa zona está encontrando más tiempo y espacio para sumar a gusto.
Del mismo modo debe apuntarse que Rafinha pertenece a la utilísima pero cada vez menos común raza de los jugadores ordenados. Acierta tomando decisiones, sabe lo que tiene que hacer, percibe hacia dónde y cuándo tienen que ir el balón primero y él después. De hecho, su virtud como centrocampista es ésa: ordenar. Indirectamente y sin ser el jefe, pues le falta un pelín de calidad, pero sus pases y desmarques generan armonía. Hacen la paz para que otros más geniales hagan la guerra, sin querer decir con esto que no sea capaz de resolver, porque el joven es muy, muy completo y llegada no le falta(rá). Destacar más por el orden que por la creatividad le convierte en una herramienta muy interesante para un grande. El mercado de la inventiva está tan copado que ni su hermano, que es un as, pudo triunfar en su primer gran club; el del sentido común es tan pobre y tan necesario que ojo con Rafinha.
Se insiste: sin ser un organizador puro. No hay que serlo para ayudar a ordenar el juego.
Con el físico Augusto disponible, el Lucho no saca todo su talento.
¿Implicará el 3-1 un nuevo inicio?Volviendo al colectivo cabe preguntarse por qué Augusto Fernández es titular en lugar de Krohn-Dehli o el propio Rafinha jornada a jornada. El argentino es, de mediocampo hacia delante, la pieza menos dotada del Celta, pero Luis Enrique, pese a ser un entrenador de ataque, no asume los riesgos de un Paco Jémez o un Zdeněk Zeman. Sabe que sus defensas no tienen nivel, que Borja Oubiña ya no es un jovencito poderoso y que Augusto se mata a hacer kilómetros en defensa, así que lo pone de interior para que corra. Tras la goleada, ¿le dará continuidad al once más creativo? O dicho de otro modo: contra otro rival, ¿podrían Rafinha, Álex López, Krohn-Dehli y Orellana dominar igual? Solo la pelota puede contestar a estas preguntas. Y solo Luis Enrique puede formularlas. Si le apetece.
Decida lo que decida el técnico, al Celta siempre le quedará Charles. 5 goles en 14 días no son ni mucho ni poco, pero el tipo juega de cine todas las semanas. Cuando a Fontàs, Oubiña y compañía no le salen los primeros pases, él es quien recibe como sea y se la deja de cara a Álex López y sus amigos. Y a falta de pan, buenas son tortas.
Guillermo Ortiz 6 diciembre, 2013
Pues yo sigo viendo a Rafinha por dentro Abel. Para mí desequilibra mucho más que por banda. Además, ya vimos que contra un equipo agresivo como el Atlético al hijo de Mazinho le costó mucho hacerse con el balón. Si en el mercado de invierno el Celta consigue fichar a un jugador de banda (por aquí suena Isaac Cuenca) yo apostaría a que Rafinha vuelve al interior.
Por cierto, a pesar de que el Celta es un equipo imperfecto y que seguramente vaya a sufrir mucho para mantenerse, no sabes la ilusión que hay en Vigo con el proyecto de Luis Enrique; sobre todo por la cantidad de canteranos que están saliendo. Además de David Costas y Santi Mina, que aún muestran una bisoñez que en Primera se paga, en el filial hay tres jugadores que más pronto que tarde se harán un hueco en el primer equipo. Y con un poco de suerte otros tres jugadores más. Mucha ilusión en Vigo.