Cuando un equipo atraviesa una crisis profunda de juego es complicado que se reponga de un día para otro. Ayer, nuestro compañero Guillermo Valverde nos narraba al detalle los problemas que azotan al Schalke 04. Lo cierto es que sus palabras se cumplieron punto por punto. Al conjunto de Jens Keller le faltó casi de todo sobre el césped del Veltins Arena. Dicho esto, sus futbolistas poseen una calidad apreciable. Son verticales y tienen facilidad para crear ocasiones –que no para rematarlas–. Esto y el puntito de fortuna que siempre se necesita valieron un pase a Octavos de Champions.
El Schalke pasó y ganó con justicia, pero no terminó de convencer
La primera media hora local fue difícil de entender. Jugando en casa y necesitando la victoria, de los alemanes uno espera que salgan a morder. Pero no. No hubo nada de eso. La presión del Schalke brillaba por su ausencia y permitía a Frei (mediocentro del Basilea) y compañía levantar la cabeza y buscar a Streller. El ariete gigantón fue suficiente para que el cuadro suizo cruzara la divisoria con continuidad. Howedes no podía con él. Los de Murat Yakin no generaban peligro pero las dejadas de su “9” sí que permitían a Stocker y Salah intentar el desborde en campo contrario.
Como no había robo adelantado, el Schalke tenía que iniciar los ataques desde atrás. Y ahí, los teutones no proponían gran cosa. Se notó que Matip, ayer en el doble pivote, en realidad es central o que Boateng no es delantero centro. El ghanés no ofreció ni un apoyo de espaldas. Al Schalke le quedaban las escasas apariciones por dentro de Meyer, el más destacado de un equipo perdido. De su claridad nacieron un par de situaciones de centro. Los de Gelsenkirchen saben juntar en la banda al extremo con el lateral que llega, pero les falta fútbol para ejecutar rápido el mecanismo.
Con KPB de 9 y sin creatividad atrás, el Schalke era solo Meyer
El partido cambió en el minuto 31. Fueron dos acciones consecutivas e igualmente decisivas. Howedes se marchaba por lesión. Keller se la jugaba e introducía a Szalai, un punta. De esa manera, Matip bajaba al centro de la zaga, pasando Boateng al doble pivote. Una demarcación algo extraña para él y que evidenciaba los problemas que estaba teniendo el Schalke para juntar tres pases. Segundos después, Ivanov, central del Basilea, veía la roja directa. El encuentro ya era otro.
La recta final del primer acto dejó entrever que a los chicos de Yakin se les podía hacer muy larga la reanudación. De repente, el Basilea se había quedado sin transición. Streller dejó de aparecer en la pantalla de televisión y donde antes había una subida de Uchida y Farfán ahora había tres. Boateng, que retrasó su posición para enlazar con el ataque, podía soltarse con alegría, pues no había contragolpe que tapar. En un centro de muchos llegó el gol de Draxler, al que se sumó un 2-0 de aspecto ridículo. De ahí al final, nada trascendente. El Schalke estará en el TOP-16. Allí se espera que sea un rival más duro de lo que hoy aparenta. Sobre todo si recuperan a Huntelaar, una fiera del gol que cambiaría la pinta a este dubitativo Schalke.
Abel Rojas 12 diciembre, 2013
He recibido feedback muy en favor del partido de Draxler y David no le hace apenas mención en el análisis.
Me obligáis a ver todos los partidos… nunca estáis de acuerdo con nada ^^